Supongo que el contenido de mi escrito del día jueves 12 pasado cobra hoy una mayor relevancia, pues, a pesar de que es ahora cuando se están cerrando mesas electorales, no me cabe ni un ápice de duda de que Hugo Chávez saldrá triunfador nuevamente en esta contienda. Desgraciadamente para nuestro pueblo, tanto chavista como antichavista, la grave crisis de liderazgo nacional ha puesto al pueblo a decidir entre dos opciones, con la mala suerte de que ninguna de las dos los conduce a caminos de paz, bienestar y progreso. En ambas opciones resalta una fatal filosofía del oportunismo, la codicia de poder y el apego material, para lo cual se valen del engaño para arengar a los ciudadanos que, por ahora, no encuentran otra opción que les señale un verdadero camino de luz hacia un bienestar posible de alcanzar y sostenible en el tiempo.
No se trata de mesías o iluminados para vender engaños y llegar al poder. Se trata del liderazgo visionario que entiende que hay una misión que cumplir y su tarea es orientar, organizar y conducir temporalmente para encaminar al resto hacia el futuro. En eso estábamos en 1998 cuando un gran estafador logró vender un camino que resultó un gran engaño. Debemos retornar al punto de 1998 para reorganizar, modificar y optimizar lo que la estafa del por ahora no solo fue incapaz para ejecutar sino que se convirtió en un obstáculo, por ahora Indestructible, para lograrlo.
La jornada de hoy 15 de febrero no hace sino enfatizar la gravedad de la crisis de liderazgo nacional, caracterizada por la ausencia de un liderazgo visionario, competente y con coraje, conectado con las reales necesidades y sentimientos del colectivo nacional, capaz de encender la fibra espiritual de los ciudadanos para poder convocarlos en verdadera unión hacia un autentico camino de paz, bienestar y progreso sostenido. Aquel camino que nos fue secuestrado un diciembre de 1998.
Mi filosofía en relación al tiempo es la de "no es hoy ayer ni mañana" sino cuando corresponde, pues, en medio de la oscuridad que hoy reina en nuestra tierra, no hay que llamarse a engaños ni desgastarse a destiempo. Se dice que el cementerio de los políticos esta lleno de aquellos quienes adelantaron la hora del exito. Asi de simple. No hablo como político que no lo soy. Hablo como un analista y experto profesional de la alta gerencia que simplemente observa y comenta, por ahora, desde la distancia. Pienso que todo tiene su tiempo y también su utilidad.
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