domingo, 1 de julio de 2012
JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ - LA CONSTITUCIÓN DE 1947
Andrés Eloy Blanco
Es
la verdadera práctica de las virtudes democráticas, lo que hace la democracia,
la verdadera realidad de la vida y de los derechos
Desde
Lechería.- El próximo 5 de julio se cumplen 65 de la
promulgación de la Constitución dictada por la Asamblea Nacional Constituyente
de 1947, presidida por Andrés Eloy Blanco. Constitución significativa producto
del debate plural de todas las tendencias, que logró consagrar un sistema de
plenas libertades ciudadanas transformadoras del país. Constitución que
estableció: “un régimen democrático ejemplar”, tal y como lo señaló Luis
Beltrán Prieto, y que previó disposiciones fundamentales en materia de deberes
y derechos cívicos, sociales y económicos consideradas entonces las más
avanzadas de América.
Ella
definió por primera vez la democracia: “como único e irrenunciable sistema de
gobernar”, la “libertad espiritual, política y económica del hombre” como la
razón primordial de la existencia de la Nación Venezolana, fundada en “la
dignidad humana, la justicia social y la equitativa participación de todo el
pueblo en el disfrute de la riqueza nacional”, derechos estos negados por la
dictadura de Juan Vicente Gómez, que impuso en el país, durante 27 años, un
régimen militarista, desconocedor de libertades y derechos, sujeto a la
voluntad despótica de un hombre.
Materias
como la inviolabilidad de la vida, la prohibición de la pena de muerte, la
libertad y la seguridad personales, la eliminación del reclutamiento forzoso,
de las detenciones arbitrarias, de la incomunicación y de la tortura, el
derecho de asilo, la libertad de conciencia, la inviolabilidad del hogar, la
libertad de pensamiento, el derecho de reunión y otras, nos incorporaron entonces
a los Estados Democráticos modernos.
En
lo educativo, se contempló el deber de: “formar ciudadanos aptos para la vida y
para el ejercicio de la democracia”, con “espíritu de solidaridad humana” y con
“medios indispensables para la superación de su nivel cultural”.
La
conservación de los recursos naturales, la garantía del derecho de propiedad y
su función social, la prohibición de la confiscación y del monopolio, el
reconocimiento del derecho de elegir para hombres y de mujeres mayores de 18
años, y la declaratoria como usurpación de atribuciones de todo acto del Poder
Público que extralimitase sus facultades y atribuciones, fueron parte de los
logros. Las Fuerzas Armadas fueron previstas como una “institución apolítica,
esencialmente profesional, obediente y no deliberante…” regida por “la norma de
dignificación de sus integrantes” y por “el concepto de institución impersonal
al servicio de la Nación”.
Pero
no basta a los pueblos una Constitución Aun cuando Andrés Eloy Blanco la
calificó de: “hermosa como la democracia”, advertía que: “Cuando se hace una
Constitución, se hace un código de moral, pero no se hace una moral…; … se hace
una norma de conducta, pero no se hace una conducta; …se hace una ley de buen
gobierno, pero no se hace un buen gobierno”. Es la verdadera práctica de las
virtudes democráticas, lo que hace la democracia, la verdadera realidad de la
vida y de los derechos, la voluntad respetada de las mayorías en convivencia
civilizada y digna es lo que caracteriza a una sociedad libre. Tal fue el legado de 1947.
JOSÉ FÉLIX
DÍAZ BERMÚDEZ
EL TIEMPO / 01.07.2012
05:15
AM
Etiquetas:
Andrés Eloy Blanco,
José Félix Díaz Bermúdez
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario