domingo, 1 de noviembre de 2015

UN DOMINGO DE VERDADES




Palabras de la circunstancia
UN DOMINGO DE VERDADES
Ramón Santaella

          Al parecer, domingo a domingo, el sacerdote jesuita, Numa Molina, Rector de la Universidad San Francisco, se encarga de brindar la misa a los venezolanos, por TVES, desde cualquier lugar seleccionado previamente en lo que dejan por país, los nuevos “libertadores”.

El domingo pasado, 18 de octubre, a 70 años del golpe de estado cívico-militar contra el Presidente Isaías Medina Angarita, organizado por AD (Rómulo Betancourt) y como siempre, parte del alto mando militar, que hicieron llamar “Revolución de Octubre”, tal como ocurriría más tarde, con la intentona de golpe militar en 1992, “inicios” de lo que han llamado “revolución bolivariana, socialista, siglo XXI”, madre de nuestra altísima “calidad de vida” y “felicidad” actual.

Lo cierto es que en dicha actividad eclesiástica, a juicio nuestro, cuanto nos interesa, más allá del recordatorio simbólico de la Última Cena, es el discurso central de la misa, asumido por el padre NM quien al parecer, siente interés y preocupación por la estructura familiar y los valores socio formativos en el senos de la misma que formarían parte importante del sistema dinamizador.

Pero, no solo el cura NM habla de valores en la familia, también acude a estos para extenderlos hacia la estructura político partidista, cuyo incumplimiento conlleva la forja de acciones corruptivas o sépticas, de parte de quienes tienen la posibilidad de formar parte o de acercarse, al poder.

Para ello, NM se sirve de la “palabra de Dios” incluida en el Evangelio de Marcos, según petición de dos apóstoles (Santiago y Juan), quienes dirigiéndose a Jesús El Cristo, llaman su atención (palabras más, palabras menos): “¡Maestro!, Jesús pregunta ¿Qué desean? Y Santiago responde: “Señor, mi hermano y yo queremos que cuando estés en tu reino, mi hermano y yo estemos  a cada lado tuyo”. A lo que Jesús responde: “En eso no los puedo complacer, porque eso no depende de mí, sino de quien lo dispone todo”.

Por supuesto, más allá de la respuesta de Jesús, está la furia del resto de los apóstoles, al conocer la demanda de los 2 compañeros porque ellos también deseaban lo mismo.

Esto sirvió para que NM lograra establecer una relación con el pecado, según él, propio de humanos, los valores morales que deben nacer en el seno familiar y la búsqueda de poder.

En este sentido, estableció semejanza con los políticos (“apóstoles de la felicidad”) y sus deseos de ser ministros de finanza o algo parecido, con la finalidad de estar más cerca del poder y como “los ricos”, dijo: “poder aplastar a sus semejantes”.

Sin proponérselo, aquel discurso nos llevó a reflexionar en relación a los gobernantes (todo poder) y la repartición de cargos administrativos (no de los panes), casi siempre entre los mismos personajes como “apóstoles” persiguiendo objetivos y “un” propósito que ha costado tanto al “país” y no han podido alcanzar.

Concluido el comentario del párrafo en cuestión, NM invitó  a los feligreses (escolares y representantes) a expresar ruegos o súplicas, ante Dios. Llamó nuestra atención en los suplicantes, no rogar por la familia (cuestión retomada más adelante por el sacerdote), aunque hubo ruegos por la escuela, y los enfermos (“te lo rogamos Señor”).

Una de las asistentes, con franela roja y un letrero a la espalda que decía algo relacionado con “brigadas socialistas”, levantó la mano, le fue acercado el micrófono y expresó: “roguemos porque la revolución socialista del siglo XXI, siga triunfando” y de nuevo, respondió el auditorio: “te lo rogamos Señor”.

Pero ahí no quedarían los ruegos, NM tomó de nuevo la palabra para continuar el discurso central de la “misa” y asoció los ruegos con la primera parte de su oratoria, donde hablara de los deseos de poder y dinero con la finalidad de aplastar a los demás (cuestión que nos pareció muy bien), luego, en oposición a esa manera de actuar, hablaría de los hombres con deseos de hacer el bien a sus semejantes o prójimos, de entregar lo que poseen a los demás (los buenos samaritanos), mencionó hombres como “un” Mandela, “un”  Mahatma  Gandhi.

Al señalar a este último, NM calla y dirige el micrófono hacia los asistentes con el propósito de que estos indicaran otro u otros personajes, con semejantes cualidades; no obstante, el silencio fue total (¿Será que han olvidado al comandante eterno?).

NM ha debido retomar micrófono y discurso para expresar: “¡También debemos rogar por “un” Chávez y “un” Maduro!”, con la respuesta de los asistentes: “te lo rogamos Señor”.

¡Caramba!, esta misa es “socialista”, pienso.

Surgió una interrogante ¿Qué diría El Cristo Jesús de la “comparación” realizada por NM entre la pareja Mandela-Mahatma Gandhi, con la pareja Chávez-Maduro? Es más, en estos momentos de “socialismo productivo” y “gobierno popular de calle”, de competir ambas parejas por el favoritismo de la sociedad, ¿Cuál ganaría?, ¡eso sí!, sin hacer trampa, “pelo a pelo” como dicen los galleros.  

RSY
19 de octubre del 2015

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