viernes, 28 de noviembre de 2008

EDGAR JAIMES / PERSPECTIVA DE UN GOBIERNO GLOBAL


A raíz de los artículos que publiqué sobre La Pobreza y El Hambre en el mundo, desglosados en tres partes (I; II y III), varios colegas de la Universidad de Los Andes (ULA) de Venezuela y algunos lectores de los dos blogs (http://redinternacionaldelcolectivo.blogspot.com; http://www.cccabimas2008.tk) en los cuales semanalmente publico mis artículos de opinión, recibí comentarios a favor y también críticas a dichos trabajos. Una de esas críticas estuvo orientada a resaltar el hecho de que no se enfocaron adecuadamente las causas más importantes de la pobreza y el hambre, particularmente el efecto devastador de la Globalización Económica (GE) que imperó desde inicio de la década de los años setenta (1973) y persiste hasta la actualidad.

El propósito de este artículo es el de aclarar y profundizar en el análisis de la GE como entorno en el cual tuvo lugar un incremento significativo de los problemas asociados con la pobreza y el hambre en el mundo. Dentro de este enfoque asomaré la perspectiva del desarrollo de un Gobierno Global (GB) como alternativa a la GE.

Según Feenstra (1998), citado por Frieden (2006, Capitalismo Global, 547-549) en el último cuarto del Siglo XX la producción de bienes y servicios se hizo global como expresión: “…de la integración del comercio y la desintegración de la producción…”, procesos que se condicionaban mutuamente a través de las finanzas, inversiones y las tecnologías internacionales, factores estos que aceleraron la GE.

Esta continua interacción (procesos-factores productivos) conllevó a una especialización cada más elevada de los países y regiones, es decir un artículo que antes era fabricado en un solo país podía dividirse ahora en sus partes componentes, cada uno de los cuales se fabricaba en un país diferente, permitiendo una mayor eficacia de las inversiones y una mayor efectividad en la producción global de un bien determinado al disminuir su costo de producción.

De acuerdo con la visión de Stiglitz (2003, Los Felices 90, pag. 377), la GE significaba el compromiso de los países del mundo de trabajar juntos para cooperar en la solución de los problemas comunes.

Sin embargo, contrario a este planteamiento, la GE se ha caracterizado por homogeneizar las economías de todos los países, propugnando un tipo específico de desarrollo socio-económico que le facilite al capital corporativo transnacional invertir y operar en cualquier mercado, obviando su diversidad económica y eco-social ya que le exigirían diferenciar procesos-factores productivos y formas de comercialización, lo cual es contrario al principio de la eficiencia rentista. Lo que las corporaciones transnacionales tienen en común es la creación de los mismos valores y gustos, utilizando la misma publicidad para vender los mismos productos y eliminar a los pequeños competidores locales. En fin, la masificación del mercado, esencia de la GE, siempre preferirá consumidores homogeneizados.

Para Chomsky (2007, Estados Fallidos, pag. 152) la GE ha beneficiado a muy pocos países y, obviamente, representa una de las causas más importantes del flagelo de la pobreza y el hambre en el mundo y: “…en la medida que se ensanchen las brechas entre los países favorecidos por la GE y aquellas naciones subdesarrolladas o bolsas de subdesarrollo dentro de las naciones que se queden atrás…”, más fuerte será la incidencia y extensión de dicho flagelo.

En este análisis cobra relevancia el surgimiento de una perspectiva de un GG que haga viable la GE, como la definió Stiglitz (Op. Cit.), es decir en términos de un modelo de desarrollo global con el propósito de crear una comunidad mundial, regida por un GG.

De allí la pertinencia para poner de relieve el planteamiento realizado por Augusto Pérez Lindo en su artículo VISIÓN FILOSÓFICA DE LA CRISIS FINANCIERA (A Tres Manos, El Nacional, 24-11-2008, Opinión, página 17), según el cual se carece: “…de un consenso pragmático en torno a un modelo de desarrollo mundial que contemple como prioridad la superación del hambre, de la pobreza y de los desastres ecológicos. La crisis financiera actual puede ser una oportunidad para avanzar, siempre y cuando las medidas para resolverla no se reduzcan al salvamento del sistema financiero.”

Fue dentro de este contexto en el cual ubiqué la definición y formulación de un Mega Proyecto Humanitario (MPH), planteado en el artículo sobre La Pobreza y el Hambre en el Mundo, antes referidos. El objetivo central de este MPH sería el de asistir y/o empoderar a todas aquellas personas que están por debajo de los 2 $ de ingresos diarios, tal que les permita mejorar su seguridad agroalimentaria e involucrarlas en la creación, desarrollo y consolidación de un nuevo paradigma cuyas premisas político-ideológicas; socio-económicas; educativo-culturales y ecológico-ambientales, se expresen a través del establecimiento de un sistema productivo generador de RIQUEZA Y FELICIDAD SOCIAL, en un todo de acuerdo con las metas del Milenio definidas por la ONU, pero con un horizonte acotado más allá del 2015, es decir que dichas metas sean verificables en un lapso de 30 años (2009-2039). jaimes@ula.ve

Dr. Edgar Jaimes, Prof. Titular Jubilado del NURR-ULA

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