(PARTE I)
En un artículo anterior (Cualidades autocráticas del régimen chavista) señalé, a manera de conclusión general, la inminente amenaza de que se implante en Venezuela un régimen TOTALITARIO O NEO-FASCISTA, apuntalado por un sistema económico retrógrado y salvaje como es EL CAPITALISMO DE ESTADO. La factibilidad de que esto ocurra, dependerá del desarrollo y profundización de los rasgos autocráticos manifestados por Hugo Chávez (HC) en los últimos cinco años de su gobierno, cuya legitimidad de origen nadie discute, pero con un ejercicio del poder que cada día lo separa más de las reglas constitucionales que rigen para un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, como se establece en la Carta Magna de 1999.
A raíz de estos comentarios, algunos lectores de las columnas que semanalmente coloco en este foro y en otros medios nacionales e internacionales, recomendaron la realización de un trabajo más general, destacando las características que mejor definen al TOTALITARISMO.
En efecto, según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE, 2001, Editorial ESPASA) el término totalitarismo define al: “Régimen político que ejerce fuerte intervención en todos los órdenes de la vida nacional, concentrando la totalidad de los poderes estatales en manos de un grupo o partido que no permite la actuación de otros partidos”. En consecuencia, el Totalitarismo ejerce una dominante influencia sobre las personas y, en especial, sobre las libertades, las cuales se ven disminuidas o anuladas.
Por ejemplo, la libertad de conciencia, la cual se manifiesta en cualquier ciudadano a través del libre acceso a la información y el desarrollo de una comunicación abierta y sin restricciones con su entorno, de acuerdo con los principios ético-filosóficos que rigen el libre pensamiento y expresión del mismo mediante cualquier medio de comunicación; las libertades políticas, como son el derecho de asociación, participación, movilización, huelga y manifestación pública; las libertades económicas, como es el caso de la producción, distribución o comercialización de rubros agroalimentarios y de otros bienes y servicios los cuales conforman la cesta básica que satisface necesidades humanas, se ven alteradas o intervenidas desde el poder ejecutivo que, en el caso de Venezuela, lo ejerce HC en funciones de Presidente de la República.
En este sentido, la política venezolana en los diez años de gobierno chavista se ha vestido de ideología oficial, teniendo como brazo ejecutor un sistema policial-militar que, mediante el miedo y el terror, pretende imponer un régimen de corte NEO-FASCISTA, basado en un nuevo prototipo de ideología Nacional-Socialista, cuyos objetivos principales son:
1º) Aplicar un estricto control político-social, utilizando para ello al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y organizaciones paramilitares, cuya principal misión es reprimir a quienes desobedezcan o se resistan a dicho control.
2º) Ejercer una brutal ideologización del sistema educativo en todos sus niveles (Pre-escolar, Primaria, Secundaria y Universitaria).
3º) Concentrar el poder económico y militar en una cúpula “cívico-militar”, centralizando la totalidad de los factores, medios y procesos productivos del país, es decir industriales, agroindustriales, agroalimentarios, entre otros.
Por lo tanto, si en los próximos 5 años el régimen chavista logra estos objetivos, a saber: dominar la conciencia, el pensamiento, la educación y la economía centralizada les funciona, estarían dadas las condiciones mínimas para implantar un sistema TOTALITARIO (Nacional-Socialista) en Venezuela, similar a los que imperaron en la Alemania Nazi de Hitler, la España Franquista, la Italia Fascista de Mussolini, la China Maoísta y la Unión Soviética Estalinista.
Una vez alcanzados los objetivos anteriores, comenzarán a ser cada vez más evidentes los rasgos que tipifican los inicios de un régimen totalitario que, de hecho, ya comienzan a expresarse. Ciertamente, uno de ellos tiene que ver con la consolidación de un aparato propagandístico cuyo propósito es convencer a la sociedad de que se pretende formar un “Hombre Nuevo” sobre la base de los nuevos valores del bolivarianismo y del pensamiento Nacional-Socialista, con el fin de construir una mejor o perfectible sociedad.
De allí que, el Totalitarismo no es tan solo una forma de gobierno, sino una forma de Estado que moldea una forma de vida. Es, en ese momento, cuando las clases sociales, claramente definidas por Carlos Marx, se convierten en sociedades-masa al servicio de un régimen TOTALITARIO.
Como epílogo de este primer análisis, presento a continuación una síntesis del trabajo sobre Teorías del Poder: Democracia y Totalitarismo, publicado por Miguel Albujas en Apuntes Filosóficos, 30 (2007): 207-228. Del análisis de este trabajo se concluye que, para poder precisar el carácter totalitario hace falta la triangulación de, por lo menos, tres elementos específicos, a saber:
I.) La aparición de una crisis profunda del Estado. En Venezuela esta crisis se inició con el “Caracazo”, en 1989, y continuó con los golpes militares de febrero y noviembre de 1992, de tal forma que el periodo 1993-1998 constituyó el escenario en el cual las instituciones del Estado se deslegitimaron, impactando en forma negativa la credibilidad de la sociedad.
II.) La aparición de la figura de HC como líder carismático y profundamente religioso, que fue capaz de profundizar los residuos ideológicos de los “Hombres-Masa” de la sociedad venezolana en la década de los años noventa.
III.) Una fuerte propensión de grandes sectores de la población a vincularse con ideologías radicales que están socavando valores y principios propios de la modernidad, lo cual se expresa a través de conductas perversas, tanáticas o patológicas en general, con relación al resto de la sociedad. jaimes@ula.ve
Dr. Edgar Jaimes. Prof. Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo
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