Un respetado lector (Carlos Eduardo Ruiz) realizó un análisis crítico del artículo anterior (La Revolución NECESARIA, parte III), cuyos comentarios ameritan una respuesta de mí parte. En primer lugar aclaro que dicho artículo no lo escribí con la visión de un Socialista, como él afirma, sino desde la prospectiva de de la RACIONALIDAD AMBIENTAL. El Sr. Ruiz señala que: “…el socialismo no es la respuesta a las necesidades humanas…porque contraría las leyes de la economía… es el récipe perfecto para llevar al colapso económico… a cualquier nación que lo escoja como modelo de organización social….”.
Mi respuesta a este comentario, por cierto contentivo de varias contradicciones, la puntualizo a continuación:
1º) La causa principal de la insatisfacción de las necesidades humanas está en el predominio histórico del capitalismo en cualesquiera de sus modalidades: mercantil, industrial, neo-liberal y de Estado o centralizado. Por lo tanto, es falaz atribuirle al socialismo el colapso económico de una nación porque como modelo de organización social jamás ha existido, ni existe; me estoy refiriendo al verdadero socialismo que sigue siendo una visión liberadora de la sociedad como un todo, aún por realizarse, y no una realidad concreta como el capitalismo.
2º) La insatisfacción humana unida a esa visión liberadora serán por siempre la motivación para que cualquier sociedad construya nuevas relaciones de producción a través de la innovación científico-tecnológico-humanística, con la misión de crear una sostenida riqueza social. Solo así una sociedad podrá satisfacer a plenitud dichas necesidades sin agotar la fuente natural de los recursos que la sustenta, garantizando su bienestar y calidad de vida.
3º) El socialismo tampoco es una religión o la fórmula mágica para resolver los problemas de la sociedad. Es una visión de futuro que se irá materializando en la medida que la gente vaya adquiriendo consciencia de su condición de ser social históricamente marginado, fragmentado, empobrecido y alienado a consecuencia del dominio total del capitalismo.
El Sr. Ruiz también hizo algunos comentarios acerca del calentamiento global y su causa natural: el “efecto invernadero”, el cual es explicado por las leyes de la radiación solar (leyes de Steffan-Boltzmann y de Win) y de la irradiación emitida por la superficie de la tierra, por medio de las cuales se explica el balance energético de la atmósfera terrestre (troposfera) que es, en última instancia, la reguladora del clima global del planeta. Sin embargo, no es erróneo o anticientífico afirmar que el bióxido de carbono (CO2) y otros "gases invernadero" producidos por las actividades humanas contribuyen con el calentamiento global. En efecto, los niveles actuales de CO2 son casi un tercio más alto (380 ppm) que en ningún otro momento de los pasados 650.000 años (278 ppm) (http://www.sustainer.org./tools_resources).
Por lo tanto, esta realidad de ninguna forma contradice las leyes antes referidas, por el contrario lo que hacen es validarlas y servir de sustento teórico al desafío de reducir entre un 2 y un 4% anual esas emisiones durante los próximos 40 u 80 años, tal como se explicó en el artículo anterior. En fin, de lo que se trata es de reafirmar la necesidad de un cambio de mentalidad y de actitudes por parte de la gente frente al cambio climático, tal como planteó Michel Bergeron, Presidente de la Asociación Interciencia (http://www.interciencia.org/v35_01/index.html). a propósito del simposio sobre la Prevención contra Desastres Naturales, como enfrentar a los Cambios Climáticos, realizado en Cochabamba, Bolivia, en noviembre de 2009.
Definitivamente, el " derroche y consumismo" en nada beneficia a la humanidad en términos de la satisfacción de sus necesidades y menos aún en mejorar su calidad de vida, como erróneamente afirma el Sr. Carlos Eduardo Ruiz. Para demostrar esto solo basta citar el informe anual 2007 (http://www.ruralpovertyportal.org), del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), organismo de la ONU, según el cual “…más de 2000 millones de personas… en todo el mundo viven con menos de 2 dólares al día…, el cambio climático y el alto costo de los alimentos y la energía agravan los problemas que esas personas deben afrontar a diario… “
Edgar Jaimes (*)
(*) Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo, Venezuela.
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