miércoles, 13 de julio de 2011

EDGAR JAIMES - ECO-SOCIALISMO Y LA “ECONOMÍA VERDE” (II)

Algunos lectores de mi reciente artículo sobre Eco-Socialismo y la “Economía Verde” formularon preguntas y observaciones que considero claves para abordar este complejo e interesante debate sobre dos visiones que, según unos, serían complementarias pero, para otros, son contrapuestas.

Sobre el análisis de otros aspectos de la Bio-Economía (emplazamientos mundiales de la “biomasa”; sus cantidades equivalentes en valores monetarios; estrategias de inversión y los factores de la nueva Geo-Política verde), recomiendo a los lectores leer el dossier: “Los nuevos amos de la biomasa y el próximo asalto a la biodiversidad”, publicado en marzo de 2011 por la organización ETC GROUP (**).
Antes de realizar el análisis comparativo entre Eco-Socialismo y Economía Verde es pertinente acotar que  históricamente sólo ha existido una economía de base biológica y ella  data desde el origen de la agricultura en el planeta tierra, hace unos diez mil años. Por ello es que los promotores de la “nueva bio-economía” la formulan como el retorno a un “modelo económico sustentable”.

Es pertinente señalar que si hoy ese modelo económico se viste de “verde” no es por altruismo, ni por solidaridad o amor al prójimo; es porque ya sacó la cuenta en equivalentes de valor monetario de la riqueza que representa el carbón verde, propio de los ecosistemas terrestres superficiales, que es muy superior a los contenidos por los yacimientos sub-superficiales de carbón negro, minerales y gas; cuya explotación a lo largo de cien años ha provocado la miseria material-espiritual en la humanidad y la degradación ecológico-ambiental del planeta tierra.

Por lo tanto, hablar del retorno a un “modelo económico sustentable” es falaz y tergiversador de la realidad porque más de mil millones de personas, entre agricultores, pueblos indígenas, pastores, pescadores, habitantes de los bosques y otras comunidades tradicionales, todavía permanecen independientes de la economía de los hidrocarburos, haciendo un uso sostenible de la tierra y con una visión ecológica y social; es decir, practicando el Eco-Socialismo.

De allí que las décadas por venir estarán marcadas por una tenaz lucha entre la visión humana del Eco-Socialismo y la visión degradante-expoliadora de la Economía Verde, ya que la primera depende exactamente de los mismos recursos naturales que la “nueva bio-economía” pretende tomar y utilizar para fines industriales y energéticos, sin reconocer que esa “biomasa” no solamente es utilizada como un recurso por esas comunidades sino que también está profundamente interconectada con sus culturas y sistemas de conocimiento.


¿Qué diferencia al Eco-Socialismo de la Economía Verde? Para responder esta pregunta me apoyaré en un análisis comparativo que presenté en el Foro sobre el Socialismo del Siglo XXI, organizado por el Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias (CILL), del NURR-ULA, en mayo de 2007; esto es:

A) Eco-Socialismo. Los sistemas que conforman este modelo de producción se caracterizan por: 1) Desarrollo de una  organización y estructura interna heterogénea, ordenada y de baja entropía; 2) Producción y distribución de bienes y servicios de alta durabilidad, con una concepción de totalidad, es decir en función de los requerimientos sociales; 3) Fomento de la necesidad del aprendizaje-enseñanza del conocimiento y los saberes en colectivo, como premisa de transformación social; 4) Desarrollo de relaciones horizontales entre las personas a partir de la visión compartida de la realidad, privilegiando la solidaridad humana.

B) Economía Verde. Lejos de constituir un cambio hacia una nueva economía, este modelo de producción-consumo constituye una reconfiguración de la vieja forma de producir, consumir, acumular capital y explotar, sólo que ahora se realiza a través del saqueo de una nueva fuente de carbono con el propósito de mantener en movimiento la maquinaria industrial capitalista.

En consecuencia, los sistemas que lo conforman poseen las mismas características del viejo capitalismo, esto es: 1)  Concentración de la energía y los recursos naturales por una clase privilegiada y dominante; 2) División social del trabajo y máxima rentabilidad; 3) Creación de nuevas necesidades y producción de bienes de baja durabilidad; 4) Manejo parcelado de saberes apuntalados por la competencia y el cientificismo; 5) Maximización del caos y la entropía de los sistemas; 6) Visión de la naturaleza en términos de su valor comercial y su potencial de lucro.


Edgar Jaimes (*)

(*) Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo. jaimes.5060@gmail.com

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