jueves, 7 de abril de 2011

EDGAR JAIMES - LOS SIETE SABERES PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA EDUCACIÓN (III)

Finalizo esta serie de tres artículos con los tres saberes restantes, esto es:

Saber Nº 5: Enseñar las  incertidumbres. Si bien el desarrollo científico ha contribuido en la adquisición de  muchas certezas, por ejemplo las relacionadas con el origen, evolución y muerte de los sistemas antrópicos y naturales, también nos han revelado, en los últimos 25 años, innumerables campos de la incertidumbre. De allí la urgente necesidad de que la educación abarque, en lo posible, la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas (microfísica, termodinámica, cosmología), en las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias históricas. Se tendrían que enseñar principios de  estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza.

La significación de este saber es muy obvia a raíz de los eventos naturales, la mayoría de ellos originados por el cambio climático global (terremotos, tsunamis, vaguadas intensas y prolongadas, heladas extremas, incendios forestales masivos y deslaves-derrumbes catastróficos) y otros ocasionados por errores humanos (accidentes nucleares), los cuales han venido aumentando su ocurrencia en los últimos diez años.

Saber Nº 6: Enseñar la comprensión. No hay forma posible de promover y construir una ciudadanía planetaria y una política de civilización si no somos capaces de enseñar o aprender la comprensión, pero no sólo una comprensión lógica, deductiva o inductiva, sino una comprensión sensible, empática, humana, afectiva y de respeto a los demás. Sin el reconocimiento del otro, como legítimo otro, no es posible la educación y esto no es más que un proceso de enseñanza-aprendizaje de la comprensión humana, cuya primera premisa requiere rechazar la simplificación, la reducción y la generalización de otros saberes, conocimientos o experiencias. Como bien dijera Morin: “…,el hecho de que una persona haya cometido una vez un crimen en su vida, no la convierte en criminal, porque los seres humanos cambiamos y porque además un único rasgo, o un solo error en la vida de una persona no la caracteriza y etiqueta para toda la eternidad.


Saber Nº 7. Enseñar la ética del género humano. Es el asunto más transversal y transdisciplinario de todos los saberes toda vez que lo ético es inseparable de la vida, del planeta, de la sociedad, del trabajo, de las instituciones, de la ciencia, de la política y de la conducta personal, por tanto es una cuestión transcendental. Analizar, valorar, interpretar, pensar y actuar éticamente, conducirse conforme a valores de vida y desarrollo integral es pues una cuestión no sólo de supervivencia, sino de existencia, pero para ello, como lo señala Morin, ya no basta la ética de las intenciones, sino que es necesario situar y comprometerse con cuestiones claves como la solidaridad y la responsabilidad: "…no hay que buscar tanto las bases de la ética, sino extender la solidaridad y la responsabilidad en todos los campos porque el problema fundamental de nuestro tiempo es la desintegración de la solidaridad y la compartimentación de la responsabilidad".

Una reflexión crítica. Con base en los siete saberes propuestos por el Dr. Morin es pertinente hacer un análisis crítico en torno a la Resolución 017621 emanada del Ministerio del Poder Popular para la Defensa (MPPD), publicada en Gaceta Oficial del 23-03-2011, según la cual el nuevo pensamiento militar venezolano debe ser el eje integrador del sistema educativo, es decir: “…el de  educar a la población en los principios militares de disciplina, amor a la patria y obediencia”.

Con semejante barrabasada el poder ejecutivo-militar pretende subordinar la educación venezolana a los designios y criterios del MPPD, utilizando para ello a la milicia bolivariana, que sería el “componente militar” responsable de la formulación de los programas y planes educativos elaborados a partir de “los principios de la defensa integral de la nación” con el objetivo de formar y entrenar militarmente a niños en edad escolar, estudiantes liceístas y universitarios.

Esta propuesta colide flagrantemente, en su forma y contenido, con los principios establecidos en los siete saberes para la transformación de la educación, previamente analizados.

En consecuencia, me sumo y a la vez convoco a la ciudadanía comprometida con los principios que definen el Desarrollo Humano Sustentable a rechazar, con toda la contundencia y firmeza  requerida, este nuevo engendro político-militar denominado “El Nuevo Pensamiento Militar Venezolano”.

Edgar Jaimes (*)
Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo. jaimes.5060@gmail.com

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