domingo, 24 de octubre de 2010

MANUEL RODRÍGUEZ MENA - SÓLO LA UNIÓN NACIONAL DE FRENTES SOCIALES PUEDE INTENTAR DETENER A LA REVOLUCIÓN CASTROCHAVISTA





Sin un cambio radical en la estrategia del estamento opositor
la derrota total de la democracia será inevitable


LA PARADOJA BRUTAL DEL PROCESO POLÍTICO VENEZOLANO

Los resultados favorables en votos para el anticastrochavismo en las elecciones del 26 del pasado mes de septiembre, han inundado de euforia victoriosa a la mayor parte del estamento convencional opositor (ECO), compuesto por dirigentes partidistas, líderes sectoriales y analistas que les prestan servicios profesionales por lo común remunerados.

La euforia, sin embargo, tiene que ser forzosamente castigada por la frustración que genera la indignante paradoja de haber obtenido mayoría de votos pero minoría de diputados.

La paradoja no es de ahora. Ha venido signando la confrontación entre el ECO y el poder político y gubernamental desde febrero de 1999, como consecuencia de que éste ha impuesto y aquél ha aceptado una modalidad de juego político en la cual éste lleva las de ganar y aquél las de perder, y si, por alguna terquedad funcional, aquél gana y desde luego éste pierde, éste arrebata para “poner las cosas en el lugar correcto”.

Los venezolanos hemos visto transcurrir la confrontación política en dos escenarios, también impuestos por el poder castrochavista y aceptados por el ECO: el de las apariencias democráticas por un lado y el del avance concreto del proyecto castrochavista por el otro.

En el escenario de las apariencias democráticas, actúan en supuesta confrontación el poder castrochavista (PCCh) y el ECO. El PCCh siempre diciendo hacer algo distinto y hasta contrario de lo que en realidad está haciendo (los llamados “trapos rojos”, por ejemplo), y el ECO combatiendo fieramente contra lo que el PCCh dice estar haciendo, sin ocuparse de lo que el PCCh está realmente haciendo porque es lo que fundamentalmente le interesa (su estrategia capital de destrucción de los ámbitos democráticos y su objetivo supremo de instaurar un régimen militarista totalitario de hegemonía total sobre la sociedad venezolana).

En tal escenario se practica una política de convencionalismos democráticos, con el forzado cumplimiento por parte del ECO de las normas, procedimientos y formalidades del juego político tradicional, bajo amenaza, siempre cumplida, de represalias por parte del PCCh ante cualquier imprudencia o desvarío, en tanto que éste, mediante ejercicio autoritario y abusivo del poder, puede incurrir en la violación sin limitaciones ni cortapisas de la Constitución Nacional y de las leyes en la medida en que le sea necesario.

Para bochorno de la institucionalidad venezolana, no es posible que haya en el mundo otro estamento opositor que acepte funcionar en el contexto de un convencionalismo político tan envilecido. Pero en Venezuela llevamos doce años en lo mismo.

En el escenario del avance concreto de su proyecto político, el PCCh o Revolución Castrochavista actúa sola, pues el ECO se limita a participar en el escenario de las apariencias democráticas, sobre todo en el aspecto electoral, que luce como su ocupación preferente.



EL ECO HA SIDO IMPOTENTE ANTE LA AGRESIÓN ARROLLADORA DE LA REVOLUCIÓN CASTROCHAVISTA

Por haberse concentrado en actuar en el escenario de las apariencias democráticas, el ECO no ha podido evitar, ni siquiera refrenar, obstaculizar o al menos entorpecer el que la revolución castrochavista haya aplicado brutalmente su estrategia capital de destrucción de los ámbitos democráticos de la sociedad venezolana y que haya avanzado exitosamente en el logro progresivo de su objetivo supremo de construcción del militarismo totalitario. Hasta el menor conocedor en política dirá que ésa debería ser precisamente la función fundamental del ECO y su razón de ser como opositor.

A manera de botones de muestra, vengan a colación sólo algunos de los casos que, por ser tantos, tomarían un espacio mucho mayor del que disponemos: 

En los últimos cinco años la revolución castrochavista ha ejecutado 762 apropiaciones (indebidas casi todas) de empresas de variada índole, apropiaciones todas anticonstitucionales, todas ilegales, sin compensación alguna. La casi totalidad de esas empresas está hoy en día en quiebra o abandono. 

El Instituto Nacional de Tierras (INTI) ha “rescatado” 2 millones 900 mil hectáreas de tierras productivas. El INTI llama “rescate” al asalto con violencia, con la Guardia Nacional y castrochavistas armados, que despoja y desaloja a la fuerza a inermes propietarios legales de esos fundos agropecuarios y a sus trabajadores, sin la menor posibilidad de indemnización, de protesta o de amparo. De todas las hectáreas “rescatadas”, sólo el 1,6% se mantiene en producción. Según FEDELAGO, tomará más de veinte años recuperar la producción láctea afectada por los “rescates”. 

