Vamos a decirlo claramente. El autoritarismo hoy y aquí no es un patrimonio exclusivo del oficialismo. La actuación de buena parte de ‘las oposiciones’ tiene mucho que ver con esa práctica que permanentemente se critica y condena.
Para la ‘revolución’ quien no siga la línea es un traidor-brinca talanquera. Para la otra parte quien no cumpla con lo que se le manda es un simple saboteador, radical y des-adaptado. Para ambos el colectivo en su conjunto debe estar puesto y dispuesto para recibir y cumplir órdenes. Esta es la situación que queremos debatir y enfrentar.
1.- En la práctica autoritaria conseguimos al ‘gran jefe’, genio excepcional de la política, llamado a ocupar los puestos de mayor altura y privilegio. Después de él, no hay nada ni nadie.
2.- Se trata del conocido caudillo invencible y gendarme necesario, obligado a resolver todas las causas de nuestra historia republicana sin república.
3.- Hoy el autoritarismo oficialista dice que llegó la hora de la democracia participativa, nacida a la luz de un tal poder constituyente originario, que se toma como punto de partida para conformar lo que se califica como proceso revolucionario y socialista.
4.- De este modo se erige toda una nueva estructura jurídico-política-institucional, supuestamente, al servicio del colectivo. En sentido estricto se trata simplemente de un nuevo momento de la misma dominación que ahora asume las ya viejas caretas del socialismo.
5.- Estamos ante un neo-socialismo que tiene como componente principal una capa militar devenida a política, que ha hecho grandes inversiones para conformar una poderosa legión de militantes tarifados, a manera de privilegio inicial, en una sociedad en la cual abunda la miseria como contraparte de la riqueza y la ostentación.
6.- Este “proceso revolucionario”, hace la utilización más perversa de una parte importante del colectivo, para convertirlo en instancia válida para esconder su esencia autoritaria y su firme inspiración totalitaria. Ayer fue la ficción de la democracia, hoy la de un tal ‘socialismo liberador’.
7.- Y frente a este ‘modelo’ nos encontramos con el que se auto-califica de democrático y que tiene como referente la actuación en las cuatro décadas de ‘la gran libertad’ que dejó en el camino miles de muertos y desaparecidos.
8.- Pero un Frente Democrático que no nos dice a que se refiere su democracia. Hasta el presente sólo está claro lo que se expresa como deseo: volver para restablecer lo que existía antes de 1999 y sacar del camino al ‘proceso revolucionario’ que apunta hacia la hegemonía.
9.- Por deducción, y no porque lo haya esbozado ningún dirigente o documento alguno de ‘las oposiciones’, podría suponerse que se ofrecería la democracia de los 40 años, pero haciendo valer la participación por encima de la representación, sin socialismo.
9.- De allí que sientan la necesidad de transitar por la vía electoral, más allá de que la misma se haya convertido en el gran instrumento de control, dominación y legitimación del mando-poder de los boliburgueses.
10.- Estos ‘demócratas’, incapaces de crear una propuesta distinta a la del pasado, que parió la monstruosidad que nos estamos calando, estos dirigentes, en tanto cabezas de unos partidos cuya militancia y organización nadie conoce, se proponen ahora hacerle frente a esta tal revolución por la vía del voto manejada con las leyes e instrumentos del dueño de casa.
11.- Se apela en este caso a viejas y fracasadas experiencias como la que registraron muchos de esos demócratas en la década de los 60’, con el agravante de que el mensaje y tácticas que levantaron entonces, la violencia por encima de lo electoral, y del cual abjuraron, es el que ahora utiliza el régimen militarista de la ficción revolucionaria.
12.- Por esto sostenemos que estamos frente a dos autoritarismos: el oficialista y el de ‘las oposiciones’. Y paradójicamente, el primero es más lineal y coherente porque cuenta con un ‘jefe único’ al cual todos deben plegarse.
