viernes, 24 de abril de 2009

EDGAR JAIMES - EL SUELO: EPIDERMIS VIVA DE LA TIERRA


Cada 22 de abril se celebra en todo el mundo “El día de la Tierra”. Esta celebración se inició el 22 de abril de 1970, día en el cual más de 20 millones de personas atendieron la convocatoria realizada por el senador Gaylord Nelson, con el propósito de planificar un día nacional en el que se conversara sobre los problemas ambientales más apremiantes. El objetivo de este artículo es presentar algunos análisis y reflexiones que han realizado edafólogos ecólogos en relación con la sostenibilidad agroalimentaria del planeta tierra, desde la perspectiva de la ciencia del suelo.

A pesar de ser el suelo uno de los componentes ambientales más importantes del planeta tierra, al punto de ser considerado la “Epidermis viva de la Tierra” (http://www.yearofplanetearth.org), dicho recurso no goza del mismo reconocimiento y aprecio que los demás recursos naturales porque no es un bien directamente consumible y porque existe la creencia común, pero errónea, de que los suelos son renovables a escala humana. De allí que la opinión pública manifieste menos preocupación por la degradación de los suelos en comparación con el agotamiento de otros recursos naturales. (Zinck, A. 2005, en: http://www.mexicoforestal.gob.mx/). 

Según este experto, a escala global y en conjunto, la erosión hídrica, la erosión eólica, la degradación química y la degradación física afectan, en diferentes niveles de intensidad, casi 20 millones de km2, esto es, 15% de la superficie global de tierras, o aproximadamente 66% de las tierras potencialmente arables en todo el mundo. Estas cifras, muy posiblemente, están por debajo de la extensión real de tierras degradadas. A escalas más grandes, los datos son más precisos, revelando proporciones mayores de degradación.

Es tan evidente la destrucción de esta delgada capa viviente, que se ha determinado que por cada kilogramo de alimento producido en los EE.UU. se pierden 6 kilogramos de suelo por efectos de la erosión del agua y del viento debido a malas prácticas agrícolas. En los países en vías de desarrollo es peor: 12 kilos de suelo perdido por cada kilo de alimento producido. De acuerdo con estos datos, hasta el año 2008 se habrían perdido tres cuartas partes de los suelos cultivables del planeta tierra debido a la erosión. De seguir así, se estima que en los próximos 50 años “… es probable que se agote por completo el suelo cultivable en el mundo” (John Jeavons, 2008; en Ambiente y Sociedad, Nº 363. http://www.ecoportal.net). 

¿Qué se requiere para conservar o recuperar el suelo y, en consecuencia, asegurar la sostenibilidad agroalimentaria en el planeta tierra?

En primer lugar, que se tenga claro el concepto de SUELO y su significado para la vida humana (Hartemink, Nortcliff y Dent (2008); en: http://www.isric.org y http://www.iuss.org), esto es: A.) El suelo es un sistema vivo que tiene una influencia considerable en todo lo que ocurre en la superficie de la Tierra a pesar de que solo alcanza unos pocos centímetros de grosor y casi nunca supera los dos o tres metros. B.) Es el soporte agrofísico que define, junto al agua y la atmósfera terrestre, las condiciones ambientales (biosfera) que hace posible la vida humana en el planeta tierra. C.) El suelo retiene el agua durante el tiempo suficiente para que las plantas puedan utilizarla, a la vez que fija nutrientes y facilita su uso por los seres vivos. D.) El suelo constituye el hábitat de miles de millones de microorganismos responsables de innumerables transformaciones bio-geoquímicas, que abarcan desde la fijación del nitrógeno atmosférico hasta la descomposición de la materia orgánica. E.) Alberga legiones de animales microscópicos, lombrices de tierra, hormigas, termitas, etc. que se alimentan de raíces, de otros organismos y de materia orgánica.

En segundo lugar, es urgente la divulgación masiva en el seno de la sociedad y en los agricultores de las bases científico-tecnológicas que define a los sistemas productivos agroecológicos, toda vez que a partir de ellos se pueden lograr rendimientos tan altos como los de la agricultura de altos insumos energéticos. Una de esas técnicas agroecológicas es el método bio-intensivo, que produce más alimentos por área que la agricultura industrial sin usar ningún producto químico y sin hacer daño al suelo sino, al contrario, mejorarlo.

De acuerdo con experiencias exitosas realizadas con este método productivo en la República de El Salvador, por parte de la organización Ecology Action (http://www.cultivobiointensivo.net/EcoBASE/), se puede "cultivar" hasta 20 kilogramos de suelo por cada kilo de alimento producido, es decir que lo importante del método no es aprender cómo cultivar alimentos, sino cómo cultivar el suelo. Y, una vez que se sepa cultivar el suelo es posible que la sociedad entienda la importancia del suelo para la vida terrestre.

En última instancia, lo que se debería aprender a cultivar son ECOSISTEMAS. Así que el gran Ecosistema para curar la Tierra solo se puede lograr si todos y todas difundimos la importancia de cultivarla y cuidarla. Seguramente este sea un buen camino para lograr un planeta sano con gente sana. jaimes@ula.ve 

Dr. Edgar Jaimes, Prof. Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo.

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