domingo, 11 de octubre de 2015
SAN JOHN KERRY, PROFETA Y MÁRTIR
SAN JOHN KERRY, PROFETA Y MÁRTIR
Luis Marín
Vuelve el Secretario de Estado a
referirse a Venezuela, esta vez para mostrarla como “un ejemplo de democracia
imperfecta”, una manera muy jesuítica de pasar la idea de que un Estado
fallido, que se precipita en el caos económico, político y social, donde bandas
armadas aterrorizan impunemente a la población, todavía puede calificar como
“democracia”.
En cuanto al adjetivo, no se necesita
haber sido monaguillo, ir a misa cada domingo y comulgar como JK para saber que
la Iglesia predica que todo ser humano es imperfecto por naturaleza aunque
“perfectible”, luego, toda obra humana también es imperfecta y lo único que
puede aspirarse es a mejorarla constantemente: sólo Dios es perfecto.
Sin embargo, una declaración tan anodina
sirve de pretexto para el rechazo automático de los voceros del castrismo en
Caracas lo que, por cierto, no cambia ni un ápice la convicción de JK de que
éste no es un régimen hostil sino incomprendido. Acompañará a Cuba hasta que
alcance una “democracia completa” (no digamos “perfecta”).
Hace poco a la pregunta de Andrés
Oppenheimer de qué negoció con Castro respecto a Venezuela, JK asintió
confusamente, mascullando que “queremos que Cuba, perdonen, Venezuela, obviamente,
cumpla las normas y estándares de la OEA, requerimientos interamericanos de
DDHH, elecciones libres con responsabilidad, rendición de cuentas a la
comunidad internacional, transparentes, accesibles para cada sector de la
sociedad”, es decir, todo aquello que no cumple el mismo régimen cubano.
Pero esto ha generado el hilo con que se
tejen audaces especulaciones acerca de qué fue realmente lo que se discutió y a
qué acuerdos llegaron, prefigurándose escenarios de la futura Asamblea Nacional
que van desde los realistas que auguran una proporción 90/60, es decir, un 3 a
2 a favor del gobierno, hasta los optimistas que creen posible que permitan un
triunfo por escaso margen de la oposición para defenestrar al jefe de la
Asamblea, como ya hicieron con el tercer miembro de la troika que sucedió a
Chávez.
JK salió de su visita al Vaticano
iluminado por la idea de que la pobreza “es la causa principal del terrorismo”,
lo que debe haber causado cierta perplejidad al menos en Arabia Saudita donde
la familia Bin Laden sigue siendo de las más ricas del reino o en Caracas que,
según ese criterio, debería ser menos violenta que La Habana.
Sería arduo determinar en qué momento la
Iglesia abandonó la alabanza de la pobreza como una virtud para convertirla en
el mal por antonomasia, la raíz de todos los otros males que nos atormentan,
como la delincuencia, la violencia y el terrorismo; sobre todo cuando es
evidente que no son las personas ni los países más pobres los que causan más
daño, como cualquiera puede advertir sin el menor esfuerzo.
El meollo está en la hegemonía de ideas
socialistas, que explican todos los problemas como consecuencia de lo que ellos
adversan por sobre todas las cosas, la desigualdad, estrictamente la
desigualdad económica, porque ninguna otra les preocupa ni luchan por eliminar
como, por ejemplo, la desigualdad de poder político.
Cuando organizaciones jerárquicas y
disciplinadas como la Iglesia, FFAA, partidos, burocracia, son colonizadas por
ideas comunistas, ocurre que toda cuestión comienza a ser interpretada con un
lente economicista y clasista, sus respuestas y acciones se vuelven
asquerosamente estereotipadas y uniformes, como no puede ser de otra manera,
pues todos los problemas tienen una causa única y esta es económica.
Si se combate la pobreza todo nos será
dado por añadidura, aunque de hace miles de años se sepa que “no sólo de pan
vive el hombre”.
Pero el Poder sigue agazapado en las
sombras, camuflado detrás de los pobres.
CUBA, QUE LINDA ES
CUBA
El país que tiene más partidos inscritos
en la Internacional Democratacristiana: Partido Demócrata Cristiano, Movimiento
Cristiano Liberación, Directorio Democrático Cubano, Proyecto Demócrata Cubano
y una plataforma común de seis puntos básicos: democrática, participativa,
pluralista, incluyente, humanista, orientada al Bien Común.
