domingo, 14 de agosto de 2016

EL LIBELO VARGAS LLOSA

 


EL LIBELO VARGAS LLOSA
Luis Marín

En su más reciente invectiva contra Israel Mario Vargas Llosa comienza con una serie de errores tan inexcusables que no pueden ser casuales, lo que obliga a un examen más  detenido. Tituló como “Los Justos” al primero de una serie de artículos y un video publicados con gran despliegue por el Diario El País de España.

Pero un artículo con ese mismo título ya lo había publicado el mismo diario hace más de diez años, el 08 de octubre de 2005, lo que sólo sería una falta de lesa literatura si no se comparan para ver el porqué de la repetición, salvo que les parezca algo impactante y acertado, puesto que se ha mantenido inmune a la crítica durante tanto tiempo.

Aquella vez MVLl definía a Los Justos “en el sentido en que usaba esta palabra Albert Camus. Un puñado de mujeres y hombres excepcionalmente íntegros y valerosos que dan una batalla política, intelectual, cultural y periodística poco menos que quijotesca”.

En verdad Los Justos de Albert Camus son una organización terrorista rusa que asesinó al Gran Duque Sergei Alexandrovich Romanov, gobernador de Moscú, arrojándole una bomba a su carruaje el 17 de febrero de 1905.

Ellos no tienen una concepción unívoca de la justicia, la moral o la política sino al contrario, plantean la clásica contraposición entre idealistas y cínicos, representados por Iván Kaliayev y Stepan Fedorov, respectivamente.

La controversia surge al advertir, en el momento de perpetrar el atentado, que el Gran Duque cargaba a sus sobrinos en el carruaje, dos niños inocentes. Iván se paraliza; para Stepan “sólo vio a los dos perros sabios del Gran Duque” (algo excepcionalmente íntegro y valeroso).

En el reciente artículo MVLl define a Los Justos de un modo harto diferente: “Hay en la milenaria historia judía una tradición que nunca se interrumpió: la de los justos. Esos hombres y mujeres que, de tanto en tanto, surgen en los momentos de transición o de crisis, y hacen oír su voz, enfrentados a la corriente, indiferentes a la impopularidad y a los peligros que corren actuando de ese modo,  para exponer una verdad o defender una causa que la mayoría, cegada por la propaganda, la pasión o la ignorancia, se niega a aceptar. Yehuda Shaul es uno de ellos en nuestros días. Y, por fortuna, no es el único.”

El lector desprevenido no podrá advertir jamás que el modelo de “justo” del primer artículo de MVLl era Ilan Pappe, un renegado judío que abandonó Israel para dedicarse a promover el boicot en su contra desde la universidad de Exeter en Gran Bretaña y al que por motivos que debería explicar ni siquiera menciona en esta nueva versión, pese a que todos los demás ejemplos de “justos” que cita son exactamente los mismos.

Incluso evaluó como mérito un sonado caso, en el que Pappe se involucró sin tener arte ni parte, referido a una tesis de grado escrita por un tal Teodoro Kats en la que reseñaba una supuesta matanza de árabes en Tantura, en 1948, en plena guerra de independencia. Expone el caso con detalle; pero no dice que Kats fue demandado y se retractó de sus infundios en el tribunal y luego se retractó de su retractación.

Pappe acusa a Israel de limpieza étnica, de ser un estado colonialista opresor y practicar el apartheid; participa como atracción en los vergonzosos shows de la TV británica que refocilan odio antijudío, en fin, los mismos británicos critican su unilateralismo, incapaz de ver nada bueno en Israel ni nada malo en ninguna otra parte.

Llevó a MVLl a visitar la tumba del “guerrero palestino Iz al-din al-kassam”, que  limpian cada año; en verdad, el creador de la organización terrorista “La Mano Negra”, pupilo del Muftí de Jerusalem Al-Husayni, a su vez aliado de Hitler, hoy es el héroe epónimo de las milicias de Hamas.

“Su crítica al sionismo es frontal: un país no puede ser democrático de verdad si practica el exclusivismo religioso o étnico”. Pero esto no es una crítica sino una calumnia. El sionismo es laico por antonomasia, hasta Stalin y Gromyko lo reconocieron como un movimiento de liberación nacional, anti-colonialista.

Lo que Varguitas no dice es si su nuevo artículo es una rectificación del anterior.

ROMPIENDO EL SILENCIO (BtS)

El error más grotesco de MVLl es que otorga el título de “justos” a judíos y eso no se corresponde con ninguna tradición de la milenaria historia judía. Nadie conoce a los 36 hombres justos que sostienen al mundo e impiden que Dios lo destruya, están ocultos, no se conocen entre sí y ni siquiera ellos mismos saben que lo son. JL Borges ha escrito: “Si un hombre llega al conocimiento de que es un Lamed Wufniks (un justo) muere inmediatamente y hay otro, acaso en otra región del planeta, que toma su lugar”.

