miércoles, 14 de diciembre de 2011

JESÚS URDANETA HERNÁNDEZ - EL OTRORA CRÍTICO DEL POPULISMO



Que lo dejen trabajar. Eso es lo que pide con el cinismo y el caradurismo de siempre, sólo que por fin, después de trece años de desidia, destrucción e incompetencia el discurso se le agotó. Si el esfuerzo que dedica a mantenerse en el poder, lo hubiese utilizado para hacer progresar a Venezuela, nuestro País estaría transitando los albores del siglo XXI y no las ruinas del siglo XVIII. Pero como tirano y populista que es, sólo se ha ocupado de aquello que le ha garantizado (hasta ahora) su permanencia en el mando.

Nadie, con al menos  un poco de sentido común, puede creerle que el problema es que no lo dejan trabajar, cuando cuenta con un chorro de dólares mil millonario que administra a su total antojo, como si fueran de su propiedad;  cuando absolutamente todas las instituciones del País, sin importar a cuál Poder pertenecen se encuentran sometidas a su voluntad y, una cuerda de oportunistas y arrastrados se rasgan las vestiduras con tal de complacerlo. Entonces, ¿qué es lo que le impide trabajar? Nada, sólo que no quiere hacerlo, porque prefiere hablar todo el día y ocuparse exclusivamente de lo que denomina “problemas políticos”.

Así me lo comentó en  el año 1.999, cuando le insistí en la necesidad del desarme de la población, como elemento de control de la inseguridad. En esa oportunidad su respuesta fue negativa aseverando que sólo lo que tuviera relevancia política directa, era su problema. De allí que, en lugar de desarmar a la población, ha venido armándola a través de los primeros círculos bolivarianos, la milicia y ahora las patrullas.

De igual forma recuerdo como, hace ya muchos años, antes de que siquiera Chávez soñara con ser presidente (o si lo soñaba no lo decía) un oficial italiano que nos acompañaba cuando realizábamos Curso Superior de Estado Mayor, nos preguntó asombrado para qué era la larga cola que observaba a lo largo del camino, ante lo cual con la elocuencia de siempre Chávez contestó que la cola representaba la política de nuestros gobiernos populistas para poner a mendigar al pueblo y envilecer a la población (se trataba de la implementación del programa de la beca escolar que se pagaba los sábados a través de las instituciones bancarias).

El tiempo ha pasado y ahora es él quien compra voluntades explotando la miseria mientras reparte limosnas, sólo que además ha llegado a niveles imperdonables.  Hace apenas unos días se estrenó una nueva Misión de rimbombante nombre  “Hijos de la Patria” destinada a las madres adolescentes. El problema no es que el Gobierno ayude a esas madres; el problema es que no ataca ni resuelve el problema. ¿Cómo es posible que Venezuela se haya convertido en el país latinoamericano con mayor índice de embarazos precoces? Es verdad que un hijo es una bendición, pero que las madres sean niñas definitivamente no lo es. ¿Cómo se pretende sacar adelante a un país, si niñas que requieren del cuidado materno, son a su vez las encargadas de proveerlo? Políticas y programas educativos, de concientización y un verdadero trabajo social, es lo que hace falta; la limosna sin ellos no aporta nada.

Otra gravísima situación es el nuevo “sueldo” a los reclusos. Nuestras leyes vigentes, son claras al establecer que los presos deben trabajar y es lógico que ese trabajo sea remunerado, porque esos compatriotas también tienen familias que mantener. Lo que es un absurdo es que por drogarse, lesionar o matar, reciban un sueldo del Estado. El ocio es uno de los principales problemas de nuestras cárceles, pero con trabajo digno se puede resolver. Lo que sucede es que este gobierno tiene las ideas tan confundidas, que los venezolanos tenemos que soportar a una Ministra Penitenciaria que afirma,  palabras más palabras menos que lo que tienen en común nuestros presos es que son valientes, porque se enfrentaron a un sistema que además los había excluido.

Es decir, para la Ministra, romper con las normas y reglas fundamentales de la convivencia humana, como lo  es cometer crímenes (me refiero a los condenados hallados culpables) es sinónimo de valentía, olvidando además que como la población reclusa tiene un promedio de entre 20 y 25 años de edad aproximadamente, el “sistema” son ellos mismos, es decir, este Régimen que ya tiene trece largos y penosos años en el poder; porque los presos de hoy son los niños de cuando Chávez  asumió el poder.

Lamentablemente, demasiado es el material que semana a semana este Gobierno nos suministra con sus abusos pero para finalizar, no quiero dejar de dedicarle unas líneas a la UCV. Así, quiero manifestar mi absoluto respaldo y admiración a las autoridades de esa institución y a sus dignos estudiantes y mi más profundo repudio a esos delincuentes que cada vez con mayor impunidad actúan en detrimento de ellos mismos y de tan ilustre casa de estudios. A los primeros, mi reconocimiento y mi humilde sugerencia de que se organicen para prevenir los ataques que vienen padeciendo y a los segundos que recapaciten y se den cuenta de que están siendo manipulados y utilizados para luego ser desechados.

Nada más apropiado que citar a Miguel de Unamuno cuando enfrentado en el recinto universitario con Millán-Astray señaló: “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España.”

Nosotros en cambio les decimos “No volverán a vencer porque ya no convencen a nadie” Si no, miren los últimos resultados en la UCV.

Jesús Urdaneta Hernández
C.I.  4.391.814
Twitter @jesusurdanetah


1 comentario:

Anónimo dijo...

Comandante: ¿Quien le dijo a usted que las tiranías tiene que convencer para aplastar la voluntad de los pueblos? ¿Creer usted hoy que esta dictadura sale por votos?

Jaime Pérez Vivas