Es imposible determinar cuan involucrada
pueda estar la Iglesia en estos movimientos políticos, pero es evidente que no
pueden serle del todo ajenos. Su actitud parece ser expandirse no
enfrentando al régimen comunista sino bajo el régimen comunista, recuperando
iglesias, casas parroquiales y otros bienes robados por los Castro y hoy en
ruinas, para ser rehabilitados con fondos del Vaticano.
Abriendo seminarios (Cuba es el único
país latinoamericano con vocaciones sacerdotales superavitarias), escuelas,
liceos y quién sabe si alguna universidad católica, a nivel de pregrado, porque
ya se han abierto dos sedes de postgrado a cargo de la Universidad Católica San
Antonio de Murcia.
Al contrario, la actitud de la
Internacional Socialista ha sucumbido a su oportunismo político, de hecho, no
ha aceptado la inscripción de ningún partido socialdemócrata cubano. Desde hace
casi veinte años que el partido de Vladimiro Roca ha solicitado su inclusión en
la IS y no lo han admitido alegando que ¡no es legal en Cuba!
El pobre Vladimiro, al que le perdonan
la vida porque es hijo de Blas Roca, uno de los líderes del histórico Partido
Comunista Cubano, anterior al actual de los Castro, ha pretendido registrarse
en Cuba sin que le hayan dado ninguna constancia ni siquiera de asociación
civil porque, como se sabe, el régimen político cubano es de partido único.
Pero la IS ha invitado a Fidel Castro a
sus asambleas cuando ostentaba la presidencia de la organización de países no
alineados, mucho más interesada en tratar con el régimen comunista que con la
oposición socialista. Han inscrito movimientos guerrilleros como el FSLN de
Nicaragua y Al Fatah, de Mahmud Abbas, alias Abu Mazen.
¿Cómo olvidar el firme apoyo que prestó
Rodríguez Zapatero y su canciller Moratinos a la tiranía de los Castro y las
ventajas que esta alianza facilitó a la industria hotelera y de
telecomunicaciones españolas?
En cambio, el país que tiene más
partidos inscritos en la IS es Venezuela: Acción Democrática, Movimiento Al
Socialismo, Voluntad Popular de Leopoldo López y Un Nuevo Tiempo de Manuel
Rosales, también calificaría Alianza Bravo Pueblo de Antonio Ledezma,
inequívocamente socialdemócrata.
Pero el único partido inscrito en la
Internacional Democratacristiana es COPEI. Primero Justicia no ha solicitado
inscripción, que se sepa, aunque también tiene sus vínculos internacionales con
el PP de España y el PAN de México.
Para cerrar el incordio de la cárcel de
Guantánamo JK ha implorado los buenos oficios del Vaticano para conseguir algún
alojamiento para sus huéspedes, inútilmente porque nadie los quiera recibir,
aunque sean menos de los que se hacinan en un pabellón en el resto de Cuba o de
los que asesinan en una sola requisa en Venezuela.
Si hubiera un barómetro para medir el
índice de los DDHH en el mundo se podría constatar que el cierre de esa cárcel
no movería el fiel ni un milímetro hacia arriba ni hacia abajo, lo que
evidencia la hipocresía de las autodenominadas organizaciones defensoras de
derechos humanos que usufructúa la ultraizquierda, como Amnistía Internacional,
movidas menos por el buen corazón que por un feroz antiamericanismo.
Como JK habrá constatado, la Iglesia
acompaña a sus devotos hasta el cementerio, pero no se entierra con ellos.
VOLVER AL FUTURO
La prédica del perdón y la
reconciliación conduce a la paradójica equiparación entre víctima y victimario,
olvida que aquella sufre una injuria que merece una reparación satisfactoria y
éste no tiene nada que perdonar y si una deuda que pagar ejemplarmente.
Esta injusticia esencial se pretende
esconder tras un falso desprendimiento que si se tomara en serio daría al
traste con todo el Derecho Penal porque, ciertamente, ¿para qué juzgar y
condenar crímenes que necesariamente siempre están en el pasado en lugar de
mirar hacia el futuro y construir un mundo mejor, etcétera?
Es un hecho curioso pero no sorprendente
que esta sea la bandera que enarbolan los espías cubanos recientemente
liberados por la Administración Obama, entre ellos los asesinos de los Hermanos
al Rescate, que quieren “pasar la página y pensar sólo en el futuro”, lo que
aparenta altruismo pero en realidad es repugnantemente conveniente para ellos y
el régimen que siguen apoyando sin el menor arrepentimiento.