No son designados por nadie y su elección es un misterio: “Porque el Señor es un Dios Justo; bienaventurados los que esperan en Él”. Quizás son seres marginados y patéticos, a los que nadie presta atención; pero si desaparecieran, el mundo también desaparecería.

Los que sí se nombran son los justos entre las naciones, pero esa tarea no le concierne a MVLl sino a Yad Vashem, que otorga este título honorario a no-judíos que hayan asumido “total responsabilidad por la supervivencia de los judíos”.

Si se quisiera tomar en serio a MVLl y no hay manera de no hacerlo porque es Premio Nobel de literatura, lanza sus misiles con carga nuclear desde la plataforma que le presta el Diario El País hacia todo el mundo de habla hispana y más allá, con el ventajismo de que nadie que lo contradiga será escuchado, entonces, algo habrá que decir, aunque sea para pocos.

Veamos, ¿quiénes son justos entre las naciones? Raoul Wallenberg, diplomático sueco acreditado en Hungría que en plena II Guerra Mundial se dedico a salvar judíos de la deportación a los campos de la muerte; capturado y desaparecido por el ejército rojo, probablemente fue asesinado en 1947 en los calabozos de Lubianka en Moscú.

Irena Sendler, enfermera polaca que sacaba niños, incluso bebes, del Gueto de Varsovia mientras era destruido y todos sus habitantes aniquilados. Fue encarcelada, torturada y condenada a muerte, de la que escapó gracias a la red que apoyaba sus actividades, que no abandonó, pese a todo, luchando clandestinamente hasta el fin de la guerra.

Miep Gies, humilde trabajadora que asistió a la familia Frank en su escondrijo en Ámsterdam; recogió, guardó y después de la guerra entregó al señor Otto nada menos que el Diario de Anna Frank, diciendo simplemente: “Éste es el legado de su  hija”.

Hay varios españoles entre los justos, como Ángel Sanz-Briz, diplomático destinado en Budapest que al principio salvó judíos sefarditas que consideraba como ciudadanos españoles de pleno derecho, pero, una vez enterado del exterminio, hizo extensiva su protección diplomática a miles de judíos cualquiera fuera su procedencia.

Eduardo Propper de Callejón, en la embajada de París y luego Burdeos, trabajando día y noche para expedir miles de visados de transito a judíos para que pudieran escapar a través de España hacia Portugal, sin tener autorización apropiada, por lo que fue amonestado por el ministro del exterior de Franco y perdió su carrera diplomática.

Ahora bien, vale preguntarse: ¿Cómo se puede comparar a tamañas personalidades con un chiflado como Ilan Pappe o con Yehuda Shaul? ¿A quién han salvado, no digamos judíos, ni siquiera árabes, que son el objeto de sus desvelos? ¿Con cuántos sacrificios?

Según palabras de YS, BtS sólo hace dos cosas: reunir testimonios de soldados activos o cesantes de las FDI, para luego divulgarlos mediante conferencias o cualquier tipo de publicaciones, incluso prometen un libro para conmemorar “50 años de ocupación”.

La condición esencial es que los testimonios sean negativos, que dañen la moral, imagen, integridad y honor de las FDI; pues no se sabe que incluyan testimonios que exalten la camaradería, espíritu de sacrificio, ayuda mutua; mucho menos auxilio a los árabes, de los que se multiplican ejemplos en la frontera con Siria, donde se asiste a heridos que no son solo niños, mujeres, civiles inocentes, sino francos enemigos que se despiden diciendo: “Muchas gracias, doctor, por salvarme la vida; pero si lo veo por ahí no voy a tener más remedio que pegarle un tiro”.

Lo que nadie puede ver ni comprender, ni siquiera MVLl, porque no lo dice en ninguno de sus artículos, es de qué manera esto ayuda a la paz, cómo contribuye a desenredar una madeja ya de por sí bastante enrevesada antes de que estos soñadores de lo imposible pusieran su esfuerzo y talento en socavar la determinación de las FDI de defender a los judíos a cualquier costo, lo que caracteriza a los verdaderos “justos”.

Dice YS con absoluta convicción que el único problema de Israel viene de la ocupación, del maltrato que le dispensa a los árabes y que abandonando los territorios, prohibiendo los asentamientos judíos y reconociendo la soberanía palestina (casi nada) todo lo demás se dará por añadidura, esto es, la paz, el amor y la fraternidad universal.

El primer artículo de MVLl coincidió con la retirada de la Franja de Gaza, de manera que todavía podía gozar del beneficio de la duda sobre cómo evolucionarían los hechos, aunque le hubiera bastado recordar la retirada del sur del Líbano.

Allí no existe ocupación, colonialismo, apartheid, etcétera; pero sí Hamas y Hezbollah.

JUDEA Y SAMARIA

De la avalancha de refugiados que asfixia a Europa ni uno solo proviene de Israel, porque árabes y consortes se quejan clamorosamente de maltratos, pero no se van. Vemos a un joven gritar en la TV que allí viven en un campo de concentración; el único en la historia del que los confinados pueden salir cuando les plazca y no lo hacen.

