domingo, 13 de diciembre de 2015

¿QUÉ ES EL CHAVISMO?

¿QUÉ ES EL CHAVISMO?
Miguel Aponte

Pasó el 6D y todos sacamos lecciones, o deberíamos. Una cosa es segura: Maduro no. Al menos no si juzgamos por sus primeras actuaciones. Pero, más allá de la anécdota trasnochada, ¿qué ver en el chavismo oficial? Todos esos “jefes” sabían de antemano lo que ocurriría y, sin sorprender a nadie, repitieron sin variaciones el guion del político mediocre.

Esta revolución se ha vuelto demasiado predecible, repetitiva, necia y aburrida. Hicieron lo que habría hecho cualquiera, de derecha o izquierda; pero con menos imaginación y con mucha más violencia y brutalidad: amenazar, mentir, manipular, disimular la realidad, ¿ante quién? Pues ante sus propios cada vez más escasos seguidores, sin el más mínimo respeto por la inteligencia de ese pueblo que dicen representar.

Y, ¿para qué? Para quedar desnudos al final, en medio de la desbandada.

¿De qué signo es este régimen? ¿De izquierda o de derecha? Respuesta: es populista. La fórmula que adoptó la izquierda una vez que no ha sido capaz de repensarse a sí misma y mucho menos reconstruir el edificio ahuecado del marxismo.


No saben pensarse de izquierda sin ser marxistas, mientras a la vez tampoco saben ser marxistas, que, para colmo, ¿qué es hoy? Son populistas, sólo eso: invento que, de paso, tampoco es suyo.

Así, la izquierda de hoy -a nivel mundial- es apenas el reflejo de un espejo que replica todo lo que critica, sin filosofía, sin teoría económica y sin teoría de la historia.

¿A dónde pues podría llevarlos semejante indigencia? ¿Es que de verdad creen que la lucha de clases es el motor de la historia y hará el trabajo por ellos?

Pero la izquierda contemporánea no tiene solamente estos problemas existenciales, que no enfrenta atrapada como está en su propia pulsión de muerte, sino que ahora el chavismo viene, como macabro regalo, a sumarse a sus desgracias: ¿Qué es el chavismo en el ámbito de la izquierda?

¿Cómo es que tantos “sabios” lo señalaron como el camino a seguir, sin notar la estafa evidente que significaba? ¿Tanta es la desesperación por alcanzar el poder? ¿Y para qué si no saben gobernar? ¿Dónde estuvo la falla, no de Chávez, que realmente no tuvo nunca nada sustancial que ofrecer, sino de ese “pensamiento” de izquierda que se arrojó a sus botas de militar sin la más mínima vergüenza?

Esa falla, amigos, no es sólo teórica y política, sino que es también ética y aún estética; y si no lo creen así, los retamos a escuchar cinco minutos cualquier discurso, pasado o presente, de los “líderes” del chavismo.

Quien no vea allí que la revolución nunca pudo ser eso y estos tipos jamás su encarnación, tendría que ir de nuevo a la escuela o al terapeuta antes de responder. Así sería, si hubiera gente de izquierda con algo de seriedad y vergüenza; pero no se afanen que, de esos, ¡ya no hay!



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