martes, 31 de agosto de 2010

RÓMULO LARES - CATARATA ELECTORALISTA

EDUARDO SANTOS, RÓMULO BETANCOURT Y JORGE ELIÉCER GAITÁN
HOMENAJE A FRANKLIN BRITO



“La Lección de Betancourt”, tituló Eduardo Santos su contribución para el No. 32 (Marzo 1964) de la REVISTA POLÏTICA , que le habría solicitado Luis B. Prieto F., con ocasión de la culminación del primer período del “experimento democrático 1960- 1999” , conducido por el nativo de Guatire.

“…..En ciertos momentos pocos eran quienes creían posible su éxito tan completo como el logrado en las pasadas elecciones. Que fueron para inmarcesible honra de Venezuela, elecciones libres. Múltiples candidatos enfrentados en debates de ardiente franqueza; votaciones ordenadas y auténticas, resultados intachables; espléndido certamen de vida democrática genuina. Nada de “listas únicas”, impuestas por imperiosas tiranías; nada de votaciones unánimes, características de los regímenes totalitarios, sin debates, sin la sombra siquiera de la libertad para escoger. Todo lo contrario: elecciones preparadas y realizadas de manera honrada y limpia, que bien pueden parangonarse con las habituales en democracias indiscutibles. Eso constituye para América un acontecimiento de trascendencia incalculable”.

El ex presidente Santos, también cita al escritor español republicano Fernando Valera, quien refiriéndose al mismo tema electoral venezolano, recuerda frases de Haya de la Torre y éste de Martí, sobre lo difícil que es “convalecer de las dictaduras” y expresaba: “El mandato del Presidente Rómulo Betancourt,…representará…: la restauración de su pueblo como dueño y gestor de sus propios destinos, a despecho de los que quisieran una Venezuela eternamente condenada a la minoría de edad y condenada, por lo tanto, al tutelaje permanente, sea de una casta pretoriana, sea de una secta de revolucionarios alucinados”.

“…Gran triunfo, no sólo para él y para sus compatriotas, sino para todos los hombres libres de Latino América, a quienes una vez más enseña Venezuela arrogantemente caminos de libertad y gloria. Por algo decía José Martí, evocando las epopeyas libertadoras: “Qué tendrá la bandera de Venezuela, que todos los americanos vemos siempre en ella algo de la propia bandera”. Se refería, por supuesto, a la bandera libre de las siete estrellas.

El doctor Gaitán marchaba en 1946 hacia la presidencia de Colombia de manera independiente, atacando duramente y con virulencia al Partido Liberal en la campaña electoral presidencial de ese año, a pesar de haber servido como Ministro de Educación durante las administraciones de Eduardo Santos y del Trabajo del interino de Alfonso López Pumarejo, Darío Echandia.

Expresaría el 20ABRIL en el Teatro Municipal de Bogotá que: “En Colombia hay dos países. El país político que piensa en sus empleos, su mecánica y su poder, y el país nacional que piensa en su trabajo, en su salud, en su cultura, desatendidos por el país político. El país político tiene metas diferentes a las del país nacional. ¡Tremendo drama en la historia de un pueblo!”

Gaitán, amigo personal de Betancourt, había solicitado el apoyo de la joven democracia venezolana para proteger a los liberales de la persecución política del gobierno conservador. Se reunirían en Bogotá el 9ABRIL1948 a la 1:35 PM. La ciudad era anfitriona de un Congreso de juventudes comunistas y de la IX Conferencia Panamericana.

Gaitán fue asesinado a la 1:05 PM, decretándose el inicio del “Bogotazo”, conmoción social que inmovilizó la ciudad por varios días, arrasándola, y se le atribuye el carácter del germen principal para el nacimiento de la subversión armada, aún protagonista en la política y la sociedad colombiana, pero en la otra acera del Estado dirigido hoy por Juan Manuel Santos, empeñado con el respaldo general de la sociedad en avanzar con la Política de Seguridad Democrática hacia la de Progreso Democrático, empujando con fuerza hacia el ocaso de la subversión armada, integrada hoy al narcotráfico y sostenida desde Venezuela por su mayor aliado, nuestro usurpador de la presidencia y de la representación del Estado.

