El próximo 12 de Agosto vence el primer plazo de ocho días continuos indicados por el Consejo Nacional Electoral para las postulaciones de candidatos a Gobernadores, Legisladores a los Consejos Legislativos, Alcaldes, Concejales, para las elecciones a celebrarse el 28 de noviembre de 2008, de acuerdo con el Artículo 17 de la Resolución Nº 080721-658 que establece las Normas para la postulación de candidatos, y el cronograma electoral al respecto. Existe un segundo plazo señalado en el Artículo 21 de las mismas normas que señala que las organizaciones postulantes podrán modificar las postulaciones tenidas como presentadas dentro del lapso de ocho (8) días continuos a que se contrae el artículo 15, de las presentes normas, referencia la cual parece errónea.
Esta contienda democrática establecida en la Constitución Nacional ha sumido a la dirigencia política del país a una alocada carrera por lograr y mantener posiciones de gobierno local, y ha relegado, por no decir descuidado, el debido tratamiento de los principales problemas económicos, sociales y políticos que vienen aquejando cada día más a la población y de manera más inclemente a los más desposeídos.
Duras están siendo las contiendas para la selección de los diferentes candidatos para captar el apoyo de los principales “partidos” políticos, y de los “independientes” y también de los no pocos desilusionados de la revolución. Algunos candidatos, en acción que los enaltece haciendo honra al pacto que suscribiesen el 23 de enero del presente año, han declinado sus aspiraciones a favor de los más agraciados por las encuestas y hacer más viable el triunfo de la oposición.
Criticable es la actitud de aquellos que jugando a las perversa política de “pescar en río revuelto”, están tomando alternativas que van desde mantenerse a ultranza en la pelea, aún cuando las encuestas no le favorezcan, hasta pagar o echar mano a encuestas que si lo hagan. Otros pretenden apoyar al candidato “inhabilitado” con alta preferencia en las encuestas, pretendiendo que con ésta actitud serán aceptados como sustitutos. Estos con su malsano proceder podrían estar propiciando la derrota de la oposición.
El punto álgido de la contienda lo constituye las inhabilitaciones, por parte del Contralor General de la República, de algunos candidatos que en opinión de una gran mayoría de electores, serían los ganadores indiscutibles en sus gobernaciones, alcaldías y municipios, de suspenderse por algún medio legal la medida.
A juicio de connotados abogados constitucionalistas y juristas, expertos en la materia, las razones por las cuales el Contralor los pretende inhabilitar, así como la facultad que cree estar investido para hacerlo (el artículo 105 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República), es inconstitucional. Tal disyuntiva deberá ser dilucidada por el “arbitro constitucional” de la contienda en un fallo definitivo, el Tribunal Supremo de Justicia en su Sala Constitucional. Ya una mano “santa” dejó colar a la opinión pública el borrador del proyecto de ponencia que le correspondió realizar al magistrado Pedro Rondón Haaz , que pareciera dar la razón a la “razón”.
El análisis descarnado de la situación puede sintetizarse en lo siguiente:
· El ciudadano Contralor General de la República ha hecho su papel, triste por cierto, dentro del sainete que le prepararon los dramaturgos del gobierno y está pagando, bien caro por cierto, el favor de haberlo reeligido. Prestos salieron los miembros de su comparsa a avalar con razones lastimeras la actitud de su jefe. Cabría preguntarse que pasó con aquellos principios e ideales de su juventud que lo llevó a alzarse en armas en las montañas de Falcón contra el gobierno de turno en compañía del comandante “Fausto”, y por los cuales fue condenado a purgar pena en la siniestra Isla del Burro. Si quedara al menos una chispa de aquel fugaz resplandor juvenil, no habría ninguna duda que la mayoría de los inhabilitados pertenecerían a las huestes de la revolución y hoy encumbrados candidatos. La historia le está reservando su sitial entre los enterradores de la esperanza de redención de un pueblo. Le costará mirarle de frente a los ojos a sus hijos y nietos.
· La Asamblea Nacional casi en pleno, con muy pocas excepciones, se han lavado las manos cual Pilatos, y en “magistral” lección con el aval de los pocos duchos en leyes que a ratos asisten a las sesiones, han expresado a los cuatro vientos que la medida tomada por el Contralor General de la República está apegado a la Constitución. ¡Que tristeza que sean estos los ungidos para elaborar las leyes!.
· El Consejo Nacional Electoral, plagado de incondicionales al gobierno, prefieren “pasar agachados”, como reconociera el gral. Müller Rojas que hizo mientras fue oficial y gobernador en la IV República. Se sacuden el bulto, y para congraciarse con la revolución afirman que acatarán las inhabilitaciones del Contralor General, o en su defecto, la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, pero no cuestiona si la medida es o no constitucional. El riesgo es muy grande y “el hipotonía de los esfínteres” les puede jugar una mala pasada.
