SER RICO, SER POBRE
Miguel Aponte
En el socialismo del
siglo XXI la ruina es la Ley, la verdad absoluta adonde nos condujo su
corrupción, incompetencia, equívocos y mediocridad; y si usted se cree rico
porque tenga dinero capitalizado o un buen ingreso -¿qué es un “buen ingreso”
en Venezuela hoy?- de nada le sirve porque la ruina incluye que no habrá
aquello que necesite para vivir con dignidad.
Así pues, la riqueza no vale
nada, en Venezuela es imposible vivir ni siquiera con dinero. ¿Que no se
entiende? No se preocupe, es que no se entiende. No tiene lógica, es absurdo.
Por eso fracasa.
¿A dónde conduce odiar
la riqueza? ¿Qué significa amar la pobreza? ¿Qué sucederá en una sociedad donde
se elimine la riqueza como valor positivo? ¿Amar a los pobres significa que se
mantengan así para siempre? ¿Significa que es “otro” quien deba sacarlos de esa
condición? ¿Y cómo se hace eso sin convertirlos en masa esclava? ¿Y cuando no
sean pobres, qué serán?
¿Ser pobre significa automáticamente “ser bueno” y ser
rico “ser malo”? ¿Por qué? ¿Quién puede defender eso en serio? ¿Esto es
ideología o estupidez? ¿Qué clase de “política” puede sostener y conducir a la
sociedad como un todo hacia esto sin que se pierda el sentido de todo?
En la base de la
pocilga mental que es el socialismo del siglo XXI, en la esencia de su
“materialismo vulgar”, hay cierto desprecio por lo material que es paradójico,
suicida y, al fin, hipócrita, que se expresa en un extraño centralismo
económico al revés, desarticulado, voluntarista, “enfermedad infantil” y miedo
al cambio que termina en odio por el progreso, deseo irrefrenable por controlar
todo, incluido el pensamiento de ese “pobre” que “cosifica”, miedo a que
reflexione, miedo al momento en que surja la pregunta: ¿por qué tengo que ser
pobre para siempre?
Si el sujeto no vive en y con lo material y no resuelve él
mismo, en libertad, su relación con ese mundo, ¿cómo enriquecerá su vida en un
sentido espiritual? ¿Cómo es que “ser pobre” puede llegar a ser meta política
de la sociedad?
Domingo 08 mayo 2016
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