¡OTRO FRAUDE MÁS!
Sobre este proyecto de Ingeniería Sanitaria que adelanta el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (MINAMB) en el tramo del Eje Vial Valera-Motatán, estado Trujillo, Venezuela, el Diario de Los Andes (DLA), en sus ediciones del 06 al 09 de octubre del año en curso, desplegó un amplio trabajo periodístico que incluyó entrevistas a los Ingenieros Jorge Miranda, Daniel García y la Ingeniera Marlene Araujo, residentes e inspectora, respectivamente, de la obra.
Con base en las declaraciones dadas por estos funcionarios me vi en la necesidad de emitir una opinión técnica por DLA el 10-10-2008 para aclarar una serie de inconsistencias de la obra en cuestión con respecto al proyecto original definido por el Sistema Hidráulico Trujillano (SHT) en el año 1998.
En vista de que mis declaraciones no han sido replicadas hasta hoy viernes 24-10-2008 por los funcionarios del MINAMB, ni se han respondido las preguntas formuladas en la oportunidad de dar esas declaraciones, replanteo de nuevo las ideas principales que la opinión pública trujillana, venezolana y de iberoamérica deben conocer y manejar a cabalidad para unirse a la exigencia de las aclaratorias o explicaciones que sean pertinentes en todo lo relacionado con el diseño, ejecución, costos y puesta en marcha de esta importante obra de saneamiento ambiental para la cuenca hidrográfica del río Motatán, localizada en el estado Trujillo, Venezuela.
En efecto, en la oportunidad en que ejercí el cargo de Presidente de la Empresa Regional Sistema Hidráulico Trujillano, S.A. (SHT), entre el 21-06-1999 y el 30-03-2001, conocí la Ingeniería de Detalle de dicha obra, identificada bajo el código Nº DGI-DC-99-OBR-2002-TR-529, en el contrato suscrito entre SNC-LAVALIN INTERNATIONAL INC y el MARNR, el 22-12-1998, por un monto de veinticinco (25) millones de dólares de EEUU (US$).
Por tal razón, estoy en el deber de aclarar las declaraciones ofrecidas por los Ingenieros del MINAMB, antes mencionados, así como de otras que fueron suministradas por el Ingeniero Miguel Gutiérrez, Ex Directivo de SHT, publicadas el 08-10-2008, por DLA, que están inscritas en el mismo contexto de las anteriores, específicamente lo referido con las etapas que conforman el proceso de depuración de las aguas servidas y de otros aspectos ingeniería. En tal sentido, me permito puntualizar a continuación algunas observaciones técnicas y generales, con el fin de aclarar y corregir las acotaciones dadas por los Ingenieros Miranda, García y Araujo, en los términos siguientes:
1º) No es cierta la afirmación hecha por los Ingenieros antes mencionados ya que en el proyecto original nunca estuvo planteado un proceso químico (“clorinación”) como parte de la depuración de los efluentes. En efecto, en el proyecto original que formuló SHT la planta de tratamiento central iba a estar localizada en la confluencia de los ríos Motatán y Castán-Jiménez y en su diseño tenía los siguientes componentes: cuatro (4) lagunas anaeróbicas; tres (3) lagunas facultativas; tres (3) lagunas aeróbicas y tres (3) lagunas de maduración. De acuerdo con el diseño original antes descrito (ver la Figura I del modelo gráfico anexo) no estaba contemplado ningún tipo de planta de “clorinación” porque la descarga líquida, previo tratamiento, tenía como destino final el cauce del río Motatán. Por lo tanto, el cambio referido por los Ingenieros Miranda y García no se corresponde con los planos de ingeniería elaborados por los Ingenieros de SHT.
2º) Un cambio muy significativo con respecto al proyecto original de SHT, no mencionado por los Ingenieros Miranda, García y Araujo, es lo relativo a la construcción de dos (2) Canales Colectores Marginales. El primero, que captaría las aguas servidas de Valera, contemplaba tres tramos: uno de 9 km, desde La Beatriz hasta el Puente del Eje Vial; otro de 3 km, desde la quebrada Escuque, y un tercer tramo de 15 km, desde el puente del Eje Vial hasta la Planta Central. Un segundo colector marginal estaba previsto para canalizar los efluentes servidos de la ciudad de Trujillo, dividido en dos tramos: el primero de 11 km, desde San Jacinto hasta Tres Esquinas, y otro de 20 km, comprendido entre Tres Esquinas hasta la Planta Central.
