viernes, 20 de mayo de 2016
LA ASAMBLEA EN SU LABERINTO
LA ASAMBLEA EN SU LABERINTO
Luis Manuel Aguana
“Ningún congreso salvo
jamás una república”, le dijo Manuela Sáenz a Bolívar, luego
que una delegación oficial le informara al Libertador de la decisión unánime
del Congreso de Colombia de nombrar a Don Joaquín Mosquera, Presidente de
Colombia en mayo de 1830. Así nos relata Gabriel García Márquez ese momento de
la vida del Libertador en una de sus obras más insignes (1).
Y parece que Manuelita va a tener la
razón de nuevo. Esta Asamblea Nacional como que parece no tener tampoco ganas
de salvarla. Han recibido múltiples comunicaciones de importantes personajes de
la vida nacional solicitándole destituir al Ilegitimo, por razones que van
desde abandono del cargo, al hecho no cumplir con los requisitos
constitucionales mínimos para desempeñarse como Presidente de la República. Y
no pasa nada…
Los venezolanos nos preguntamos el
porqué de tal actitud de los jefes políticos de la oposición en la Asamblea
Nacional, que optaron por restearse con la carta del Referendo Revocatorio, con
todo el camino empedrado y tramposo del régimen que ello implica, que ir de
frente hacia una solución frontal y final.
Y la razón no es otra que la que hemos
señalado muchas veces en este blog y que al parecer el común de las personas no
quiere o se niega a ver: supervivencia política, al más crudo estilo del
“realpolitik”. De tomar una decisión que pare frontalmente al régimen en sus
desafueros en contra de la población, obligarían al Poder Ejecutivo a cerrar la
Asamblea Nacional, y a perfeccionar un “fujimorazo” en contra del Poder
Legislativo y sus dirigentes principales.
Con ello se irían por el caño las
aspiraciones de todos esos partidos de participar con éxito en las elecciones
de Gobernadores de diciembre. Y mientras tanto el pueblo venezolano pasando
hambre y muriéndose en los hospitales y en sus casas por falta de medicamentos.
Simplemente no les importa. Si les importara, reventarían el país hasta sus
cimientos dejándose poner presos por el régimen “pa’que se acabe la vaina”,
como rezaba la famosa canción del duelo colombiano de Carlos Vives. Pero no lo
hacen…
Es por eso que recordé a García Márquez
y la razón de tomar prestado de su libro el titulo de esta nota para la
Asamblea Nacional. Un Bolívar en sus cavilaciones finales, y prácticamente
fuera de sus cabales, tal vez por la enfermedad o la derrota política a manos
de sus detractores (al punto de decir de sí mismo “ya no soy yo”) espera
íntimamente que el Congreso de Colombia desestime su renuncia y lo ratifique
como Presidente. Sus propios le dan la espalda en el Congreso y dan voto
unánime para nombrar a alguien propuesto por él mismo y que creía que no
aceptaría, pero aceptó.
En esta derrota política, la última de
su vida, el Libertador esperaba algo que no iba a ocurrir nunca. Sentía en los
huesos el odio de todos a pesar del infinito respeto a su obra libertadora.
¿Mal cálculo político? ¿O la última esperanza de alguien que se sabe de salida?
Así se encuentran nuestros políticos de
la oposición oficial. Saben que todo el sistema que han sostenido, incluso sus
sueños de retorno al “puntofijismo”, esta indefectiblemente atado al régimen,
que no es más que la expresión más degenerada de lo que ellos mismos fueron en
el gobierno y la razón fundamental de todo esto que nos pasa. Si el régimen
cae, ellos también.
Es por esa razón que lo sostendrán a
toda costa porque en ello les va la supervivencia como sistema. ¿Les parece
duro? Estamos a las puertas de un cambio muy importante que implicará un
reordenamiento de todo el tablero político del país pero que pasa por el
derrumbe del presente y del pasado, juntos… ¿Y porque me atrevo a decir esto?
Porque la oposición oficial, cuya única
respuesta a los problemas del país es electorera, apuesta por llevar a los
venezolanos a diciembre, intentando, sin lograrlo, un revocatorio que el
régimen llevará hasta el año que viene, pero que la situación del país, cual
espada apuntándoles al pecho- tanto a ellos como al régimen-, no dejará que
ocurra. La gravedad del país es tal que nadie apuesta un bolívar devaluado a
que esto pase de este mes sin una explosión social que se lleve por delante al
régimen y a su oposición.
A pesar de la censura en los medios de
comunicación masivos, no pasa un día sin que se conozca en todo el país de un
saqueo a un centro de expendio de alimentos, o a un camión de víveres, o
disturbios en las colas porque no llega la comida. Ya el régimen no tiene
manera de sostener la falta de alimentos a la población. La hiperinflación ha
llegado a unos niveles tan exorbitantes que así el gobierno suba los sueldos un
100%, no alcanza para comprar comida. Eso es el presagio de un terremoto
político inmediato de amplias proporciones. No hace falta tener las habilidades
de Reinaldo Dos Santos para saber eso.
Así pues, si la oposición oficial
pretende sobrevivir a ese sismo que vendrá en cualquier momento, más les vale
trancar el juego ahora, y aparecer forzando una situación de la cual el régimen
difícilmente sobrevivirá. ¡Déjense poner presos, carajo! ¡Destituyan a Maduro
desde la Asamblea Nacional! ¡Provoquen el fujimorazo! Tienen la legitimidad y
las razones jurídicas y políticas para hacerlo. Pero no lo harán… Están a la
espera de algo que no ocurrirá nunca: llegar a diciembre y revocar a Maduro,
todo al mismo tiempo. De esos errores está llena la historia política de
Venezuela. Manuelita Sáenz y García Márquez tenían razón, jamás salvarán a la
república, están en su laberinto…
Caracas, 20 de Mayo de 2016
Twitter:@laguana
(1) Gabriel García
Márquez, El General en su laberinto, pág. 36, Ed. Oveja Negra, 1989, ISBN 958-06-0006-6
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1 comentario:
Más claro que lo descrito por el amigo Luis Manuel Aguana imposible...Realmente, es toda una verdad lo escrito...Particularmente siempre he pensado, desde el revocatorio del 2004, que este gobierno se ha mantenido en su cúpula por que a la oposición le conviene que este desafuero continúe en el país; Por qué, vaya usted a saber...
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