Ha transcurrido más de medio siglo. Ambos casos muestran la seriedad con la que esos líderes y esos pueblos asumían, y asumen hoy en el caso de Colombia, los temas electoral, político, económico y el tema social. Es decir: la DEMOCRACIA y la DIGNIDAD HUMANA.

Las trayectorias personales y políticas de ambos líderes me permitirían apostar a que sus posiciones, intercambiadas, hubieran producido resultados similares, en cuanto a la prioridad por el progreso de la democracia de sus naciones. Betancourt sobrevivió su último atentado por la protección personal de su condición de Jefe de Estado.

Antes y ahora se repiten en Venezuela las condiciones de extrema polarización política y social, en medio de crisis de ingobernabilidad, con una gran similitud entre la Colombia de 1946-48 y la Venezuela de 1964, en las que la manipulación o el fraude del Sistema Electoral y del sufragio habría sido y es hoy en Colombia, impensable e imposible, porque sencillamente no podría ser tolerado por el colectivo. Esto explicaría en parte tanto el asesinato de Gaitán como el atentado contra Betancourt. Para todos ellos, dignidad y democracia no podían ser negociables ni siquiera a cambio de sus vidas.

Esta es la diferencia con la Venezuela que nació en 1999, cuando se inició el diseño y se estableció con la complicidad primero y luego con la asociación de las oposiciones, un Sistema Político-Electoral para la manipulación permanente y continuada de la voluntad del colectivo, con la que se traicionó la Patria, se demolió el Estado de Derecho y se violan en permanencia los derechos humanos, exportando el crimen organizado transnacional disfrazado de subversión al continente y al mundo.

A pesar de la censura y la autocensura de los medios de comunicación, la nación sabe que el sufragio es una fantasía perversa, porque en ella se fundamenta la legitimidad y legalidad del régimen que conforman también las “oposiciones”, cuando ante la escasez o inexistencia de valores democráticos y de dignidad, sobre todo en las cúpulas políticas, militares, académicas, empresariales, sindicales, eclesiásticas y de los medios de comunicación social, se conduce al país de forma irresponsable y criminal, hacia el precipicio de la consolidación del totalitarismo y la desintegración de la nación.

El drama venezolano es mucho más que político, social y económico, es ético. El trágico desenlace se consolida más en cada fraude-convocatoria electoral ya irreversible que estableció una sociedad-sucursal del crimen organizado, cuya bandera-símbolo es la participación en la feria electoral. Así lo proclama también la del 26SEP2010.

Honro a Franklin Brito. Un hombre de honor. De los tantos criollos secuestrados, que comprendiendo el significado de la DIGNIDAD, actúan en consecuencia. El régimen, emulando al stalinismo, lo clasificó como “loco” para aplicar la alternativa del secuestro en un hospital militar, ante el silencio oprobioso del colectivo nacional.

No es posible imaginar a Franklin Brito participando en la pantomima del fraude político-electoral, ni mucho menos en condición de candidato, como vía para “doblegar al régimen” u obtener su libertad, así como cuando el régimen pretendió devolverle su propiedad saqueada argumentando “razones humanitarias”, entonces alzó su voz y denunció esa otra pantomima.

Necesitaríamos en Venezuela tan sólo un Gaitán o un Betancourt, y algunos hombres y mujeres, así como un colectivo, dignos. ¿Los tenemos?

Rómulo Lares Sánchez. 30AGOSTO2010

1 comentario:

ACISOI dijo...

a la catarata electoralista le sigue la perorata critica

Salir de la Crisis y enFOCAR en la SOL ución

VER
VER dad
VER bo


UNI ver SIDAD no es

di VER sidad no es

aca DEMIA no es

CLAu stro
CLA se
eCLE sía

es OUSIA
U TOPÍA

ubicuidad

orientación
espero tus comentarios a la sesión del lunes
GRACIA