jueves, 21 de enero de 2010
EDGAR JAIMES - LA REVOLUCIÓN NECESARIA (III)
En la parte II de esta serie de artículos quedaron planteadas interrogantes sobre el posible colapso de la actual civilización a consecuencia de la intensificación del Consumo-Producción-Despilfarro sustentado en la “racionalidad económica” que privilegia la productividad y la estandarización como las claves del progreso económico.
Según Senge -quien es autor de libros de gran impacto editorial como La Quinta Disciplina, La Danza del Cambio y La Revolución NECESARIA- la actual generación humana vive en lo que se conoce como la Burbuja de la Era Industrial, burbuja que está a punto de estallar y producir un colapso humanitario sino se cambian las formas de pensar y de vivir, ya que dentro de ella unos pocos han potenciando una espiral de opulencia y derroche que solo beneficia a ellos mientras que a una gran mayoría -dentro y fuera de la burbuja- otra espiral: la de la pobreza, inequidad y exclusión social; además de la degradación eco-social y el deterioro ambiental, los oprime y amenaza con una intensidad cada vez mayor.
En efecto, la vida dentro de esa burbuja ha transcurrido en los últimos cincuenta años bajo el frenesí de un incesante consumo de energía fósil; producción de alimentos -con frecuencia modificados genéticamente y obtenidos con insumos agroquímicos de alta toxicidad humana- que requieren de complejas y costosas redes de procesamiento, distribución, almacenamiento y mercadeo antes de estar disponibles para el consumo humano; producción masiva de bienes y servicios homogéneos en su estructura, composición, manejo y distribución lo cual, a la larga, se traduce en una acumulación masiva de basura y desperdicios.
Por el contrario, fuera de la burbuja, es decir en la naturaleza, la producción de biomasa y de alimentos durante miles de años ha sido con base en la energía solar, permitiendo la creación de una profusa biodiversidad, como base de sustentación, en la que todo se recicla y nada se desperdicia o acumula.
Según Diamond (Colapso, 2007; http://www.randomhousemondadori.com.mx), las burbujas sociales pueden durar décadas o incluso siglos. No obstante, después de varias generaciones se hace difícil imaginar una alternativa, una manera de vivir por fuera de la burbuja; no obstante, llegó el momento de equilibrar las tensiones, inconsistencias y contradicciones entre la vida dentro de la burbuja y la realidad externa, es decir: “…la burbuja no puede seguir expandiéndose indefinidamente…y menos aún si se sigue considerando al crecimiento económico y/o el incremento del Producto Interno Bruto como los Índices de Bienestar Social.”, significando esto que la Era Industrial está llegando a su final, pero: ¿qué se debe hacer para lograr esa meta estratégica?
Una acción eficaz sería estabilizar los niveles de bióxido de carbono (CO2) en la atmósfera hasta llevarlos a niveles que reduzcan la amenaza de eventos catastróficos, independientemente de que estos gases de invernadero sean o no la causa principal del Cambio Climático Global (CCG). Muchas instituciones a nivel mundial, principalmente las no gubernamentales, plantean como meta una reducción del 80% de las emisiones de CO2, para las próximas dos décadas (2010-2030), esto es: una relación de 80-20 (Senge, 2009, La Revolución NECESARIA, Editorial NORMA). Según otros científicos otra relación sería 80-40 ó 40-20, es decir una reducción del 2% anual de esas emisiones durante 40 u 80 años. Sea cualesquiera la relación que se adopte, demandará cambios inmediatos en todos los mega-sistemas industriales del mundo vinculados directamente con la provisión de agua y alimentos, energía y transporte, y con la producción-manejo-distribución-almacenamiento de mercancías, entre otros bienes y servicios.
En conclusión, la actual generación está en la obligación de iniciar la implantación de la Era Post-Industrial. ¿Cómo?: 1º) Aprovechando los flujos de fuentes energéticas renovables; 2º) Reciclando los desechos de la actividad humana; 3º) Globalizando visiones y responsabilidades en el uso, manejo y distribución de la materia, energía e información; 4º) Valorando más el uso sostenible de los servicios ecológico-ambientales que son gratuitos; 5º) Construyendo comunidad mediante el establecimiento de relaciones eco-sociales armónicas y diversas; 6º) Adoptando un pensamiento sistémico, global e incluyente, entre otras acciones.
Dr. Edgar Jaimes (*)
(*) Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo, Venezuela.
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