Asimismo pretenden las FARC que se haga
“borrón y cuenta nueva” con sus tropelías del pasado y las actuales que
perpetran mientras negocian, a través de lo que llaman “justicia transicional”,
esto es, la que operaría mientras acceden al poder en Colombia, como lo han
hecho otros movimientos guerrilleros en Venezuela, Brasil, Uruguay, Argentina,
Chile, Nicaragua, El Salvador, etcétera.
Lo más sorprendente es que estos mismos
guerrilleros no renuncian a juzgar ellos a los soldados y policías que los han
combatido y en Colombia se dice explícitamente que la indulgencia de esta
“justicia” no le es aplicable a los funcionarios militares y policiales que
hubieran incurrido en violaciones de DDHH, lo que luce muy plausible pero
grotescamente desproporcionado.
A quien estuvo décadas secuestrado por
las FARC o perdió las piernas por una mina “quiebra patas” se le ofrece la
oportunidad, desde su silla de ruedas en el hospital, de ver en televisión a
sus torturadores optando a cargos en el Congreso y, por qué no, a la
presidencia de Colombia, con el magro consuelo del perdón y la reconciliación.
Así, los hermanos Castro quieren juzgar
y condenar a Álvaro Uribe por el crimen de haber desafiado con éxito su
liderazgo político en Latinoamérica, olvidando de un modo sorprendente que Juan
Manuel Santos era su Ministro de Defensa, por lo que no se ve cómo aquel es
imputable y éste no por los golpes propinados a las FARC, ni apelando al burdo
truco de decir que podía hacer más como gobernador que como presidente.
Lo mismo ocurre en los demás países,
porque esta es una posición consistente del socialismo internacional. No debe
olvidarse que el juez prevaricador socialista Baltasar Garzón quiso desenterrar
los huesos de Francisco Franco para juzgarlo; pero ni siquiera admitió las
querellas contra los todavía vivos dirigentes comunistas como Santiago
Carrillo, ni hablar de dictadores como Fidel Castro, aunque deba su fama mal
habida al arresto de Pinochet.
En este punto coinciden unánimemente los
socialcristianos cubanos que predican: “El pasado no lo podemos cambiar,
miremos hacia el futuro”. Para ellos, el embargo es una entelequia de la
guerra fría que debe ser superada. Paradójicamente sostienen que el embargo
sirve sólo a los Castro, no obstante, “favorece tanto a EEUU como al gobierno
cubano eliminarlo”, o sea, con el embargo los Castro están bien y sin él,
mejor.
El oráculo de la izquierda americana, el New
York Times, más pragmático, dice que el embargo “no ha funcionado”. En un
famoso editorial, el primero que publica en español, define al de Cuba como un
“gobierno autoritario”, no dice “comunista”, de hecho, esa palabra no aparece
ni una vez en el editorial.
“Cuba fue incluida en la lista (de
países patrocinadores del terrorismo) en 1982 por su apoyo a movimientos
rebeldes en América Latina, aunque ese tipo de vínculos ya no
existe”. ¿Y cuándo sería que según elNYT Castro rompió
sus vínculos con los movimientos insurgentes en Latinoamérica, ni mencionar los
de África y Asia?
Ni siquiera al NYT le
viene bien mentir para sostener lo insostenible, ni tergiversar como cuando
afirma que “la mayoría quiere suspender el embargo y establecer relaciones”,
claro, hasta la Ley Helms-Burton lo dice, aunque con las condiciones que ella
misma establece, no consolidando al castrismo.
El NYT aplaude la
acogida al régimen castrista “rompiendo así la tradición de excluir a la isla por
exigencia de Washington”, aunque es un hecho histórico bastante
conocido que la exclusión de la OEA se hizo a solicitud de Venezuela por muy
fundadas razones que ni siquiera el NYT puede desvirtuar,
como la invasión de Machurucuto, entre otras. Concluye utilizando, como al
pasar, el término “desbloqueo”.
La Resolución de la OEA del 31 de enero
de 1962 declara: “el actual gobierno de Cuba, que se ha calificado a
sí mismo de marxista-leninista, no responde a los principios ni a los objetivos
del sistema interamericano”. ¿Qué ha cambiado desde entonces? ¿El
gobierno de Cuba ya no se autocalifica de marxista-leninista? ¿El
marxismo-leninismo ahora es compatible con los objetivos del sistema
interamericano?
Esto no lo puede cambiar el NYT,
ni siquiera el Papa, que para otros efectos sigue siendo infalible.
11 de octubre del 2015
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