lunes, 15 de octubre de 2012

JUAN CARLOS SOSA AZPÚRUA - SER RADICAL



Aclararé lo que significa para los radicales el término “radical”.

La vida es una sola y constituye el bien más preciado que tenemos, porque si lo perdemos, lo perdemos todo.  La Libertad es el idioma de la vida, lo humano se explica gracias a la Libertad, los humanos no somos animales porque somos libres.

Cuando algo atenta contra la Libertad, está atentando contra lo humano, ergo está quitándole a la vida su forma de expresión y su esencia. Un hombre esclavo, no es hombre, es esclavo, que es lo mismo que decir que está muerto, es un zombie, un ser sin esencia, si posibilidad que su vida tenga algún valor en lo que respecta a la expresión de su naturaleza.

Cuando algo atenta contra la Libertad, ese algo es un enemigo implacable, porque si tiene éxito, nos mata lo humano que hay en nosotros, volviéndonos esclavos. Por eso un régimen que viola la Libertad, es un régimen que puede y debe ser combatido con cualquier medio disponible, sin matices y sin contemplaciones.

Atenuar esta premisa es lo mismo que hacen los que deciden negociar con narcoterroristas, conciliar posiciones con asesinos. Los mismos que defienden los derechos humanos de monstruos como Osama Bin Laden pero nunca hacen mención de los derechos humanos de las miles de personas asesinadas por este difunto enemigo barbudo de la Libertad.

Los conciliadores concilian ambas posiciones, las de Bin Laden y las de sus víctimas; las del pueblo colombiano y las de la narcoguerrila que lo destruye con drogas y bombas.

Los  conciliadores buscan ser comprensivos, usan matices para llegar a posiciones de consenso; y así los Bin Laden, los Marulanda, los Chávez, y un sinnúmero de enemigos de la Libertad logran escabullirse y continuar sus respectivas muecas destructivas.

En Venezuela la Libertad está en juego con el régimen de Chávez  y por ende el régimen de Chávez debe desaparecer, como sea.  Los radicales entendemos esto muy bien. Los conciliadores buscan explicaciones matemáticas, tratan de descubrirle las cinco patas a la rata…y así se les va la vida y obviamente el país.

Para los radicales lo que sucedió el 07 de octubre fue una tragedia de proporciones catastróficas. Por eso nos sentimos frontalmente insultados por las posiciones conciliadoras, por las auto felicitaciones pepsodent de los responsables de esa hecatombe y por sus maneras suaves y cínicas de “pasar la página”… sus formas “conciliadoramente democráticas”.

Por eso nos hartamos; es imposible de tragar que los individuos que han permitido que esta tragedia ocurriese, cuando hubo muchas formas advertidas de evitarla (y que sabotearon y ridiculizaron), pretendan seguir aplicando sus estrategias fallidas; y mucho menos soportamos a los necios que los aplauden y que además tienen los bríos de insultar a quienes estamos de luto, solamente porque se nos ocurre abrir la boca para decir que es una total y absoluta FARSA todo el proceso que culminó en ese patético discursillo bobalicón que le entregó nuestra Libertad al régimen de Chávez, cual cochino mordiendo una manzana, en bandeja de oro y brillantes, legitimándolo por seis años más. ¿Para qué otra cosa sirvió esa bufonada del domingo más triste de la historia de este país? ¿Para las cretinadas que alega la MUD, y que taladran la materia gris de quien la tenga?

Por todo esto somos radicales, porque entendemos que la Libertad solamente se merece cuando se lucha con la vida por no perderla; no cuando se le considera una simple apuesta para jugársela en un hipódromo electoral.

Juan Carlos Sosa Azpúrua
15 de octubre del 2012
    

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