miércoles, 3 de diciembre de 2014

CUANDO EL SILENCIO ES INDICADOR DE VIOLENCIA





CUANDO EL SILENCIO ES INDICADOR DE VIOLENCIA
Ramón Santaella Yegre
         

Para nadie es un secreto que la violencia es la actitud del hombre sociedad en lo político, económico, religioso, social y …, para dar a demostrar que es poder y merece el respeto de los demás, sin importarle que su proceder debería conllevar hacia los opuestos, el mismo objetivo.

SOMO CRIADOS BAJO LA MÁCULA DE LA
CULTURA DE LA VIOLENCIA

En cualquier sociedad del mundo somos criados bajo la mácula de la cultura de la violencia; posiblemente, muchos de los niños engendrados para continuar poblando este planeta azul, ayer, hoy y mañana, lo han sido en el marco de un tipo determinado de violencia; luego, cabe la también posibilidad de crecer y desarrollarse, mediante una disciplina registrada en los archivos de vieja data, de  la violencia doméstica porque “no” se puede derrumbar cultura como esta.

Necesario es conservarla porque en la medida en que sometamos al semejante, cercano o distante, dominamos el mundo. Al respecto, hay manifestaciones en el hombre, asumidas según escala de valores y principios que no descartan lo que pueda simbolizar el vestido: el traje de baño, para el nadador, el short en los atletas, incluso en el caso de los boxeadores, se percibe el uso de un determinado modelo de  trusa que usara otrora campeón como esperando o soñando igual comportamiento.

Igual pudiera decirse de muchos policías que asumen doble conducta: cuando no están de servicio visten de civil, tienden a caminar y actuar evitando  dificultades; en pocas palabras, intentan pasar desapercibidos; no así cuando se colocan el uniforme, es el momento de la metamorfosis, se acomodan a la cintura, según su mano de poder,  el revólver calibre 48, de reglamento que algunos usarán colgando del muslo, a lo “cow boy” de hasta comienzos de siglo pasado en las praderas del oeste norteamericano y en segundo lugar, atienden a la ubicación o posición del rolo o “bastón de mando”.

Y …, ¿Qué decir de aquellos militares en nuestro país, cuyo uniforme y grado, a escala, les concede cada vez mayor poder como “centro político” de la sociedad?

EL SILENCIO COMO INSTRUMENTO VIOLENTO

Sin embargo, esta breve introducción no tiene por objetivo distraer a nadie en cosas sabidas y reconocidas; nuestro interés es llamar la atención en relación al manejo que se le ha venido dando al silencio como instrumento de violencia, muy parecido a la forma como lo emplearon nuestros padres para marginarnos de la conversación entre ellos o con otros mayores, o cuando el maestro nos imponía minutos de silencio como castigo a nuestra conducta, pero, posiblemente, resulte con mayor grado de crueldad, cuando representantes de una determinada institución como la UCV emplean el silencio como herramienta de poder en una estrategia manifiesta en la confluencia de intereses, supuestamente políticos.

Esta estrategia en nuestra casa de estudios, siempre  resultará  curiosa para muchos pero,  no es precisamente novedosa; la experiencia de vida “política” que tuvimos por suerte “disfrutar” en nuestra siempre recordada casa de estudios a comienzos de la década de los setenta (70), indica que para muchos entre los cuales nos contamos, la casa “que vence las sombras”, nos hubo  resultado encubridora de ellas.

EN LA UCV ENTONCES COMO AHORA SE UTILIZAN LOS
MISMOS MECANISMOS PARA PRESERVAR O EXTENDER EL PODER

Entonces, se utilizó el silencio como ahora se hace con los representantes de la Cátedra Libre Pío Tamayo, con la finalidad de liquidarla como se haría con cualquiera a quien se considera fuera de lo que nos permite preservar el poder o la oportunidad de expandirlo.

La vida nos llena de sorpresas y curiosidades. A veces, por momentos, pareciera que la similitud de causas en diferentes fenómenos, hiciesen “aparecer” a la historia como hechos que se “repiten”.

Recuerdo muy bien que la única persona en atreverse a escribir numerosas cartas en mi defensa y acompañarme en ciertas diligencias a las que nos vimos obligados por los dueños del poder universitario de entonces, fue el amigo y colega Dr. Agustín Blanco Muñoz y tal como ahora ocurre con la CPT, de quien es coordinador, aquellas autoridades jamás se dignaron en responder, solo liquidaron y el himno universitario conservó la misma letra, no pasó absolutamente nada porque los humillados como los vencidos carecen de valor.

INVENTAR ARGUMENTOS PARA JUSTIFICAR ACCIONES

La apariencia continúa siendo actitud conductual en los hombres-poder que les permite inventar argumentos para justificar sus acciones y el silencio, el arma fundamental para liquidar a oponentes reales o imaginarios y cuando esa arma o herramienta es propuesta en confluencia de intereses, resulta más poderosa y efectiva en la liquidación del “enemigo”; así se percibe de las diligencias efectuadas por la CPT en sus peticiones para continuar su labor de 31 años ininterrumpidos en la Sala “E” de la Biblioteca Central de la UCV.

Siempre el argumento del poder tiene justificación “histórica” porque es lo único que aparece inscrito en los documentos leídos a futuro, al igual que las actas levantadas en cada acto administrativo, pero, por ello, la importancia de “una” historia actual desarrollada por la CPT y su coordinador como proponente e impulsor de la misma.

Entonces, nos encontramos con “un” silencio ¿político?, bien organizado con objetivos a lograr ¿para beneficio de quién?

SEGUIRÁN INTENTANDO LIQUIDAR A LA CPT
PERO NO SERÁ DE LA UCV LA VICTORIA

Por lo que se desprende de los informes tomados de la CPT, hay varios confluyentes en el objetivo perseguido: Vicerrector Académico, La Gerencia de Comunicación, Conocimiento y Talento; la Comisión de miembros del Consejo Universitario que entregarían informe en 15 días y han guardado el mismo silencio; y sin mencionar a los que “deben” salirse del CU en el instante preciso para hacer ver que no están involucrados en la liquidación de la CPT, habría de agregarse el miembro incógnito: el interés político que subestima lo académico. 

Al igual que nosotros durante aquellos comienzos de la década de los setenta, a los organizadores de la CPT les esperan momentos desagradables, donde el silencio del poder intentará liquidarlos pero, la constancia y la razón serán ayuda y argumento suficiente para lograr la victoria.

RSY.
03 de diciembre del 2014

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