No obstante, la estigmatización de personas, productos y hasta de la academia judía se ha vuelto plausible en la Unión Europea, promovida por organizaciones narcoterroristas como PODEMOS, financiadas abiertamente por Irán y Venezuela; MVLl encubre esa discriminación con un barniz de respetabilidad, de justificación intelectual.

Nunca llama a los territorios por su nombre oficial “Judea y Samaria”, aunque sí abusa de otras denominaciones como territorios ocupados, margen occidental, Cisjordania y hasta la forma inglesa West Bank. Es comprensible que si los llamara como es y ha sido no le quedaría bien decir después que los judíos son invasores, colonos, que roban las tierras a los nativos y todas esas zarandajas propias de la izquierda internacional.

Y esto sí hay que decirlo con todas las letras: Mario Vargas Llosa es un oportunista político que se presenta aquí como si fuera de derecha liberal pero en Israel se convierte súbitamente en un izquierdista radical, lo que confiesa sin recato, como si no tuviera nada que ver con quienes lo invitan y pagan los gastos y honorarios correspondientes.

Y no es que tome posición al lado de izquierdistas israelíes conservando sus propias opiniones, lo grave es que asume como propio todo el discurso típico de la izquierda, no sólo respecto a Israel, que ya se sabe, sino el discurso anticapitalista y Tercermundista que pusieron de moda en los años 60 Frantz Fanon y Jean Paul Sartre.

Dice MVLl en su video que “la comunidad palestina es una comunidad muy pobre, que vive en unas condiciones muy limitadas por efecto de la ocupación y eso provee a Israel de una mano de obra muy barata que puede contribuir mucho a ese desarrollo que tiene, ejercitando una suerte de explotación”, ¡y dice ser ex-marxista!

Pero ese es el discurso que creíamos superado por Álvaro Vargas Llosa, Carlos Alberto Montaner, Plinio Apuleyo Mendoza, entre otros, como Carlos Rangel, criticando precisamente las posiciones de gente como Eduardo Galeano sobre la situación de Latinoamérica con respecto a los Estados Unidos y Europa.

Sería demasiado largo por más que completamente inútil desmenuzar también los otros artículos de la serie en los que se repiten cansonamente los mismos argumentos, si es que pueden llamarse así.

“Las aldeas condenadas” se ilustra con una foto de MVLl simulando escribir al lado de un pozo en la aldea de Susiya, supuestamente tapiado por judíos; aunque sin suscribir el libelo difamatorio de sus anfitriones de BtS de que los judíos envenenan los pozos, divulgado por Al Jazeera añadiendo que un rabino lo habría autorizado y repetido por Mahmud Abas en un discurso ante la Unión Europea.

Pero si introduce la palabra “betustán”, que no aparece en el DRAE, para equiparar con la situación de los blancos en Suráfrica; una política que no les va a funcionar porque ¿qué judío puede sentirse intruso en Judea? Como hay gente a la que le encanta citar la parábola del buen samaritano ignorando que nueve siglos antes de Cristo ya Samaria era la capital del Reino de Israel.

“Los niños terribles” es un bodrio indigerible de terror psicológico de masas que MVLl no asume como propio ni lo endosa a ninguna autoridad israelí sino a un abogado emergente, Gerard Horton, que no es árabe ni judío, sino británico/australiano, autentico deux ex machina del que no se sabe quién le dio vela en este entierro.

“La muerte lenta de Silwan”, versa sobre un barrio de Jerusalem que, al contrario del orden y limpieza del sector judío, se ahoga en basura e inmundicia, como un barrio de Caracas o, por qué no, de Lima. La variante es que aquí la invasión no es de tierras o pozos, sino de casas, apartamentos que se disputan pared por pared, como en los litigios por linderos en vecindarios apretujados, hay condominios donde sólo queda un vecino árabe resistiendo tenazmente la tentación de ofertas de compra a precios exorbitantes.

Como si se viera en un espejo, dice: “La religión es una fuente terrible de intolerancia, de sentirte justo, con la verdad en la mano, con el derecho de imponérsela a quien no cree en ella”. La verdad es que el judaísmo es la única religión no-proselitista de entre todas las religiones monoteístas; así como que él no tiene cualidad para decretar quien es “justo” en Israel, ni en ninguna otra parte.

El premio Nobel no da esa autoridad, aunque si es la fuente de confusión que hace creer que quien lo ostenta puede salir más allá del ámbito en que le fue otorgado, en este caso, en la literatura, para dictar cátedras de política, moral y tanto peor, de religión y el conflicto del medio oriente es, sin duda, un conflicto religioso.

Abomina la civilización del espectáculo, pero él es su maestro de ceremonias, estrella de farándula, de la revista Hola y los Papeles de Panamá.

En conclusión se define estupendamente a sí mismo: “Soy novelista y dedico mis días y mis noches a la gratísima tarea de fabricar mentiras que parezcan verdades”.


Luis Marín
14-08-16

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