jueves, 2 de julio de 2009
EDGAR JAIMES - LA UNIVERSIDAD NO DESEABLE
Reconozco lo incomodo que es opinar sobre los vicios o irregularidades que ensombrecen la imagen de una institución tan deseable como LA UNIVERSIDAD, más aún cuando ha sido prospectada como “La casa que vence las sombras”, al servicio y el bienestar del pueblo venezolano. En efecto, la Ley de Universidades vigente define a la universidad venezolana como la institución democrática y autónoma por excelencia, cuyas funciones esenciales se identifican con la necesaria transformación de las estructuras socioeconómicas de la Nación.
En este sentido, es pertinente recordar que el Estatuto del Personal Docente y de Investigación de la Universidad de Los Andes (EPDI-ULA) establece en el Artículo 4 que: “Por la relevancia de las funciones que cumplen…, los miembros del personal docente y de investigación tienen alta responsabilidad en el destino de la Institución…” Por su parte, el Artículo 6 plantea que: “Los miembros del personal docente y de investigación deben formarse clara conciencia de sus deberes y obligaciones y en su cumplimiento colocarán los superiores intereses de la Nación y de la Universidad por encima de los particulares, grupales o partidistas”.
Esta larga introducción tiene por objetivo presentar las bases jurídico-legales sobre las cuales se sustenta La Universidad Deseable. Pero, ¿cuáles son los rasgos que la amenazan o debilitan ? La respuesta a esta pregunta no es fácil y directa. El propósito de este artículo es el de puntualizar algunos de estos rasgos que en los últimos 25 años se han puesto de manifiesto y no se han corregido de un todo.
En lo concerniente a la ULA, cada vez es más evidente la falta de voluntad política e institucional por parte de las autoridades universitarias, y de muchos de los integrantes de la comunidad universitaria, para anular estos rasgos negativos que poco a poco la van convirtiendo en una universidad no deseable. Ciertamente, una universidad deviene en no deseable en la medida que:
1º) Los miembros de la comunidad universitaria continúen interponiendo recursos de nulidad contra los reglamentos internos de la universidad cuando éstos sean contrarios o dejan de ser reflejo de sus intereses “…particulares, grupales o partidistas”. Ejemplo: la arbitraria imposición de la actual Vicerrectora Académica de la ULA, por la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, en flagrante violación de la Autonomía Universitaria, después que impugnó el contundente triunfo del Dr. Manuel Dágert, argumentado ilegalidad en la aplicación del reglamento electoral, el mismo que le favoreció en procesos electorales anteriores.
2º) El Consejo Universitario (CU) siga avalando vicios administrativos continuados y cometidos ex-profeso, desde el año 1996, por parte de los Equipos Rectorales (ER), relacionado con el desvío de recursos presupuestarios hacia programas académicos ineficaces e ineficientes. Ejemplo: el Programa de Becarios Académicos de Postgrado (PBAP) hacia el cual se desvían dichos recursos, en detrimento del Plan II-Generación de Relevo, el cual demostró ser un programa exitoso y necesario para la ULA, porque garantiza la restitución de una parte importante del personal docente y de investigación que se va estar jubilando en los próximos veinticinco años, prospección académica que jamás será alcanzada por el PBAP.
3º) Los Consejos de Núcleo y de Facultad de la ULA sigan tomando decisiones contrarias a lo establecido en las normas, estatutos o reglamentos que rigen al interior de la universidad. Ejemplo: la designación de los delegados principales ante las Comisiones del CDCHT y otras instancias universitarias de la ULA.
4º) Las máximas autoridades (ER y CU) tomen decisiones contrarias a las normas ético-protocolares establecidas para la entrega de títulos universitarios. Ejemplo: el otorgamiento del título de Licenciado en Ciencias Políticas al entonces Br. Nixon Moreno en diciembre de 2007, acto realizado por el ER de la ULA, en la sede de la Nunciatura Apostólica del Vaticano, en Caracas. En dicho acto se puso de manifiesto un interés más grupal que académico lo que degradó significativamente la mejor imagen institucional de la ULA ante la colectividad regional y nacional.
5º) Se exacerbe, por parte de sectores gubernamentales y de la oposición, la manipulación de grupos estudiantiles, promoviendo su participación en manifestaciones violentas o en enfrentamientos entre sí, atentando contra su integridad física, poniendo en riesgo la del resto de la comunidad universitaria y, en general, la del entorno a la Universidad. Ejemplos sobran en todo el país.
6º) Se irrespete la dignidad e integridad física de cualquier miembro de la comunidad universitaria que piense distinto a las organizaciones que hacen actividad política en el ámbito universitario, tanto del oficialismo y de la oposición, lo cual se pone de manifiesto a través de la amenaza, la persecución, el hostigamiento, intimidación y la agresión física o verbal. Ejemplos sobran en todo el país.
Hasta aquí puntualizo una parte de los vicios e irregularidades que ya tienen una larga data de ocurrencia en el seno de las universidades venezolanas y, particularmente, en la ULA. Me abstengo de indicar otras que son aún más graves a las antes mencionadas, porque requeriría no menos de cinco cuartillas adicionales para resumirlas.
Sobre la Universidad Deseable comentaré en un próximo artículo, haciendo énfasis en sus logros, hechos y actividades más significativas que la han convertido en “La casa que vence las sombras…” Ese es el modelo que los universitarios venezolanos debemos reproducir constantemente, poniendo al servicio de ella lo mejor de nuestros intereses personales. jaimes@ula.ve
Dr. Edgar Jaimes, Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo
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