jueves, 9 de diciembre de 2010

OTTO GEBAUER - HAY QUE PONERLE FIN A LA PERVERSA IMPUNIDAD




El pasado 6 de diciembre se cumplieron 12 años desde que Hugo Chávez, ganara las elecciones presidenciales de aquel convulsionado año de 1998. En ese entonces los venezolanos buscaban deslastrarse de la pobreza, el bipartidismo, la corrupción, la impunidad, el clientelismo y la dictadura cogollerica de un grupito de vivos que por años se repartieron Venezuela y con ello, el destino de miles de habitantes que en esta tierra de gracia, hacíamos vida.

Sé que muchos culpan al bipartidismo que por 4 décadas imperó para qué adecos y copeyanos impusieran su hegemonía. En lo particular considero que responsabilizar a las estructuras partidistas que se alternaron en la presidencia y degeneraron con el devenir del tiempo en una perversa modalidad cuyas carencias de controles las hizo víctimas de las más oscuras ambiciones de sus representantes; es como hacer responsable a un vehículo de una infracción de tránsito y no a su conductor,  quien es el verdadero culpable de las consecuencias generadas por la transgresión cometida.

El  98 fue un año de caos partidista; el voraz apetito de quienes pretendían quedarse con el poder una vez más, pisoteó los deseos de cambio que a gritos pedían un numero muy considerable de venezolanos. Estos “líderes” únicos en su especie por estar divorciados de las pretensiones de la masa electoral; al igual que un grupo de supuestos “notables” (intelectualmente, económicamente, marginal y resentidamente hablando) empujaron  a un “GOLPISTA FRACASADO”  -incapaz de aprobar el curso de estado mayor del Ejercito, por sus propios medios cuando era oficial activo-  a encumbrarse en el poder. Claro, que otros muy sagaces, creyeron en la posibilidad de montar a un títere que les iba a permitir disfrutar de las mieles del poder, sin ser parte activa de éste.

Doce años han transcurrido de ese macabro experimento; todos conocemos los resultados. Al “Frankenstein criollo” no le cuajaron sus partes e hizo corto circuito, razón por la cual se encuentra a la deriva y sublevado de sus maestros, destruyendo -como termita- todo a su paso. Con él, cabalgamos como sociedad sin rumbo fijo; la improvisación marca la agenda y el plan de gobierno se traspapeló. Dependemos de sus ideas y pueriles ocurrencias, atrás quedaron los objetivos nacionales; gracias a dios, la constitución no está impresa en hojas “ultra soft”

Las instituciones políticas del gobierno fueron penetradas y secuestradas por elementos que poseen estrechos vínculos con el delito de corte internacional y el proyecto socialista, sólo provocan ruinas y la destrucción del ser humano. Espero que cuando esto concluya, esta fatídica lección nos deje como aprendizaje que el PSUV no es el responsable. 

Fueron sus actores, unos más, otros menos, quienes deberán responder sin contemplación alguna, ante un sistema judicial idóneo que le ponga fin a la perversa impunidad. Así podremos cerrar un triste capítulo para dar inicio a la reconstrucción de la Venezuela que soñamos para nuestros hijos.

PD: Mi solidaridad con todas las víctimas inocentes de la incompetencia gubernamental y no de los cambios climatológicos de un país tropical. Espero entiendan que la solución a su tragedia  ¡ESTÁ EN SUS MANOS!  Con urgencia requerimos de un estadista que dirija nuestros destinos.

 Ramo Verde, 08 de diciembre de 2010

Otto Gebauer
“SECUESTRADO”
Por Hugo Chávez.

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