jueves, 14 de enero de 2010
EDGAR JAIMES - PERIODO ESPECIAL EN TIEMPOS DE PAZ
Así se conoce al periodo de cinco años (1990-95) durante el cual el gobierno cubano aplicó un racionamiento del 50% al consumo nacional de electricidad, medida que fue anunciada al pueblo cubano por Fidel Castro quien explicó el por qué, cómo, para qué, desde y hasta cuándo duraría ese periodo especial. Fui testigo del inicio de ese periodo porque en esa fecha (02-03-1990) estaba en La Habana, participando en un Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo.
Esta medida de racionamiento ilustra, a grosso modo, la visión de un liderazgo y la actitud de un pueblo frente a una inminente amenaza a la seguridad de Cuba como consecuencia de un problema que ameritaba un tratamiento especial por lo estratégico y necesario que es la disponibilidad de un recurso o servicio básico para la actividad humana, en ese caso la electricidad.
La causa que originó la puesta en marcha del periodo especial fue el derrumbe de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), principal soporte de la revolución cubana, que a mediados de los años ochenta había iniciado una etapa de apertura socio-política y económica, conocida como la Perestroica-Glasnot, dirigida por Mijaíl Gorbachov; proceso que se hizo insostenible para finales de 1989, obligando a la URSS a suspender el suministro de combustible a la isla. En consecuencia, el racionamiento en el uso de la energía eléctrica para los cubanos, más que una restricción, se convirtió en una necesidad imperiosa.
Lo antes indicado es una muestra palpable de lo que un líder y un pueblo deben hacer de manera eficaz, ordenada y planificada, para afrontar una grave contingencia socio-económica, asumiendo con responsabilidad, coherencia y seguridad, medidas drásticas que afectan su calidad de vida, pero definiendo al mismo tiempo un plan de manejo de la crisis, prospectando las acciones tendientes a la solución del problema en un plazo determinado.
Sin embargo, en Venezuela el gobierno de Hugo Chávez (HC) ha sido torpe e ineficaz para definir y aplicar las medidas más pertinentes en función del manejo o solución de la problemática del servicio eléctrico y de otros servicios básicos que son requeridos por la gente (suministro de agua potable, recolección de basura, dotación y mantenimiento de los hospitales, vialidad pública, vivienda, entre otros).
Es inaceptable que HC siga atribuyendo a causas meteorológicas (fenómeno del “Niño”) y a los gobiernos de la cuarta república el actual problema de suministro de energía eléctrica, si su gobierno ya cumplió en el poder más de dos periodos de los de antes, es decir 11 años, aunado al hecho que se han obtenido ingresos por renta petrolera que alcanzan ya el billón de dólares que es más de tres veces los obtenidos por los gobiernos de la cuarta, en 25 años (1973-1998)
Según el Dr. José M. Aller, experto en materia de Ingeniería Eléctrica, profesor titular de la Universidad Simón Bolívar, el responsable de la crisis energética que vive Venezuela no es el fenómeno del “Niño”, es quien no hizo a tiempo las inversiones necesarias, toda vez que en los últimos diez años el sistema energético nacional acumula una desinversión de 20.000 millones de dólares, que eran indispensables para que en la actualidad se tuviera la capacidad para generar más de 20.000 megavatios, suficientes para controlar o neutralizar cualquier contingencia de tipo climático. Además, el fenómeno del “Niño” en Venezuela (caracterizado por ser un periodo de sequía fuerte) fue también intenso en años anteriores (2002-2003), inclusive mayor que el bienio actual (2009 – 2010), afectando en aquellos años el nivel de aguas de la represa del Guri, haciéndola disminuir hasta la cota 245, pero en esa oportunidad Planta Centro funcionaba casi a un 70% y Tacoa a máxima capacidad, lo que no está ocurriendo ahora.
Mayor prioridad tenía el haber anunciado, hace seis meses, un periodo especial de suministro de electricidad, no tan restrictivo como el que se aplicó en Cuba, con Chávez explicando el por qué, como, para qué, desde y hasta cuando, como bien lo hizo Fidel en marzo de 1990; en lugar de haber anunciado la devaluación del bolívar. Una cosa es ser un líder inteligente, capaz, visionario y revolucionario y otra, muy distinta, es ser un populista, incapaz, inepto y hablador de pendejadas.
Dr. Edgar Jaimes (*)
(*) Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo, Venezuela.
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