Santos, si supieras la tranquilidad que me produjo tu anuncio cuando ratificaste ante las cámaras que me darás a Walid como regalo de navidad.
Este presente para mí no tiene precio. Menos mal que cuento ahora con amigos como tú, muy diferente al Uribe imperialista.
Tú tienes el gesto del hermano. Sabes que estoy metido en una verdadera cloaca y acudes generosamente a darme la mano.
Valoro en alto grado tu gesto solidario y bolivariano. ¡Que viva Colombia! ¡Qué viva el sueño de Bolívar de la Patria Grande!
Y para que veas que mi agradecimiento es sincero, te digo, que aunque cuentes con el Golfo de Colombia, tú y las próximas generaciones pueden disponer de todo el petróleo nuestro que quieran.
Por 200 años los surtiremos sin que ustedes tengan que pagar ni un céntimo. Así hemos hecho con la Cuba revolucionaria de Raúl y Fidel. Nada mal te caería a ti y a tu alicaída economía agarrar esta golilla.
Son muchos los países que ya disfrutan de mis regalías. Y me han criticado sin que yo me detenga a pararles. Yo sé muy bien que un revolucionario no puede actuar en forma egoísta ni capitalista sino socialistamente.
Para combatir estas actuaciones mandé a aprobar una Ley del Trueque que la haré aplicar en este caso.
Yo estaba en un corri corri entre tercera y home, hasta que llegaste tú. Y eso se agradece.
Y por cierto, es una lástima que un patriota como tú por ser de esa rancia derecha no se anime a impulsar en la histórica Madre Patria Latinoamericana, una revolución como la que yo encarno. ¡Hay que ver lo que serían nuestras relaciones bilaterales!
Y las cosas se te facilitarían porque desde un principio tú, por la experiencia que tienes, no cometerías mis errores como este de verme arrastrado por mi propio entorno hacia el zanjón del narcotráfico.
Yo me descuidé y cuando me di cuenta tenía a una parte de mi equipo militar y civil metido en esa porquería y hasta uno de mis gobernadores se hundió hasta el cuello.
Pero yo a esa gente, por más salpicada que esté, la limpio a punta de ascenso.
Y fíjate que en momentos en que los escuálidos andan impulsando un golpe de derecha, el más encochinado de mis generales se metió un buen discurso diciendo que está casado con el pueblo, la revolución y la comandancia en jefe, para impedir que nos puedan arrebatar el mando-poder en diciembre del 12.
A ese general lo metí en el lote de los Comandantes en Jefe. Y a todo el que tenga que depurar le aplicaré la misma medicina. Al fin y al cabo lo que importa es salvar la revolución.
Ya tengo a Benavides Torres prevenido al bate, con el próximo hit le meto el Comandantazgo en Jefe. Y luego vendrán más. Esta será entonces la revolución de los Generales en Jefes sin ningún tipo de tropa ni combate.
Porque nosotros estamos obligados a parar el golpe militar o electoral con el contragolpe respectivo y para ello necesitamos contar con gente muy bien calificada.
Y para esto tenemos también que comenzar por silenciarte a ti Walid. Yo sé que tú nos prestaste una buena ayuda en momentos difíciles. Pero después te echaste a perder y te convertiste en pura droga. Mira adónde llevaste a mi General Erupto.
No es posible que te pongas a decir por ahí que cuando te presenten en un tribunal y saques las pruebas de los pagos que hiciste a funcionarios civiles y militares de mi gobierno que trabajaron para tu empresa, se va a producir un temblor de tal magnitud que se va a llevar en los cachos a muchos y hasta a mi gobierno revolucionario.
Ten conciencia de que pisaste la raya amarilla y que ya es seguro que Santos te va a mandar para acá y que te salga Yare. Y ya todo el mundo sabe lo que eso significa en el mundo de las condenas.
Lo más probable, y te lo digo con mucho dolor, es que no llegues ni siquiera a los tales tribunales. Eso lo sabe Santos. Pero negocio mata derechos humanos.
Mi servicio de inteligencia, que dignamente coordina el G2-Cuba, me había alertado de que tú eras un zángano de la droga que tienes por detrás a unos cuantos capos de los más arrechos del mundo. Y cometí la pendejada de darte guaral y dejarte correr.
Pero una vez que te tenga aquí todo será diferente. El peligro mío de caer en manos de los organismos internacionales y correr la suerte de un Noriega cualquiera habrá terminado, mientras que no habrá nadie que pague un céntimo por ti. Te recomiendo entonces que te pongas a rezar lo poquito o mucho que sepas.
Como puede verse, la revolución bolivariana, haciendo gala de su condición de invencible e imperecedera, se quiere salir de la suerte de las drogas y de la democracia electoral para estar puesta y dispuesta a salvarse a como dé lugar.
En este sentido se transitará hasta por el autogolpe de emergencia, que ya está programado para el caso de cualquier contingencia que se presente en los próximos “tiempos de revolución”. abm333@gmail.com
El Universal, 19 de noviembre del 2010
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