3º) La instalación de estos Colectores Marginales de aguas servidas, a lo largo de las ciudades de Valera-Motatán-Jalisco y Trujillo-La Plazuela-La Morita-Tres Esquinas-El Prado-La Concepción-Pampanito-Butaque, pondría fin a la contaminación directa de los ríos Motatán, Escuque, Castán y Jiménez que alimentan el embalse de Agua Viva, el cual abastece a su vez el Sistema de Riego El Cenizo. De esta manera, el proyecto original diseñado y propuesto por SHT tenía efectos externos de saneamiento ambiental para toda la cuenca del río Motatán, más allá del saneamiento directo de las zonas urbanas y periurbanas que se ubican en ella. Es pertinente recordar aquí el “proceso-respuesta” implícito en el principio de tratamiento asociado con el proyecto original para que cualquier persona lo conozca y lo compare con el proyecto actual que se ejecuta en el Eje Vial, este último nunca expuesto al conocimiento del público o de las comunidades que se verían beneficiadas por dicho proyecto.
4º) Ciertamente, y con base en el modelo de la Figura I, el sitio de confluencia de los Canales Colectores dispondría de un conjunto de rejillas automáticas a la salida de cada colector para impedir el paso de sólidos gruesos a la planta de tratamiento. Seguidamente, el efluente pasaría a un desarenador, luego a las lagunas de tratamiento biológico. Este tratamiento podría incluir el paso del efluente por un tanque anaeróbico seguido de una laguna de regulación y de lagunas aeróbicas y de maduración. El efluente proveniente de las lagunas de maduración podría hacerse circular nuevamente en forma controlada a través del sistema de lagunas previamente mencionadas, garantizándose con este reflujo controlado una excelente oxigenación del efluente tratado. Con ello se lograría cumplir con los requerimientos de uso de estas aguas servidas para fines agrícolas, esto es: abastecimiento de aguas a través de “acueductos grises” para ser utilizadas en la agricultura de riego. Por otro lado, los lodos que precipitan en las lagunas se desalojarían periódicamente, a fin de garantizar un tiempo suficiente de retención del efluente en las mismas. Las paredes interiores de los terraplenes de las lagunas tendrían un recubrimiento de concreto o de asfalto para facilitar la remoción de estos lodos (ver la Figura II del modelo gráfico). Dentro de este diseño se tenía previsto una unidad adicional de cada tipo de laguna para no interrumpir el proceso cuando se efectuara la limpieza de lodos. Así, este lodo podría ser utilizado opcionalmente para fines agrícolas, o en caso contrario, se desecaría en lechos construidos a tal efecto antes de su disposición final.
5º) Una característica importante a destacar en estas observaciones es lo referente a los terraplenes de las lagunas cuyo diseño inicial contemplaba una altura de 2,5 metros, la cual podría ser aumentada hasta 4,0 metros en una segunda fase, con lo cual se daría respuesta ingenieril al incremento del caudal de aguas servidas a medida que fuera aumentando la población servida de Trujillo, La Plazuela, Tres Esquinas, El Prado, La Concepción, Pampanito, Butaque y, por otro lado, Valera, Escuque, Motatán y Jalisco. Finalmente, a su salida de la planta de tratamiento, el efluente totalmente depurado se descargaría por gravedad al río Motatán.
De acuerdo con lo antes explicitado, sugiero a los Ingenieros Miranda, García y Araujo, así como a la Directora del Ambiente en el estado Trujillo, Ingeniera Carmen Cecilia Montoya, hacer una exposición pública sobre las características de diseño y funcionamiento, equipamiento, dotación, costos y tiempo de ejecución de la nueva planta de tratamiento de aguas servidas que se construye en el Eje Vial, así como el de explicar y justificar los cambios importantes con respecto al proyecto original propuesto por SHT.
Como comentario general adicional, reitero mis denuncias públicas realizadas a través del DLA desde abril de 2001 mediante las cuales he explicado, con lujo de detalles y con pruebas contundentes, el fraude cometido en contra del pueblo trujillano por parte de los funcionarios de la Gobernación de Trujillo, Gilmer Viloria y Octaviano Mejías; las Ex Ministras del Ambiente, Ana Elisa Osorio y Jacqueline Farías, el Ex Director del Ambiente de Trujillo, Walter D`Orazio y el Ex Presidente de SHT, Germán Barrera; por estar incursos en un delito de malversación y desviación de recursos públicos, por comisión u omisión, el cual alcanzaría un monto superior a los 25 millones de dólares ($), que estaban destinados para ejecutar un proyecto específico original formulado por una empresa trujillana, acreditada por el Estado venezolano, bajo la tutela del Ministerio del Ambiente, el cual fue cambiado por otro distinto cuya efectividad y beneficio en el saneamiento ambiental y otras ventajas eco-sociales asociadas con la recuperación o conservación del río Motatán y de su cuenca hidrográfica, serán significativamente inferiores en comparación con el proyecto original. Es oportuno recordar que los cambios en cuestión se realizaron sin la consulta o aprobación por parte de la Asamblea Nacional ni de la Contraloría General de la República.
Dr. Edgar Jaimes
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