viernes, 12 de febrero de 2010
ABM - SIGUE EL MONTAJE VENECUBANO 11A-02
El Comandante no se limitó a evaluar los alcances del relajo que prevalece en su llamada ‘revolución’. Procedió a comunicarle a los grupos enfrentados, que la implosión es contraria al mantenimiento y consolidación de este proceso y de la unidad geopolítico-estratégico-histórica que conforma VENECUBA.
En efecto, la misión encargada a Valdés fue muy clara: vigilar los mecanismos de control establecidos e intensificarlos en caso de que se considere necesario. Garantizar la permanencia de todas las cosas en su debido lugar.
Hacer buena la máxima que desde un inicio se le recomendó al GP: ‘esta es una revolución pacífica pero armada’. Es decir que, como todas, se apoya en la violencia. Y que, en este caso, todavía pretender recubrirse con el tradicional ropaje de los regímenes ‘democráticos’.
En el fondo se sabe que aquí está planteado el mismo esquema de dominación que caracterizó y caracteriza lo poco que queda de ‘socialismo de y para la burocracia’. Un Estado, conducido por el privilegio y para el privilegio, que se le vende al colectivo como la gran fórmula para lograr la redención de los más necesitados, como resultado de la lucha de las clases que se alimenta y controla.
Aquí, a 11 años del ‘proceso’, ya aparecieron los boliburguerianos que representan el mayor logro de esta revolución: la conformación de una nueva legión de propietarios de la ex patria-país-república-nación.
Y con esto se da continuación, a lo que ya ocurre en la parte peninsular de Venecuba donde existe “la clase de la revolución” y el resto.
Un proyecto que comenzó a operar a propósito de la crisis que se expresa el 11 A-02, que se instala formalmente el 26 de agosto del 05 y que es confirmada por el vicepresidente de Cuba Carlos Laje, quien señala el 05-10-05, que Venezuela y Cuba eran una unidad, una misma revolución que contaba con dos presidentes: Castro y el GP.
Y para que esto se realice es necesario que se cumpla a cabalidad el plan puesto a andar el 11 A-02 y que aún no se ha detenido.
Hemos mantenido que el montaje o simulación de golpe fue la única manera que consiguió el régimen de superar la protesta callejera que amenazaba con llevárselo por delante.
En eso concordamos con lo expresado por Juan López Bosch, en su trabajo sobre nuestro libro: Yo lo vi llorar. Habla el Capitán Otto Gebauer. Allì debatimos con el entrevistado cómo llega el régimen a la conclusión, de que tenía que paralizar esa imponente manifestación, que es una de las mayores que registra la historia de Venezuela, y la protesta general.
Ahora, lo importante es entender que ese aparato de ‘defensa o salvación’ que se montó ese 11 A-02 sigue vigente una vez que cumple con su objetivo inmediato: librar al régimen no tanto de ‘las oposiciones de la cooperación y la negociación’ sino de la creciente cifra de ‘no alineados’ que las dos minorías ven hoy como un gran peligro a futuro.
Por eso hoy, cuando el GP dice que no permitirá un nuevo 11 A-02 simplemente amenaza al colectivo de hoy con una respuesta similar a la que detuvo entonces una protesta que, sin banderas partidistas, se las jugó en esa fecha. Hoy se prepara, en caso de ser necesario, un nuevo montaje-trampa del cual aspira salir más fortalecido.
Y es por esto que, una vez más, llamamos la atención de los electoreros para que entiendan que este proceso de destrucción está más allá de todas las formas de votar, porque en cualquier momento que considere necesario y conveniente le aumenta los decibeles a su permanente 11 de Abril.
Una fuerza que cuenta con un componente ‘nacional’ y una gran legión internacional –Alba y demás intereses petroleros- que está obligada a garantizar la supervivencia del ‘socialismo siglo XXI’ que está naciendo en la ‘in-cuba-dora’ venezolana.
El Universal, 12 de febrero del 2010.
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