domingo, 27 de mayo de 2012

EDUARDO LÓPEZ SANDOVAL - COMUNICACIONES


Hablar de la historia de las comunicaciones del hombre, es hablar de la historia humana. Precisamente la división entre la Historia y la Prehistoria está marcada por la invención de la escritura.

La escritura es el mayor esfuerzo racional del hombre, todo por comunicarse.

Hoy.

Muy cerca de la escritura,-como logro del hecho comunicacional de la humanidad-, nos encontramos con las telecomunicaciones.

Antes.

Muy,  muchisímo tiempo después del lenguaje oral, logramos el lenguaje escrito. Hizo que nuestros pensamientos volaran. Pueden ser comunicadas los soluciones más allá de la distancia, de los pasos y de los días.

Siempre.

La distancia y el tiempo era el otro enemigo a vencer. Señales de humo, de antorchas, de tambores,  de espejos. Con alambres, inalámbricas. Serios intentos de comunicación instantánea, y siempre como telón de fondo: la Guerra. La guerra siempre.

EL SUTE CÚPIRA

En el último Simposio de Historia de los Llanos realizado en Colombia, en el marco de la celebración del bicentenario de la independencia de ese hermano país, realizaba mi persona una conversación con  un  llanero del poblado de Támara, en el Departamento del Casanare. Realizaba una de esas actividades que no están en el programa del Evento, pero que muchas veces es más provechosa que el evento mismo, como de hecho resultó tal actividad.

Realicé una conversación con un más que lúcido octogenario. Él, como la totalidad de este pequeño poblado, se aprestó a dar lo mejor de sí para con los visitantes de los más variados países del mundo, que pisaban este pueblo llanero. En nuestra calidad de visitante intentamos acercar la conversación hacia el mayor provecho de nuestra condición de Historiador; el anciano, por su parte, preparaba la conversación con sus objetivos, ver qué pasaba de este lado de la frontera. El muy avezado llanero, quizás un tanto desfasado por la distancia que marcan los años y la cinta métrica, nos preguntó como de manera cotidiana, como si esperara una cotidiana respuesta:

-¿No trainporai un Sute Cúpira? Pa´que me lo regalen…

No entendí.

-¿Cómo, Sute qué?

-Sute Cúpira, el periódico quejacen ustedes allá en el Llano Venezolano, y que leemos en toestos llanos.

Muchas preguntas acerca de tan  novedoso tema, un medio de comunicación que  se hace en el Llano Colombovenezolano para todo el Llano Colombovenezolano.

Y muchas respuestas:

-Creo que lo jacen en San Fernando, es un periodiquito, siempre, desde hace más de sesenta años, la gente que viene de Venezuela lo train pa repartí. Por to esto, toitoslos que sabemos leé nos los intercambiamos…

Esta tan corta como productiva conversación, con este llanero, que se acercó a buscar el Sute Cúpira, el medio de comunicación que unía al Llano de sus mocedades, no lo encontró, pero sí dejó en nuestro ser la inquietud por participar en la construcción de un medio de comunicación que una, o intente unir esta ancha llanura que pisamos. De alguna manera el viejo dio con un Sute Cúpira,  adaptado a las ciencias de las telecomunicaciones de este siglo.

EL JOROPO, EL CABALLO, EL JOROPO, EL SUTE CÚPIRA, EL JOROPO,  LLANERO DIGITAL y EL JOROPO.

La acepción número tres de la Real academia, nos dice de la palabra nación, que es el conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

El llanero, en este sentido de la palabra, es una Nación. Respetamos y seguimos la visión del Libertador en el Congreso de Angostura, que dice: “no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el más extraordinario y complicado”.

Seguimos esta visión de las razones de la mezcla de sangre que ha dado como resultado esta nueva etnicidad, el llanero. Pero le damos especial peso a la cuestión cultural, el caballo, la tierra llana, la vaca y su carne asada, y su leche cuajada en el queso llanero, y las alpargatas, y el sombrero, el chinchorro, la arepa... Y por sobre todas éstas, o más bien junto a todas ellas, el joropo. 

Es así que en el nacimiento y corta vida de Llanero Digital, entendió que es el joropo el cemento que le da cohesión a los ladrillos de esta neo etnia, le damos la importancia que se merece esta manifestación cultural. Primera importancia.

LLANERO DIGITAL, EL MEDIO DEL LLANO COLOMBO-VENEZOLANO.

Presentamos, de seguidas, extracto de un Editorial publicado en este medio digital, www.llanerodigital.net, que describe lo que decimos con nuestro lema, -porque pretendemos ser precisamente eso-, el Medio del Llano Colombovenezolano.

Llanero Digital, EL MEDIO DEL LLANO COLOMBO VENEZOLANO, es un medio que se está haciendo.

Seguro que en la red se puede encontrar la variedad de servicios con los que Ustedes contarán en llanerodigital.net, pero de manera singular. En este Portal los encontrarás también, pero de forma conjunta, en una sola dirección.
Se ha dicho que el “fuerte“ de nuestro portal es la participación. En todas las secciones podemos participar, hasta en los Editoriales pueden intervenir. Esta fue una propuesta que se ha materializado por lo menos en dos oportunidades, donde los Escritos enviados por Ustedes han sido fundamento de dos Editoriales, con el  respeto a la fuente, claro está.

Llanero Digital tiene la posibilidad técnica de hospedar tantos blogs como llaneros hay en el Llano Colombovenezolano. Lo que lo coloca a la par, -tecnológicamente hablando-, de los sitios que albergan los grupos de amigos, como Facebook, o de blogs, como Google. Esta posibilidad tecnológica nos coloca en la posibilidad de invitarlos a todos a que sean administradores de su propio espacio en el Medio del Llano.

La necesaria conclusión: hacerte bloguero de llanerodigital es el reto. Entra a la ventana Nuevo Usuario, arriba y ala derecha. Regístrate. Elige el tema de tu blog, ponle nombre, y suerte.

Eduardo López Sandoval
27 de mayo del 2012

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