sábado, 16 de abril de 2011

JESÚS URDANETA HERNÁNDEZ - NUEVE AÑOS DESPUÉS



Han pasado nueve años. Nueve años que constituyen un drama nacional y personal. Nueve años donde hombres valientes y dignos se encuentran presos o exiliados, mientras los asesinos están en libertad y son tratados como héroes. Nueve años en los que los muertos no pueden descansar en paz porque esperan justicia y nueve años en que todos los venezolanos nos unimos a ellos. Por eso es que a pesar de que han pasado nueve años y son muchos los males que azotan a este País, debemos hacer una pausa para recordar, para rendir tributo a las víctimas y para no olvidar a sus asesinos.

EL TRANSCURSO DEL TIEMPO NOS IMPONE EL RETO
DE NO OLVIDAR

Porque una cosa es la justicia que todos esperamos y otra la verdad sobre lo ocurrido. Todos los que participaron en la marcha, saben la verdad. Recuerden. Hagan memoria. No se dejen confundir ni manipular. Es muy fácil, sobre todo hoy en día con la tecnología existente, editar videos, desdibujar la realidad, confundir.

El transcurso del tiempo, la repetición de la mentira y el constante bombardeo de imágenes fuera de contexto, nos imponen el reto de no olvidar lo que realmente sucedió. Es nuestra obligación estar claros y no permitir que nos alteren los recuerdos. No sería justo ni con las víctimas directas, ni con las indirectas  (que somos todos) ni con el País como entidad superior.

Los “revisionistas nacionales”  (aquellos que pretenden negar o alterar la Historia) no cesan en su empeño de hacernos creer que lo ocurrido fue algo distinto a lo que de verdad pasó y a lo que efectivamente recordamos.

TRAS CUATRO DÍAS DE PROTESTA SE CONVOCÓ
A UNA MARCHA MULTITUDINARIA

No voy a hacer énfasis en mis referencias a Carmona, Ortega o al Cardenal Velazco, ni siquiera al Alto Mando Militar, que le anunció al País que se le había solicitado la renuncia al Presidente por los hechos ocurridos ese día y que éste había aceptado. Eso lo vimos y oímos todos. Quiero más bien referirme precisamente a los hechos que motivaron la posterior renuncia de Chávez. A lo que ocurrió en esa fatídica marcha del 11 de abril de 2002.

Ese día y luego de más de cuatro días de protestas y vigilia permanente, exigiendo meritocracia en PDVSA (en aquella PDVSA que todavía enaltecía al País), se convocó a una marcha que se volvió multitudinaria, que terminó camino a Miraflores pidiendo la renuncia del Presidente.

FRENTE A UNA MARCHA PACÍFICA
LOS FRANCOTIRADORES

Comenzaron a desarrollarse entonces de manera paralela y simultánea tres eventos: por un lado, una marcha pacífica, armada de pitos, pancartas, entusiasmo y energía que exigía y ejercía su legítimo derecho a protestar. Por otro lado, los asesinos, siguiendo órdenes superiores, se apostaron para atacar a esa marcha, como en efecto lo hicieron, a los fines de impedir que continuaran con sus exigencias.





LA FALLIDA ACTIVACIÓN DEL PLAN ÁVILA

Estos, llámense pistoleros de Llaguno, llámense francotiradores, llámense como quieran llamarlos, dispararon a mansalva contra los manifestantes pacíficos, quienes a pesar de las bajas continuaron con la protesta y exigencia de renuncia presidencial. Ante la evidencia de los hechos Chávez decide hacer dos cosas: encadenar a los medios de comunicación para que no siguieran trasmitiendo  ni la marcha ni los asesinatos y activar el ya famoso Plan Avila.

Afortunadamente para los venezolanos, ninguna de sus órdenes se cumplió a cabalidad. Las televisoras partieron la imagen de la pantalla en dos y mientras el presidente hablaba, transmitían en vivo lo que ocurría. Y los militares dignos de las Fuerzas Armadas, se negaron a acatar sus órdenes.

ERAN PITOS CONTRA BALAS

Algunos tanques salieron, cómo olvidar a Tiburón I y Tiburón II. La Guardia de Honor (o del deshonor) junto a la Guardia Nacional, que estaba en los alrededores de Miraflores, junto a los francotiradores allí apostados, también atacaron a la indefensa población. Eran pitos contra balas. Pero por suerte nuestra Fuerzas Armadas es venezolana y no libia o iraquí y así se evitó una masacre.

CHÁVEZ NEGOCIA Y UN DESPECHADO ARIAS CÁRDENAS
PIDE A BADUEL QUE RESCATE AL PRESIDENTE

Lo que vino después es harto conocido. Chávez, protegido por la Iglesia, debido a su propia solicitud, negocia con los militares desobedientes y es llevado de Turiamo a La Orchila y posteriormente traído de vuelta, luego de que un despechado Arias Cárdenas le pidiera a Baduel que rescatara al presidente.

EL 14 DE AGOSTO DEL 2002 EL TSJ DETERMINÓ
QUE LO QUE HUBO FUE UN VACÍO DE PODER

El 14 de agosto de 2002, el Tribunal Supremo de Justicia, determinó que lo ocurrido ese día no fue un golpe de estado sino vacío de poder. Por su parte, Chávez ha reconocido que él mismo generó la crisis  para depurar a las Fuerzas Armadas y nueve años después aquí estamos. Quienes salvaron a la marcha, presos o perseguidos y los responsables de las matanzas, libres y tergiversando la verdad.

Y A PARTIR DE ENTONCES NADIE SE HA ATREVIDO A
PEDIR LA RENUNCIA DEL PRESIDENTE

A partir de ese momento ya nadie se atrevió a pedir la renuncia del presidente por temor a ser llamado golpista. Ese objetivo lo lograron. Nos acomplejaron y nos callamos. No importa, eso ya es pasado. Lo que no debemos permitir es que nos hagan olvidar la verdad. Vienen tiempos de cambio. Ojalá entonces se haga Justicia.


          Jesús Urdaneta Hernández
          C.I. 4.391.814
          Email: jesusurdanetah@gamail.com
          Twitter  @jesusurdanetah

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