sábado, 30 de abril de 2016
MADURO PERDIÓ LA HERENCIA
MADURO PERDIÓ LA HERENCIA
Editorial de Analítica
30 abril 2016
Las increíbles expresiones de alegría que contemplamos en las largas
colas para llenar las planillas del revocatorio presidencial para culminar con el mandato de Nicolás Maduro reflejan dos cosas: la
primera, que la herencia fatídica que le dejó el difunto a “su hijo” era un
caramelo envenenado y este, en vez de entender que tenía que cambiar el rumbo,
se lo tragó completo y allí está, dando tumbos y mostrándose como lo que en
realidad es, un rey desnudo, como el del cuento de Hans Christian Andersen.
La segunda, es que el pueblo no
se comió el caramelo envenenado y decidió ya, desde el 6D, que basta de
mentiras, de amenazas, de bravuconearías de los herederos y que lo que desea es
paz, seguridad, trabajos estables y menos politiquería de baja ralea.
Esta masiva reacción del pueblo
en la calle plasmando su firma, es el comienzo de una etapa en la que se inicia
el proceso de reconstrucción de la Venezuela democrática, y el inicio del fin
del protectorado cubano sobre nuestro país. Esto no quiere decir que la senda a
recorrer vaya a estar exenta de peligros, ya que las asechanzas de un régimen
que no quiere entender que fracasó los hará cometer errores tras errores y
causarán daños, a diestra y siniestra.
Pero los resultados de las planillas recogidas en estos dos días serán
una clarinada que retumbará en las cuatro esquinas del país y le dará mucha
fuerza y esperanzas a los venezolanos que ya no se quedarán sentados en sus
casas sino que saldrán a las calles a defender su voluntad de cambio cuando
como ayer sus líderes unidos, sin discrepancias, los llamen para exigir que ni
el CNE, ni el Ejecutivo usen ardides para impedir que este año revoquemos al
heredero que no supo entender que la hora del cambio sonó hace rato.
Hoy los venezolanos demócratas
debemos sentir de nuevo una alegría latente en nuestros pechos y un rayo de
esperanza iluminará, de ahora en adelante, nuestra lucha por la libertad, la
igualdad y la fraternidad. Como alguna vez dijo Carlos Andrés Pérez, manos a la
obra.
Etiquetas:
Analítica Editorial 30 04 16,
Emilio Figueredo,
Revocatorio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario