Llegó a la autopista y respiró, se sumó a los correteos de aquí para allá, de allá para acá, biblia en mano y no pensó. Comenzó a desnudarse, a demostrar que no tenía nada, representación perfecta del pueblo que hoy somos, ese que lo ha perdido todo y así, caminó hacia el verdugo, como a Cristo lo flagelaron, sus costillas se encrespaban de dolor, su voz se hacía más triste mientras pedía: “no más, hermano, no más… Yo me voy tranquilito, pero no más” …
Mientras el mundo veía la imagen mi corazón lloraba, y lo reconocí, grité es mi alumno, coño es Hans, es mi alumno, carajo que arrechera, Dios protégelo, no sueltes la biblia, le gritaba yo a la pantalla, no la sueltes por favor…. Después comencé a recordarlo en su pupitre, pensativo y soñador, sonriente y callado, preguntándome cosas desde su extrema humildad y de esa bondad desbordada. El muchacho desnudo tiene nombre, se llama Hans y es mi alumno.
No estamos frente a ningún loco, quienes crean ese absurdo y oscuro cuento de su locura, están más cerca de ella que mi muchacho desnudo, se llama Hans y es mí alumno.
Harto, obstinado, acabado y desprotegido, sin comida, sin medicinas, sin vida social activa y sin oportunidades, haciendo grandes esfuerzos para lograr su título, caminando del cuarto al metro, del metro al bus, del bus al campus, del campus al bus, del bus al metro, del metro al cuarto, del cuarto a la oración.
Cuántos años puede un joven venezolano sobrevivir así sin llegar al hartazgo, sin que su gran inteligencia le ordene “debes hacer algo marico” no es precisamente la locura ni la inestabilidad mental lo que ordena a un joven venezolano actuar así, es la impotencia.
Hoy recibo su respuesta tras las muchas horas de incertidumbre en su búsqueda, creyendo lo peor, lo veíamos en “La Tumba” apaleado. Los mensajes de profesores y amigos, verdaderos amigos y compañeros no se hicieron esperar para que emprendiéramos una cruzada hasta dar con su paradero, desempolvé documentos, busque listas, para saber su número de cédula y hasta las diez de la noche no supimos más del héroe desnudo.
Hoy tiene nombre el muchacho que se desnudó, se llama Hans y es mí alumno, mostró su cuerpo sin pudor para decirle señor deje de maltratar a su pueblo, se llama Hans y es mi alumno.
Pido y exijo para él respeto, todo acto de burla que reconozca hacia su heroica y valedera protesta será tomado como una afrenta a los miles de jóvenes que están dando sus vidas por el país. Gracias a Luis Bond, Jack OV, Dayana Djanedk Gutierreza, , Armando Nori, Anghelly Sanchez , ellos saben por qué.
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