jueves, 15 de octubre de 2015
LA DEMOCRACIA COMO PROYECTO HOY
LA DEMOCRACIA COMO PROYECTO HOY
Miguel Aponte
Es moda adjetivar la
democracia: “representativa” para liberales o “participativa y protagónica”
para los socialistas del siglo XXI, quienes nos interesan porque se ofrecieron
como la “panacea universal” para venir a fracasar estrepitosa y hasta
ridículamente, repitiendo y empeorando todo lo que encontraron, pero ese sería
otro artículo. Los adjetivos denuncian su falta, decimos. Ninguna democracia
que se precie los requiere y cuando se usan es para disminuirla a conveniencia.
La democracia sin adjetivos, simple, como régimen y no como procedimiento es lo
único que podemos llamar tal. Lo demás es manipulación, ocultamiento y
simulación ideológica. Ganas de dominarlo a usted y a mí.
La democracia tiene al
menos dos grupos de adversarios, que incluso se confunden: primero el
ideológico, liberales y marxistas incluidos; ¿por qué? Porque aquella apunta
hacia la autogestión política y económica del ciudadano, siendo esto lo
contrario de lo que interesa a estas ideologías. Luego están quienes sostienen
que la democracia es imposible o que como fue inventada en una sociedad donde
hubo esclavitud, no debe defenderse, no es legítima, no es pura. Se trata de
una curiosa crítica, para nosotros inválida y caprichosa. ¿Es que acaso debemos
esperar la teoría perfecta y mientras tanto no hacer nada? ¿Acaso tal “teoría
perfecta” es posible?
La democracia surgió
como germen y no como modelo; se trata de una praxis en construcción,
elaboración y elucidación permanente. Es un “hacer” entre ciudadanos,
entiéndase, entre pares, que se autoinstituyen y son capaces de cuestionar en forma
explícita el origen de su institución cada vez que haga falta. Que hubo
esclavos no nos gusta, pero a la vez no es lo relevante hoy. Lo importante es
si podemos tomar ese germen y desarrollarlo, sin esclavos obviamente, mediante
la praxis social de seres humanos libres; o si debemos acallarlo, suprimirlo,
reducirlo a cero.
Pero al decir esto
último, debemos estar conscientes de las implicaciones. Dicho de otra forma, la
democracia trata del poder y la soberanía de una colectividad libre. Punto. Si
los antiguos lo lograron más o menos, se puede discutir; pero lo que vale es si
vamos a afirmar o negar esa máxima como norte y orientación de nuestro proyecto
político; y, si la negamos, qué vamos a poner en su lugar que no sea el
despotismo.
No es casualidad que
liberales y marxistas de cualquier pelaje usen siempre la democracia como falsa
carta de presentación. Al indagar, hágalo y verá, vamos a encontrar también
siempre que ambos están designando en verdad cosas muy diferentes a una
colectividad libre y autónoma. Pero, el pero que importa, es si podemos hacer
otra historia y si la democracia puede reivindicarse por sí misma y no como
instrumento de las ideologías fracasadas y mediocres de hoy.
11 de octubre del 2015
Etiquetas:
Miguel Aponte - Democracia,
Socialismo Siglo XXI,
Venezuela 2015
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