En diez años de revolución castrochavista, 22 mil inmuebles han sido invadidos, en buena parte de los casos con el apoyo de cuerpos armados oficiales e irregulares. 

Según el Informe 2009 del Observatorio de Derechos de Propiedad, la revolución castrochavista ha cometido 1.119 violaciones contra la propiedad privada entre 2005 y 2009, casi siempre con fuerza y con violencia, es decir, revolucionariamente. Además, desconociendo títulos de propiedad y no pagando bienhechurías, o sea, a la revolucionaria. 

Para pagar las expropiaciones como corresponde, la revolución castrochavista tendría que desembolsar 23.300 millones de dólares. Pero no los ha pagado porque alega no tenerlos, pues los más de 950 mil millones de dólares que ha manejado en doce años se han aplicado a otros gastos que, al parecer, la revolución considera más importantes.

Según el Instituto Nacional de Estadística, entre 1999 y 2007 el parque industrial venezolano fue reducido a la fuerza en 36%, al pasar de 11.117 a 7.093 empresas manufactureras, de las cuales 3.282 eran pequeñas empresas, es decir, pueblo llano que fue arruinado en la modesta propiedad que le sustentaba la vida. Estamos hablando de miles de empresas destruidas por el acoso de la revolución castrochavista a base de abusos de poder, atropellos ilegales, medidas arbitrarias, controles represivos o con la aplicación discrecional de leyes. reglamentos, disposiciones, instructivos, etc.

La revolución castrochavista le adeuda a trabajadores venezolanos BsF 15 millardos --es decir 12 billones (millones de millones) de los antiguos-- por prestaciones sociales, incurriendo en un retraso no sólo ilegal sino también criminal por inhumano.

De los empleados y obreros de la Administración Pública (nacional, regional y municipal, y de empresas del Estado) un millón y medio vienen sufriendo, desde el año 2004, la prórroga sucesiva de sus contratos colectivos; desde entonces, sólo han percibido unos que otros aumentos de salario por decretos presidenciales. Otros 500 mil han logrado con gran esfuerzo la firma de sus contratos colectivos, pero en condiciones inferiores a sus aspiraciones.

En cuanto respecta a los poderes públicos, todos han funcionado coordinadamente para darle soporte legal e institucional a la estrategia destructiva de todos los ámbitos democráticos de la sociedad venezolana, mientras que el ejecutivo nacional y la mayoría castrochavista de la asamblea nacional y del tribunal superior de justicia, han venido montando el entramado institucional y legal del régimen militarista totalitario que es su objetivo supremo, incluso desarrollando aspectos que estaban incluidos en la propuesta de reforma a la Constitución que fue rechazada por mayoría popular en el referendum de diciembre de 2007. Pero ya sabemos que el convencionalismo político impuesto por la revolución castrochavista y aceptado por el ECO le permite a ella violar la Constitución Nacional y las leyes de la República cuándo, cómo, donde y en cuánto le sea necesario. En ésas llevamos doce años.


El proyecto subversivo contrademocrático militarista totalitario de la revolución castrochavista ha sido, pues, rotundamente exitoso gracias, por una parte,  a la ayuda ilegal, delictiva, criminal e inmoral de las marionetas serviles de  los poderes públicos y en general de todo el aparato de administración pública;  y por la otra, gracias a la  omisión y a la elusión permanentes  del ECO.


EL ESTAMENTO OPOSITOR AUSENTE DE LO IMPORTANTE Y PELEANDO UNA PELEA PERDIDA

Los venezolanos hemos visto cómo el ECO, al ocuparse preferentemente de las acciones que han transcurrido en el escenario de las apariencias democráticas, particularmente del trajín electoral, le ha dejado a la revolución castrochavista manos libres para hacer y deshacer en términos de su óptima conveniencia Pero ha estado ausente de la lucha, cada vez más desesperada, de los millones de ciudadanos víctimas de los abusos y atropellos, de los vicios y defectos, de los delitos y crímenes de la revolución castrochavista, en la arrolladora ejecución de su estrategia capital de destrucción de los ámbitos democráticos y en su abyecto entramado institucional y legal del militarismo totalitario.

El balance de estos catastróficos doce años es, pues, desolador. En el escenario de la materialización del proyecto, mientras la revolución castrochavista ha avanzado a grandes pasos, el ECO ha permanecido inerme por omisión y elusión. 