· Los candidatos que se sienten herederos de los beneficios de las inhabilitaciones se pelean a cuchillo tratando de inclinar las simpatías hacia sus candidaturas, y muy poco por decir nada, han hecho para solidarizarse con los caídos en desgracia. Juegan a hacer de hienas y buitres en el festín.
· El gobierno ejerce la mayor presión sobre los “Poderes” para que se mantenga las inhabilitaciones, cobrando solidaridades y blandiendo el mazo a quienes se atrevan a flaquear.
· Queda la incógnita sobre la actuación “oportuna e imparcial” de los magistrados del TSJ. La experiencia nos ha demostrado que es la “tramparencia” de sus actuaciones, la “imparcialidad” y el “recto proceder y apego justo” a la Ley lo que ha caracterizado la actuación de a la mayoría de sus miembros. Si no que lo desmientan quienes han solicitado su intermediación en las acciones que no favorecen la posición del jefe supremo de la gesta revolucionaria.
Al momento de redactar estas notas están compareciendo un grupo de los “inhabilitados” en audiencia constitucional pública de la Sala Constitucional del TSJ para expresar sus alegatos pero el supremo de la revolución se inventó una de las tantas cadenas a que nos tiene acostumbrado para cercenarnos el derecho a estar informados y mostrarnos un triste espectáculo de adoctrinamiento de niños en edad escolar con sus machacadas ideas del socialismo y su amor por Cristo. Triste espectáculo circense y pésima lección para nuestros niños, debería aplicársele con todo rigor la LOPNA, especialmente su artículo 4 y el 35 y el 68 en su parágrafo primero, y condenar el desaguisado.
Las cartas están echadas, es muy probable que después del esfuerzo mental de escuchar a las victimas hay que trazar estrategias para buscar los vericuetos de la ley para truncar las esperanzas del colectivo, y se tomarán un receso por todo el fin de semana. Muchas serán las visitas “institucionales” de los poderes, emisarios u operadores políticos a los magistrados “revolucionarios” para recordarles el compromiso con el máximo jefe y los riesgos de cualquier disidencia.
No todo está perdido, hay un pueblo preñado de los ideales democráticos, que no en balde sembró en sus mentes medio siglo de libertades, con el apoyo de esa gran porción del país que abrigó sus esperanzas en un “encantador de serpientes y sembrador de utopías”, y que hoy está terriblemente desilusionado y apesadumbrado por el incumplimiento de sus promesas.
Que los problemas que le permitieron su victorioso e indiscutible ascenso al poder y su promesa jurada sobre la moribunda Constitución Nacional, de combatir con firmeza y sin descanso, la infancia abandonada, la pobreza, el hambre, la escasez de vivienda, la desatención médica, la inseguridad, la inflación, el desempleo, la ineficacia en la aplicación de la justicia, la inseguridad en las calles y cárceles y el flagelo de la corrupción, hoy esas mismas calamidades la continúa padeciendo el pueblo con más rigurosidad, a pesar del torrente de divisas, que gobierno democrático alguno haya tenido, provenientes de la explotación de la riqueza que subyace en el suelo patrio y que les pertenece por derecho.
Dicha riqueza, y las provenientes de las deudas que está adquiriendo, están siendo dilapidadas en aparentes dádivas a otros pueblos a cambio de solidaridad política, en gastos en armas de destrucción, en granjearse enemigos y en proyectos fantasiosos, sin control y justificación alguna y a espaldas de ese pueblo que con idolatría e innegable respaldo masivo lo condujo a la jefatura de gobierno y le brindó amplios poderes para que cumpliera sus promesas.
Este pueblo ha tomado conciencia que su país no puede seguir siendo conducido de esa manera, que hay que jugar limpio, que no se puede comprometer la seguridad económica de nuestras generaciones, que exige se respete la Constitución Nacional, que se acabe la sumisión de los Poderes Públicos, que estima llegado el momento de pedir cuentas a los gobernantes, que la paciencia de un pueblo pacífico y amante de la libertad se está agotando y que cada vez está haciendo sentir públicamente su rechazo.
Quedan las urnas electorales para materializar el descontento. Esperamos que el Consejo Nacional Electoral cumpla cabalmente con sus responsabilidades constitucionales y juegue limpio. Que no demore, falsee y oculte mañosamente los resultados, que emita los resultados con claridad, o asuma el honroso camino de renuncia de forma colectiva. Y por último, que el gobierno ante la realidad de derrota que se avecina, no patee la lámpara y posponga las elecciones como hizo cuando el referendo revocatorio para coger aliento y ganar tiempo.
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