jueves, 5 de noviembre de 2009

EUGENIO MARTÍNEZ - PARA ENTENDER EL GUABINEO DE LOS NI-NI

Para seguir avanzando en el debate sobre los NINÍ


Para muchos resulta inexplicable que la mayoría de la población dude entre
apoyar al proceso revolucionario de Hugo Chávez u oponerse a él. Según las
últimas encuestas, 21,5% de la población se autodefine como pregobierno,
17,4% como de oposición y 54% de los ciudadanos -es decir 5 de cada 10
venezolanos- se inclina por decir que no pertenece a ningún bando.

Esta situación no es nueva. Tenemos 10 años observando como dos minorías que
viven y se mantienen exclusivamente por el rechazo mutuo han llevado al país
a una polarización irreflexible y excluyente. En cada proceso electoral el
chavismo y la oposición sólo son acompañados por una minoría, si se
considera que tienen el rechazo de quienes votaron en su contra y de quienes
se abstuvieron de participar en el proceso comicial.

No son pocos las analistas -profesionales o improvisados- que suelen atacar
ferozmente a toda persona que tenga el atrevimiento de decir que no está con
Dios, ni con el diablo. No obstante, éste es un error. Es vital comprender
que las personas no alineadas políticamente con algunos de los extremos que
polarizan a Venezuela no son necesariamente apáticos. Simplemente no tienen
conexión con el "cambio" que propone el chavismo, ni con la oposición de sus
adversarios. En este punto hay que recordar que muchos de los actuales Ni-Ni
son chavistas descontentos o arrepentidos y difícilmente apoyarán a las
figuras visibles de la oposición venezolana ¿Por qué? Porque esos líderes
representan los antivalores que provocaron la aparición de Chávez como
fenómeno político.

Los últimos estudios de opinión pública sugieren que la radicalizació n del
proceso político del Presidente, unido a la falta de resultados concretos de
su gestión en temas vitales, provoca un descenso sostenido en su apoyo
popular. Sin embargo, esta reducción de popularidad de Chávez no es
capitalizada por el liderazgo opositor. ¿Por qué?, porque no tienen nada que
ofrecerle a las personas que abandonan a la revolución. Por esta razón
Chávez pierde apoyo, pero la oposición no crece, crecen los Ni-Ni, es decir,
las personas que intentan escapar de la revolución pero no tienen otra
propuesta o alternativa de cambio que apoyar. Para entender al Ni-Ni hay que
comprender que, mayoritariamente, son personas que quieren distanciarse de
la revolución, pero mantienen su escepticismo por el mensaje opositor.

En esencia la mayoría de los Ni-Ni suelen terminar votando por Hugo Chávez,
porque apoyan a la revolución hasta cierto límite al mantener viva la
necesidad de cambio. Este sector de la sociedad -vilipendiado por los
radicales de cada extremo- termina convirtiéndose en el puente que uno a los
chavistas más convencionales con la oposición dura e irreflexible.

Son estas personas las que definen los triunfos o fracasos electorales del
Presidente. El mejor ejemplo de su efecto se encuentra en los resultados del
referendo constitucional del año 2007. El chavismo crítico -encarnando el
papel de Ni-Ni- dejó de votar, y el proyecto político del Presidente fue
derrotado en las urnas.

Sin embargo es vital comprender que su rechazo coyuntural a la revolución no
los convierte en opositores a Chávez. A este sector -en este momento
mayoritario- de la población el discurso absurdo, sin propuestas, estilo "No
es No", "Chávez vete ya", etc., no le convence. Ideológicamente los Ni-Ni
son afines a varias ideas: izquierda progresista, centro-izquierda, centro o
centro-derecha. La clave de los resultados de los próximos procesos
electorales radicará en cómo llegarle a este 54% de la población, ciudadanos
que se escudan en su posición de neutralidad para expresar su descontento
ante la propuesta chavista y la pseudo propuesta de la oposición.

Difícilmente la mayoría de los Ni-Ni sea apático. Al contrario, es un grupo
que busca alternativas, pero no las consigue.

emartinez@movistar. ve.blackberry. com
Twister: @puzkas

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