13.- En cambio, en la otra parte, son muchos los caudillos y cada quien quiere ser el jefe. Por ello, lo único que tienen seguro hasta la fecha es la división perfecta, aunque hay quienes piensan que llegó la hora sin precedente de la unidad opositora para legalizar el nuevo fraude electoral.
14.- Sus adversarios mayores, por no decir enemigos, somos quienes hemos decidido enfrentar las dos posiciones que actúan en dirección a la destrucción de Venezuela y mantenemos que la superación de la crisis-tragedia de este ex país, pasa por poner a un lado los dos autoritarismos que hasta ahora nos han regido.
15.- Y se nos ataca de manera abierta y desesperada porque se sabe que ésta es una firme construcción. Porque nuestro hacer estará cada vez más en la línea de enfrentar a quienes han vivido y viven del colectivo, como en el caso de los actuales gobernantes.
16.- Pero también a quienes hoy son ‘oposiciones’ y que ayer promovieron primero una lucha armada, en medio de un comunismo en el cual no creían, para que les sirviera como punto de apoyo para buscar posiciones políticas.
17.- Son los mismos ‘revolucionarios’ que luego entendieron que esa guerra de los 60’ había dejado de ser una oportunidad para alcanzar buenos beneficios y se dedicaron a liquidarla.
18.- Una fracción importante de esa lucha armada fue al mando-poder con Rafael Caldera II, el mismo que militó y convalidó la conspiración que encabezó el actual golpista-presidente y que tiene su punto culminante el 04F-92.
19.-Otra porción de esa lucha armada y de esa pacificación que le dio la espalda a todos los caídos en esos duros tiempos, forma parte hoy de la gran revolución de la destrucción que sirve, sin embargo, a la supuesta realización de muchos que al fin se acercan a las mieles del mando-poder.
20.- Está claro entonces que las dos partes han hecho de la llamada política revolucionaria una muy aprovechable mercancía. Y esa coincidencia los lleva a ver en quienes los colocan en el mismo nivel, un adversario de cuidado, con el cual no procede ningún tipo de condescendencia, dado que no son susceptibles de ser atraídos por la compra-venta-negociación.
21.- Y en este punto precisamente se aprecia con marcada nitidez la actuación autoritaria, prepotente, aplanadora de esas autoridades de la oposición, que aspiran convertirse en nuevos poderes.
22.- La idea-propósito es muy claro: sustituir un autoritarismo por otro. Un pasado por otro. Cuidarse entonces al máximo del surgimiento de otras corrientes de pensamiento y acción que puedan apuntar hacia una Venezuela diferente.
23.- Una cosa importante se define hoy aquí: nadie puede pretender establecer como una obligación del colectivo venezolano el tener que aceptar y seguir las orientaciones que emanan de las dirigencias políticas del pasado, de la quiebra-vacío, de las derrotas de siempre. Es el mismo colectivo a quien corresponde el reto de elaborar el otro proyecto.
24.- Y esta es la desesperación que se puede apreciar en un golpista-presidente (GP) que se siente obligado a invertir cada vez más para conseguir apoyo a su proyecto-negocio de revolución y detener toda posibilidad de crecimiento del verdadero anti-autoritarismo y anti –totalitarismo.
25.- Entre los jerarcas de buena parte de esas ‘oposiciones’ la desesperación tiene dos fuentes. Por una sienten la ausencia de fuerzas propias para lograr ascender hacia posiciones rentables y, por la otra, se consideran asediados por un colectivo que cada día cree menos en ellos y deja de seguirlos.
26.- Esta es, en definitiva y conclusión, una hora de deslinde, como pocas veces se ha presentado en la historia de esta sociedad sin República ni Estado pero con el Porvenir que habrá de librarle el colectivo consciente y creador y los individuos que dejaron de ser simples habitantes para convertirse en ciudadanos del presente, del mañana y de la historia que tendrá que ser! abm333@gmail.com
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