domingo, 26 de julio de 2009
EDGAR JAIMES - PODER Y OLIGARQUÍAS: LA ÓPERA BUFA DE HONDURAS
La crisis socio-política que se vive en Honduras es el claro reflejo de una lucha por el poder político-económico producto de las contradicciones internas de la clase oligárquica de ese país centroamericano.
En efecto, el sector oligárquico que dio el “golpe de estado constitucional”, desalojando del poder al oligarca-terrateniente Manuel Zelaya, se opone al modelo político de re-elección indefinida, similar al impuesto por Hugo Chávez (HC) en Venezuela, ya que los dejaría fuera del reparto del poder, perpetuando en el gobierno al sector oligárquico que lidera Zelaya.
La causa de esta “crisis constitucional” radica en la misma Carta Magna Hondureña, particularmente en los llamados “Artículos Pétreos”, porque fue estructurada y redactada para que sirviera de comodín jurídico-legal en beneficio de los intereses de los sectores oligárquico-burgueses, situación que se mantuvo imperturbable hasta el 28-06-09 cuando los poderes constituidos asestaron al sector oligárquico dirigido por Zelaya el golpe de estado de marras. Ante esta coyuntura político-militar-social: ¿cuáles serían los posibles escenarios en el futuro inmediato?
Un escenario sería la restitución de Zelaya al gobierno en los términos establecidos en la constitución hondureña, es decir sin promover consultas para introducir reformas con fines reeleccionistas. En este caso, la negociación incluiría la no aplicación de sanciones a los “golpistas constitucionales”, beneficio extensivo al propio Zelaya dado que él fue el primero que violentó las reglas establecidas en esa constitución burguesa. Esta salida cuenta con el apoyo de Washington, toda vez que se mantiene el orden constitucional establecido en Honduras, fortaleciendo a la pandilla de oligarcas que dirige Micheletti, presidente de facto, la cual se perpetuaría en el poder ya que abriría la economía hondureña al capitalismo transnacional, situación de la cual fue beneficiario Zelaya, ya que le permitió no sólo acumular riqueza sino lograr poder político. Esta salida es el eje central del acuerdo de San José, propuesto por el Presidente de de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Dr. Oscar Arias Sánchez, en su condición de mediador entre las partes en conflicto. Aparentemente, esta propuesta sería apoyada por el gobierno de facto, más no por el gobierno derrocado.
Un segundo escenario, diametralmente opuesto al anterior, sería la restitución de Zelaya para que finalice su periodo gobierno, sin aplicar sanciones a nadie, pero permitiéndole una consulta popular, supervisada por algún organismo internacional (OEA, ONU o el Centro Carter), sobre la necesidad de reformar la constitución con objetivos reeleccionistas. Esta salida también cuenta con el apoyo de Washington y del resto de la comunidad internacional, incluidos los países del ALBA. Es rechazada por el gobierno de facto.
Una tercera opción pudiera ser que la situación de facto se mantenga sin ningún tipo de negociación entre las partes en conflicto, lo cual obligaría a que se adelantaran las elecciones en Honduras con el objetivo de aminorar las presiones y sanciones que impondría el capital transnacional hasta realizar las mismas. Este escenario cuenta con el aval subrepticio del gobierno de EEUU y otros países. Esto explicaría la recomendación de la Casa Blanca a Zelaya de no regresar a Tegucigalpa mientras se desarrollan las conversaciones de la mediación-negociación entre las partes. Hasta el momento de escribir estos comentarios (23-07-09, 11:30 am) no se tenía conocimiento sobre un acuerdo por alguna de las soluciones planteadas o de otra distinta a estos escenarios.
Como es fácil apreciar, EEUU sería el garante de la estabilidad socio-política en Honduras y Centro América porque estaría involucrado en todos los escenarios posibles de soluciones a la crisis antes indicada, incluido el militar. Esto es lo que algunos analistas denominan la “Doctrina del Shock”, ya que el objetivo de Washington es el de fortalecer gobiernos democráticos de larga duración, que garanticen la inversión de capitales extranjeros, sin hacer reparos en cuanto a si las elecciones sean o no fraudulentas, ni que los elegidos sean o no a perpetuidad. Así ocurrió durante cuarenta años en Venezuela, tiempo en el cual imperó la hegemonía de los partidos AD y COPEI. Hoy, con el gobierno revolucionario, bolivariano, oligárquico y neo-burgués de HC, la situación es muy similar a los gobiernos de la 4ta república, aunque distinta en la forma.
Es indudable que lo acontecido en Honduras ni remotamente tiene parecido con una situación revolucionaria o que esté en peligro el orden establecido. Esto no es más que una vulgar lucha entre “caimanes del mismo pozo”, en la cual una pandilla tiene las armas y la otra recurre al apoyo popular e internacional como factores de negociación.
Esta crisis, como toda crisis interclasista, se solucionará con un acuerdo donde una parte del pueblo pondrá algunos de los muertos en apoyo de Zelaya y la otra en apoyo de los golpistas, mientras los reales factores de poder negocian la salida a la crisis en beneficio de la burguesía y el capital internacional. Posteriormente, el pueblo hondureño pondrá los votos cuando sea convocado para que elija a su próximo verdugo.
En esta ópera bufa el gran director de escenas es el gobierno de EEUU que, bajo el libreto de la DOCTRINA SHOCK, abrió el telón del espectáculo propiciando el golpe de estado en Honduras, igual como lo hizo con Saddam Hussein a quien después le impusieron sus condiciones, de la misma forma lo harán no sólo contra Zelaya, sino contra toda la burguesía de Honduras. La participación de Micheletti, Zelaya, Chávez, Castro, Evo, Correa, Ortega, Cristina, Insulza y Arias es la de actores de reparto en diferentes escenas. jaimes@ula.ve
Dr. Edgar Jaimes, Profesor Titular Jubilado del NUUR-ULA, Trujillo
Etiquetas:
Edgar Jaimes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario