jueves, 20 de agosto de 2009

ADRIANO BARBOLINE - NECESITAMOS OTRA EDUCACIÓN



Estimado Agustín

Me permito llamarlo por su nombre porque ya se que somos compañeros de lucha, la lucha por hacer de Venezuela un verdadero país. Gracias a mi experiencia pasada como docente (nivel pre universitario) pude ver claro que la raíz de nuestros males estaba en la escasa calidad de nuestra educación, y no me refiero a la educación superior sino a la educación básica, aquella que debe enseñar a leer y a escribir, a pensar con lógica, a dominar las operaciones básicas de la aritmética, a consolidar las nociones de higiene, alimentación, esparcimiento, a vivir en sociedad, a respetar al prójimo y que forma los valores fundamentales de la ciudadanía. Esta educación que debería recibir todo ser que habite en nuestro territorio desde que inicia su vida escolar hasta la adolescencia es la que hemos descuidado como sociedad y como gobierno, desde aproximadamente el primer boom petrolero.

Asumo mi parte de responsabilidad en el tema porque como egresado universitario, debí hacer frente a esta situación y trabajar para revertirla antes de que tomase las dimensiones que actualmente tiene, pero ya el mal está hecho. Por ello he diseñado un plan para revertir esta situación, el cual es sumamente simple y requiere de recursos relativamente modestos.

Si no corregimos el tema educativo, después de éste vendrán otros gobiernos ineptos y volveremos a caer en el mismo juego. Ya lo decía un sabio griego: El problema cuando los hombres buenos no intervienen en la política es que son gobernados por hombres malos.


La base de mi propuesta es que un padre o madre de escasos recursos económicos muy difícilmente podrá darse cuenta si a su hijo o hija le están educando adecuadamente, ya que muy probablemente su propia educación fue insuficiente durante la edad escolar y más escasa ya de adulto. Y sabemos bien que del punto de vista cuantitativo ésta es la situación de la mayor parte de la población, aquella que principalmente apoya la estructura actual de poder. Por otra parte, no existe o no funciona la figura que evalúe la labor del docente en aula.

Desde mi punto de vista el docente es el único profesional que puede realizar su labor sin obtener resultado alguno y nadie le reclamará por ello. Lo que es peor, puede obtener un resultado completamente opuesto al solicitado y ni siquiera el Director del plantel o el superior inmediato le reclamarán. Es fácil imaginar que del total de horas dedicadas anualmente a la formación de nuestros jóvenes en todo el territorio, una buena parte se pierde o se desperdicia. Peor aún a perder las horas de clase es que se efectúen estrategias docentes sin obtener los resultados deseados.

La vía que propongo para ayudar a resolver el problema es establecer una figura que llamo “Auditor escolar” (el nombre proviene de mi experiencia en el área de la Calidad). Esta persona tiene como perfil un egresado universitario (carrera larga o TSU), con una gran vocación docente y motivada por la ayuda al prójimo, quien en nombre de la comunidad de padres y representantes pueda revisar de manera sistemática y con una periodicidad alta, la calidad de la enseñanza que se está impartiendo en el aula.

Debe tener un alto liderazgo, elevada autoestima, sólidos conocimientos en la educación básica, que no es más que lo que equivalía a ser bachiller hasta los años 70. Su labor más que punitiva, será de apoyo al docente, sirviendo de enlace con la comunidad de padres y representantes, con las fuerzas vivas del entorno escolar, con las autoridades locales, para que la actividad docente ocurra tal y como está previsto que ocurra. Siempre le digo a aquellos que quieren aprender de mi que los líderes son personas que hace que las cosas pasen. Es impresionante constatar como las actividades docentes dejan de prestarse por los motivos más inverosímiles. Situaciones que al ser analizadas con un poco más de detalle arrojan FLOJERA (PEREZA) E IGNORANCIA como causa raíz.

Con base en las cifras del Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Estadística, existen aproximadamente 55.000 aulas docentes en todo el país y la cantidad de profesionales universitarios es de 1.000.000 en carreras largas y 550.000 TSU. Se requiere entonces que 3,5% de los egresados universitarios participen de una iniciativa de este tipo para que la educación de un giro espectacular a la vuelta de unos 10 años.

He tenido experiencias muy hermosas en cada ocasión que he podido enseñar a un trabajador (obrero), bien sea relacionado con su trabajo o con cualquier aspecto de la vida. No he encontrado mayor agradecimiento que aquel proveniente de quien se siente más cerca de la luz del conocimiento. Imagínese la reacción de un grupo de padres y representantes que puedan evidenciar que a sus hijos finalmente les están educando correctamente, para bien de ellos y de sus familias.

Una vez le escuché a Usted decir en el programa de radio de Taelman que la solución a la escasez en Venezuela era pasar “todos a la producción” y recuerdo bien la inquietud de un escucha que no entendía sus palabras. Esa persona sencillamente no ha percibido la cantidad de horas que se desperdician diariamente en el país, entre una juventud sin oficio, desempleados mantenidos, amas de casa tradicionales, reposeros profesionales, y pare usted de contar. Le comentaba a un amigo cubano quien no se explicaba porque había tanta escasez en Venezuela siendo un país con tantos recursos, que nuestro gran problema es que de 10 personas en edad de trabajar, 3 trabajan, 4 no hacen nada o estorban a los que trabajan y los otros 3 están pendientes de cómo le quitan lo que producen los 3 que trabajan.

Si le parece bien podemos tratar de encontrarnos personalmente para intercambiar ideas, quizás podamos avanzar un poco en materialización de nuestros sueños. Un gran abrazo.

Adriano Barboline

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustaria que el Señor Barboline me diga si cree que su plan para mejorar la educación es compatible con la Ley de Educación "Socialista" que se acaba de promulgar.

Jacinto Fernández Cova