Mantener el juego político en los mismos convencionalismos dentro de los cuales ha venido desenvolviéndose en estos doce años –y que, por lo que hemos visto después del 26S, parece que va a seguir siendo lo mismo--, es continuar peleando una pelea perdida, por las impuestas y aceptadas condiciones en las que hay que pelearla; pero también es condenar a la sociedad venezolana a ser irremisiblemente derrotada, de manera total y definitiva, por la revolución castrochavista. 

ES IMPERATIVO CONCENTRARSE EN EL COMBATE A ULTRANZA CONTRA LO FUNDAMENTAL DE LA REVOLUCIÓN CASTROCHAVISTA

El ECO tiene planteado desde hace tiempo ir más allá de su participación en el escenario de las apariencias democráticas, para abrir un frente de combate permanente y radical contra el avance arrollador de la Revolución Castrochavista en su estrategia capital de destrucción de los ámbitos democráticos y de construcción del entramado institucional y legal del militarismo totalitario. Este aspecto es mucho más importante que aquéllos que se manejan en el escenario de las apariencias democráticas y con las formalidades del juego político convencional, sobre todo en cuanto respecta a las elecciones, pues en buena parte de los casos los resultados adversos al castrochavismo han terminado siendo revertidos cada vez que por ello Jalisco se enfurece y decide arrebatar. 

¿Pueden los millones de venezolanos agredidos seguir esperando a que el ECO se apersone por fin y como se debe de su tarea fundamental como estamento opositor? ¿Es que doce años de masacre social por un lado y omisión y elusión por el otro no bastan, como diría Bolívar? 

Todo lo que se ha dicho y hecho después del triunfo en votos pero derrota en curules del 26S, indica que vamos a seguir en las mismas de estos doce años, hasta que la derrota de la sociedad venezolana sea total y definitiva.

Aunque desde hace años ha venido siendo planteada la organización de la ciudadanía venezolana en un Movimiento de Movimientos en la forma de una UNIÓN NACIONAL DE FRENTES SOCIALES CONTRA LA REVOLUCIÓN CASTROCHAVISTA, es hoy cuando cobra mayor pertinencia a la luz de lo que ha pasado y la conjetura válida de lo que va a seguir pasando si no hay un giro radical en el funcionamiento sociopolítico de Venezuela.

SUMA PERTINENCIA DEL MOVIMIENTO DE MOVIMIENTOS CONTRA LA
REVOLUCIÓN CASTROCHAVISTA

¿Hay con quien contar para emprender el Movimiento de Movimientos en la forma de UNIÓN NACIONAL DE FRENTES SOCIALES CONTRA LA REVOLUCIÓN CASTROCHAVISTA? ¡Claro que hay! Allí están, regados por toda Venezuela, millones de venezolanos iracundamente indispuestos contra la revolución castrochavista, por los males de diversa índole que les ha causado, y asimismo incondicionalmente dispuestos a luchar y combatir contra ella. 

Hay dos grandes fracciones sociales con las que contar, si se dan los pasos necesarios: Una, formada por los millones de venezolanos de todas las escalas socioeconómicas que han sido víctimas de los vicios y defectos, abusos de poder y atropellos, delitos y crímenes de la revolución castrochavista, que están esperando que se les convoque, se les organice y se les oriente para una acción colectiva cívica pero enérgica en defensa de sus intereses vitales, vale decir su vida misma, acción que debe transcurrir centrada en la aplicación inteligente, sistemática, permanente, inflexible y contundente del Art 350 de la Constitución Nacional vigente

Otra, la constituida por los llamados NI-NI, esos que no están a favor de la revolución castrochavista ni de la oposición porque ninguna les gusta, en la ilusión de mantenerse entre dos aguas, ignorando que con esta revolución canalla no hay términos medios ni medias tintas y que, aunque mucha sea su abstención política, algún día les llegará su “O te sometes por tu propia voluntad, o te sometemos a palo limpio”. Bastará informarles clara y suficientemente cómo se ha batido el cobre y cómo se batirá en el futuro para lograr su disposición para el combate cívico, simplemente porque tendrán que hacerlo en defensa propia y por conservar la vida.

Las organizaciones y grupos de oposición y disidencia que son parte misma de los sectores populares, deben concentrar su acción en las dos grandes fracciones sociales antes mencionadas (aproximadamente el 80 por ciento de la población), para organizarlas y motivarlas fidedignamente para la lucha cívica radical y permanente contra los aspectos fundamentales de la revolución castrochavista: la estrategia capital de destrucción de los ámbitos democráticos y el objetivo supremo de instaurar un régimen militarista totalitario. 

Manuel Rodríguez Mena 
Caracas, octubre de 2010

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