sábado, 26 de mayo de 2012

ABSALÓN MÉNDEZ - PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO


 Absalón Méndez Cegarra
                                                                              

Juego perverso. Algo sucede en el ambiente universitario. Existen demasiadas sombras que impiden ver los elementos constitutivos de la dinámica universitaria actual. El TSJ, particularmente la Sala Electoral, se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en el azote, en el verdugo de la vida universitaria, casi diariamente obstaculiza con sus decisiones el ejercicio del principio autonómico que rige en algunas Universidades Nacionales, la UCV entre ellas, de darse sus propias normas de gobierno. En mi opinión, no estamos en presencia de un problema básicamente jurídico, derivado de la existencia-vigencia de una Ley (LOE) que obliga a adoptar determinado comportamiento; por el contrario, el asunto, es, esencialmente político, así ha debido enfrentarse, y, aquí es donde hace su aparición la perversidad.

Las elecciones universitarias han sido suspendidas en varias Universidades y, según, se comenta, tendrán lugar en el momento que las autoridades actuales- hoy, interinas- bajen la cerviz y procedan a obedecer los mandatos judiciales. Esto es lo que se esperaba ocurriese en la UCV; sin embargo, pienso, para sorpresa  y alarma de las Universidades hermanas, inexplicablemente, en la UCV ha sucedido una situación muy distinta. Veamos. En el año 2011, 10-08-2011, la Sala Electoral del TSJ, mediante sentencia número 104, a petición de parte interesada, suspendió las elecciones de Decanos y Miembros del Consejo de Apelaciones, previamente convocadas, conforme a la Ley de Universidades, por la Comisión Electoral de la UCV. 

Al mismo tiempo, conminó a las Autoridades Rectorales para que en lapsos perentorios, los cuales, en su totalidad, no excedían los 75 días hábiles, convocasen a elecciones para Decanos y Miembros del Consejo de Apelaciones, concediéndoles a los Decanos en ejercicio, con períodos próximos a su vencimiento, una prórroga del mandato, que, bien puede traducirse en un interinato. Los lapsos  vencieron, las elecciones no se realizaron y no sucedió nada, como bien lo destacó el joven profesor Tony Chacón, para la fecha, Presidente de la Comisión Electoral, conocedor del origen de las aguas que han traído estos lodos, posición honorable, seguramente, causante de  la destitución del cargo. Los Decanos extendieron, motu proprio, su mandato y la prórroga se hizo indefinida. La UCV, en silencio, no ha pasado nada.Feliz.

En el presente año, 2012, el Consejo Universitario, como es su deber legal, convoca, por intermedio de la Comisión Electoral, al proceso electoral que permitirá renovar-sustituir las autoridades rectorales actuales, cuyo período de ejercicio fenece el 20 de julio del corriente año. La Sala Electoral del TSJ, a solicitud de parte, sentencia, nuevamente, y,  ordena que la UCV debe acatar plenamente el contenido dispositivo de  la sentencia de agosto 2011, además, condena y castiga por desacato a los Miembros del Consejo Universitario que, en cumplimiento de su deber, convocaron el proceso eleccionario. La sanción es de carácter pecuniario y la advertencia, de seguir el desacato, es la de privación de la libertad; pero, curiosamente, no suspende el proceso electoral ya iniciado.

La multa impuesta a los miembros del Consejo Universitario, más que el fondo de la sentencia, generó cierto revuelo, lo que motivó y determinó, como suele suceder en muchas ocasiones, que la APUCV y, sólo la APUCV, en actuar solitario, se convirtiese en el adalid de la defensa de la autonomía universitaria y de los miembros del Consejo Universitario sancionados pecuniariamente, razón que llevó a la APUCV a convocar a dos (2) Asambleas Extraordinarias de Profesores, para tratar este nuevo atropello a la Universidad. La última de estas Asambleas se lleva a cabo en momentos que la Sala Constitucional, en actuar de oficio, aunque se entiende que responde a orden superior, le enmienda la plana a la Sala Electoral, invocando, extrañamente, un argumento poco usado en derecho, el de la “notoriedad judicial” ( la notoriedad puede ser de hecho o de derecho) y, en sólo cuatro cuartillas, sin mayor argumentación, suspende los efectos de la sentencia de la Sala Electoral del día 17 de mayo de 2012, N° 83, y, pide, por Secretaría, el expediente para su revisión, con lo que abre un gran paréntesis, pues, la incertidumbre ahora se acrecienta; pero, igualmente, no suspende el proceso electoral en curso. En la UCV se entiende la medida de la Sala Constitucional como un triunfo. 

Yo, tengo reservas al respecto. Ojalá me equivoque. Al no suspenderse el proceso eleccionario, éste ha debido continuar como si nada hubiese pasado; sin embargo, anticipándose a los resultados de la Asamblea, la Comisión Electoral, posiblemente, acatando órdenes superiores, suspende el proceso y, la máxima autoridad rectoral informa al país la suspensión y su posible realización, en fecha imprecisa, bajo un cuadro distinto, que imaginamos cual será.

La Asamblea de Profesores en referencia, previa explicación clara y contundente de los hechos por parte de su Presidente, Profesor Víctor Márquez Corao, y la intervención de distinguidas ex autoridades universitarias como Luis Fuenmayor Toro, Ernesto González , Tania Navarro  y Ocarina Castillo, se pronuncia a favor de continuar con los eventos  electorales  puntuales hasta llegar al evento eleccionario y posterior juramentación de las nuevas autoridades rectorales, entendido este pronunciamiento como un acto de reafirmación  de la voluntad autonómica de la Institución. Mientras tal cosa sucedía en la Asamblea, en la que inclusive se brindaba  apoyo y solidaridad a los miembros del Consejo Universitario, este organismo sesionaba normalmente, es más, discutía, curiosamente, la forma de destruir la institucionalidad previsional, garante de la seguridad social de los profesores y sus familiares, construida con el esfuerzo principal del propio profesorado, tamaña insensatez, falta de solidaridad,  compromiso institucional y gremial.

Desde mi fuero interno me pregunto: ¿Qué sentido tuvo este acto de reafirmación de la voluntad autonómica de la UCV, liderizado  gallardamente por la APUCV, sí, ya, las autoridades universitarias  habían decidido seguir un camino opuesto y suspender voluntaria y unilateralmente las elecciones? ¿A qué obedece el paréntesis abierto por la Sala Constitucional del TSJ, el cuál aplaudo, independientemente de sus resultados, por cuanto coloca la cuestión electoral en una dimensión distinta, para bien o para mal de la vida universitaria? Algo más, ¿cuál será la respuesta de las restantes Universidades del país sometidas al mismo atropello judicial  al observar que a la UCV se le ha dado un trato distinto?

Finalmente, debo decir, con toda responsabilidad,  lo siguiente: si una autoridad judicial o gubernamental prorroga por un minuto, aunque sea, el ejercicio de las actuales autoridades rectorales, sin que con  ello esté valorando la gestión, estaremos en presencia de un interinato y, un interinato, bajo tales circunstancias, es, a no dudar, una intervención de la Universidad, un allanamiento judicial.   

Absalón Méndez
Caracas, 25 de mayo de 2012


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