(*) Candidato a la Asamblea Nacional por la lista del MOVPRO, estado Trujillo.
jueves, 1 de julio de 2010
EDGAR JAIMES - PREFIGURACIÓN DE UNA EMBOSCADA TOTALITARIA
El artículo anterior generó reacciones diversas; por ejemplo, quienes me adversan desde el gobierno lanzan cualquier tipo de improperios y descalificaciones que no vale la pena responder por carecer de argumentos que justifiquen el desarrollo de un debate político-ideológico de altura. Por su parte, las críticas emitidas por algunos miembros de la oposición, pertenecientes a la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), expresan comentarios no menos insulsos y carentes de fundamentos políticos.
Edgar Jaimes (*)
(*) Candidato a la Asamblea Nacional por la lista del MOVPRO, estado Trujillo.
No obstante, la única apreciación que merece atención especial surgió de un lector que me pidió el anonimato por ser militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En efecto, este lector expresó que si bien mis críticas al gobierno nacional estaban bien fundamentadas, no valoraban el verdadero propósito de la revolución bolivariana que está sustentada en: “…principios que exaltan el humanismo a través de la solidaridad y el empoderamiento de las mayorías, promoviendo el poder comunal como expresión concreta del socialismo y de la revolución bolivariana…”
Sin embargo, para la historiadora Dra. Graciela Soriano de García Pelayo la revolución bolivariana puede ser asumida como una emboscada socio-política orquestada por factores internos y externos a Venezuela con el fin de imponer una ética revolucionaria basada en la legitimación del engaño, la arbitrariedad, la mentira, el delito y la corrupción “… y una ética de este carácter conduce a la absoluta inversión de valores…de allí que el personalismo político del Presidente Chávez exhiba rasgos característicos de la tiranía, la dictadura, el despotismo y la monarquía medieval.” (El Nacional, 13-06-2010)).
En varios artículos publicados en este medio de comunicación he analizado estos rasgos, señalando que el gobierno actual de Venezuela sin llegar a ser por ahora una tiranía se comporta como tal porque opera sobre una legalidad que desconoce la existencia de los otros poderes del Estado, los cuales solo existen en el discurso retórico para justificar la fachada democrática del régimen.
Además, el Presidente Chávez a través de sus discursos y gestión de gobierno se siente superior al pueblo, de allí que cada vez actúe más con mano militar para que la gente sea obediente y sumisa a sus mandatos, y esto es una cualidad típica del despotismo.
También tiene los rasgos de los regímenes dictatoriales, al estilo de los que imperaron en Latinoamérica, en los cuales lo característico ha sido la concentración del poder en la persona del caudillo militar, resguardado por una guardia pretoriana, que en el caso de Venezuela está potenciada por la creación de milicias, que es una hueste al servicio de ese caudillo y solo obedece a sus órdenes.
También tiene de régimen medieval porque suscribe el personalismo, el nepotismo y la arbitrariedad, desconociendo a todo aquel que esté por debajo de él, porque él mismo es el Estado.
Pero es que además es un régimen totalitario por la clara intención de imponer un partido único, un pensamiento único, un gobierno donde todas las decisiones de Estado están centralizadas en el liderazgo y poder omnímodo de él toda vez que desde ese poder se fomenta el amedrentamiento y el terror a través de la creación de bandas armadas con el fin de impulsar, desarrollar e implantar un sistema socio-político hegemónico y excluyente.
No quiero finalizar esta reflexión sin traer a colación el excelente artículo del Profesor Ernesto Rodríguez, publicado en el Diario de los Andes el 27-06-2010, en el cual insertó una fracción del discurso pronunciado por Adolfo Hitler el 1-05-1927, según el cual él y los militantes del Partido Nacional-Socialista Alemán para esa época “…eran socialistas y enemigos del sistema económico capitalista actual porque explota al que es débil desde el punto de vista económico, con sus salarios desiguales, con su evaluación indecente de un ser humano según tenga riqueza o no la tenga, en vez de evaluar la responsabilidad y la actuación de la persona, y estamos decididos a destruir este sistema capitalista en todos sus aspectos”.
¿No es acaso este discurso u otro similar a éste el que pronuncia con frecuencia nuestro actual gobernante? Obviamente que sí, lo permite concluir que el actual gobierno de Venezuela no es socialista y menos que propenda al establecimiento del Socialismo. Sin lugar a dudas, vamos transitando hacia la implantación de un régimen de corte Neo-Fascista y autoritario. A buen entendedor pocas palabras.
(*) Candidato a la Asamblea Nacional por la lista del MOVPRO, estado Trujillo.
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