domingo, 20 de diciembre de 2015
ASAMBLEA Y ECONOMÍA
ASAMBLEA Y ECONOMÍA
Miguel Aponte
Luego del 6D, una sola cosa luce
segura: la economía estará peor en 2016. La realidad política es nueva, pero la
realidad económica no. La primera apuntalará a la segunda, pero el asunto no es
inmediato, hay que trabajarlo y hay un “quién hace qué, cuándo y cómo”, que no
se puede obviar.
Será peor,
insistimos, aun si el régimen, en un supuesto negado, hiciera “lo
correcto”. El país sentiría impostergablemente el dolor de la cura. Pero
de esto olvídese, estimado lector, porque el gobierno es incapaz en tres
niveles esenciales.
Primero, no admite
su obvia responsabilidad. Segundo y como consecuencia, no es capaz de “pensar”
lo correcto; lo que hace que, tercero, sea incapaz de “hacer” lo correcto; a
esto agregue la incompetencia genética del funcionariado chavista: ideológico,
torpe, sin educación sobre el tema y, por lo tanto, inservible. ¿No me cree?
Espere a ver los “nuevos” ministros y jefes.
Entonces, ¿qué
escenarios tendremos si el mejor, “hacer lo correcto”, es imposible?
Primero: que el
régimen, apostando al caos, mantenga su postura actual, insustentable con
precios del petróleo a la baja, sin caja y sin suficiente financiamiento
internacional para continuar la gestión populista. Segundo: que hiciera “algo”
y no implosionase por hacerlo —así de absurda es la situación en que él mismo
se ha colocado—.
Este camino
fracasaría igualmente, porque cualquier medida económica aunque luzca correcta
-aumentar el combustible o devaluar, por dar sólo dos ejemplos, será
incorrecta si no se acompaña del resto de acciones que la hagan económica y
políticamente coherente y sostenible. La verdad es que el régimen se debate
entre fracasar de una manera o de otra.
En estas
circunstancias, además de la función contralora que, sin duda, debe
regresar, ¿qué debería hacer, desde el punto de vista propositivo, la
nueva Asamblea? Respuesta: crear el marco institucional y político que oriente
al país hacia una democracia moderna que sustente una economía sana, sin
ofrecer falsas expectativas y sin confundirse con un gobierno totalmente
incapaz.
Se trata de
acciones legislativas, políticas, pre-económicas, que produzcan las condiciones
necesarias para la acción económica, que necesariamente pasa por la
reconciliación nacional. ¿Cómo?
1°) Aprobando la
Ley de Amnistía General para los Presos Políticos; 2°) Dejando claro que la
Asamblea no es el Ejecutivo y no ofrecer aquello que no le corresponde; 3°)
Ejerciendo la acción legislativa que reinstitucionalice al resto de los poderes
públicos, sin excepción y añadiendo a esta lista el BCV; 4°) Proponiendo a los
ciudadanos un programa legislativo coherente, moderno e incluyente, que
apuntale los cambios que el país exigió el 6D; y, 5°) Cumpliendo y exigiendo
cumplir al Ejecutivo la Constitución de la República.
Domingo, 20 de diciembre del 2015
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