sábado, 7 de febrero de 2009

EDGAR JAIMES - OLIGARCAS: CHÁVEZ Y SUS ADLÁTERES, ABUSO, REPRESIÓN Y SOBERANÍA


A propósito del 192º aniversario del natalicio de Ezequiel Zamora, ceremonia que se llevó a cabo en el Panteón Nacional, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez (HC) señaló que: “…allá están los colonialistas; en la otra acera, los que no tienen patria, los que no la sienten como nosotros, con el fervor patrio, la pasión patria, pero, allá ellos. No tienen banderas, no tienen moral, no tienen razones….esta vez los oligarcas no saldrán victoriosos.”; refiriéndose a quienes nos oponemos, con sobradas razones ético-morales, histórico-culturales, socio-políticas y jurídico-constitucionales, a sus pretensiones hegemónicas basadas en el personalismo patológico, opuesto a los principios de supremacía de la Carta Magna (CM).

Con base en la fortaleza normativa contenida en la CM, me permito replicar estas declaraciones de HC, demostrando que los verdaderos oligarcas son él y sus adláteres, por las razones siguientes:


A. Dirigen un gobierno cuyo poder supremo es ejercido por una “cúpula cívico-militar”, que concentra los beneficios en ella y sus acólitos en detrimento de la sociedad venezolana, a la cual pretenden maniatar y controlar en lo político-ideológico, económico, militar y cultural, con el fin avieso de ejercer una dominación totalitaria. 

B. Utilizan todas las formas de perversión político-ideológica para repartir dádivas o asignar cuotas miserables de poder sobre la base del halago, el chantaje, la compra de conciencia y la corrupción, aprovechándose de la debilidad de quienes requieren de un trabajo digno para llevar el sustento a sus familias. 

C. Propician la conformación de nuevas castas militares, sociales, económicas y políticas, utilizando con total desparpajo la riqueza generada por los trabajadores, productores, pequeños y medianos empresarios venezolanos, la cual ha sido malversada, dilapidada, robada y saqueada durante los últimos diez años de gobierno “socialista y revolucionario”, en perjuicio del pueblo venezolano.

D. Conforman la “cúpula mayor” de sujetos que utilizan y manejan, con total impunidad, los hilos del poder nacional (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral), en contubernio con las nuevas castas, confabulándose para que los negocios, habidos y por haber, dependan del arbitrio de esta nueva y repugnante cofradía. 

E. Niegan o violan los principios republicanos que nacieron con la patria desde 1811, año desde el cual fue una constante el carácter deliberativo y alternativo en el ejercicio del poder, salvo en aquellos regímenes autoritarios que en mala hora también saquearon a nuestro país (v. gr. los de José T. Monagas, Guzmán Blanco, Juan V. Gómez y Marcos Pérez Jiménez).

F. Son fieles representantes de los “personalismos patológicos”, reproductores de las poses atrabiliarias y arrogantes de los autócratas (v. gr. Guzmán Blanco) que, según el historiador Elías Pino Iturrieta (El Nacional, 02-02-2009), “…fue la negación de la civilidad y que quiso hacer de Venezuela una adoración perpetua: toda la sociedad girando alrededor de su estatua”.

Por otro lado, reitero algunos aspectos ya planteados en artículos anteriores, por ser contentivos de una verdadera visión socialista y revolucionaria, contraria a las posturas oligárquicas y hegemónicas de HC y sus adláteres, esto es:

1. El desarrollo y consolidación de la democracia socialista, como etapa previa al socialismo, está fundado en los principios de una nueva moral ciudadana, cuya escala de valores no esté regida por el poder de las nueva-viejas castas (económicas, militares, sociales y políticas), ya que en la cultura dominante ellos fueron los generadores de los subvalores asociados con la producción del lucro, la corrupción, la obediencia a los poderes y los consumos de lujo.

2. Para la sostenibilidad de la democracia socialista, es necesario saber distinguir entre quienes plantean una interpretación autoritaria de la hegemonía de aquellos que realizan una interpretación democrática del término hegemonía.

3. La democracia socialista debe ser radicalizada por medio del consenso ético-cultural y no liquidarla a través de las estructuras de dirección y control partidista, también denominadas cúpulas “político-militares”, porque éstas a la larga terminan monopolizando decisiones que entorpecen el desarrollo y consolidación de aquella.

Finalmente, y con base en lo antes expuesto, dejo planteada la siguiente pregunta, con dos opciones de respuesta, para que sean seleccionadas por los que se consideren involucrados en la polémica declaración emitida por HC.
¿Quiénes son los apátridas, inmorales, sin banderas y sin razón?:

I. Los “Hombres-Pueblo”, que luchan y lucharán por la consolidación de la República Bolivariana de Venezuela como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética, el pluralismo político y la alternancia en el ejercicio del poder a través de sucesivas elecciones; o

II. Los “Hombres-Masa”, que siguen y seguirán ciegamente a quien desde una cúpula “cívico-militar” instiga al odio y al enfrentamiento entre los ciudadanos, con el propósito de perpetuarse en el poder y convertir a Venezuela en una “republiquita”, al servicio exclusivo del oportunismo, la corrupción, el dolo, el tráfico de influencias, el saqueo, el robo, el sicariato, el malandraje político, entre otras lacras que surgirían de las nueva-viejas castas asociadas con ese poder. jaimes@ula.ve

Dr. Edgar Jaimes, Prof. Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo


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