EL CAMINO A LA MUERTE
domingo, 3 de junio de 2018
EL CAMINO A LA MUERTE
Joan Miró / La esperanza
EL CAMINO A LA MUERTE
Héctor Espinoza
Hoy estoy consciente
que he iniciado el camino a la muerte. Y alguien podría señalarme con razón, que ese camino a la muerte lo
inicié el mismo día de mi nacimiento. Por eso digo que hoy estoy consciente del
proceso que vivo.
Es verdad, desde el
momento en que nací, ya el demonio mayor, es decir la muerte, comenzó a
acecharme, a tratar de infundirme temor. Es esta la misión que cumple con todos los seres humanos. Pero con toda
sinceridad, por muchos años nunca sentí ese temor.
Desafié a la muerte
muchas veces y logré evitarla en tantas oportunidades, que llegué a pensar
que era inmortal. En mi ya larga existencia, he tenido suficientes encuentros
con el demonio mayor. Ya lo conozco muy bien. Por supuesto él me conoce mucho
más a mí.
El conocimiento
que tengo de la muerte, se incrementó de manera importante desde el momento en
que recibí el Don de la magia. Esto porque mis actividades como mago verdadero,
me obligan a conocer a todos los demonios y en especial al demonio mayor, para
así poder dominarlos y controlarlos.
Ya he contado, en mis
relatos anteriores, que con el dominio del pensamiento los magos verdaderos, transformamos
realidades y cambiamos vidas. También sabemos que con la magia verdadera todo
lo bueno es posible.
Por eso he mantenido
anteriormente que a partir de ese encuentro la muerte y yo hemos conversado
muchas veces y le he manifestado que en esta oportunidad mi intención no es
evitarla, sino vencerla definitivamente. En la primera oportunidad que le
comunique mi propósito, el demonio mayor se río a carcajadas. Y esto porque siempre pensó que, por su condición de
inevitable, era invencible.
Pero con mis argumentos
de mago verdadero, he logrado que la muerte ya no esté tan segura de su
condición de invencible e inevitable y así hemos llegado a un acuerdo, el cual
consiste en lo siguiente: el demonio mayor, reconocerá ante todos los seres
humanos, que le he vencido y que por tanto ha perdido su condición de
invencible e inevitable y que ya no hay porque temerle y hará del conocimiento
público, los argumentos que permitieron vencerle. Estos son:
Primero
que la muerte forma parte de la vida, por lo tanto la vida es el todo y la
muerte solo una parte.
Segundo
que al trascender seguimos viviendo y ello lo hacemos en nuestros hijos, en
nuestros nietos, en las personas que amamos y que nos aman, en nuestros amigos,
en nuestros compañeros de lucha por construir un mundo mejor, en nuestra obra y
en el pensamiento de todas las personas que nos conocieron y que nos recordarán
como seres de bien.
Y yo, como parte del
acuerdo, le acompañaré en ese viaje que propone, lo haré en paz y en equilibrio
con mi ser, con mis semejantes y con la naturaleza, tal como lo indica mi
filosofía de vida, convencido de que el camino que comienzo a transitar hoy, será
un camino de paz y amor que recorreré acompañado de todos mis seres queridos
con los cuales estaré unido por la eternidad.
Para finalizar, debo
decir que el trayecto que comienzo a recorrer, será muy fructífero, porque
utilizaré mi condición de mago verdadero, para transformar realidades, cambiar
vidas y hacer que todo lo bueno sea posible.
Eso me permitirá
trabajar hasta el último momento por la construcción de un mundo mejor. Un
mundo en el que impere la paz, la libertad y la justicia social y que sea
gobernado por personas de bien.
De este modo todas las sociedades estarán conformadas por
ciudadanos conscientes que cumplan con sus deberes y exijan su derecho a una vida
digna. Esto hará que tengan desde su
nacimiento, la garantía de salud, alimentación, recreación, estudio y trabajo para
alcanzar el máximo desarrollo como ser humano, la realización y la felicidad.
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