Mi opinión sobre el tema de la liberación de los 15 secuestrados en Colombia
Me permito aclarar, que soy de los que cree en la democracia y la libertad. Soy además un defensor de los esfuerzos que hace el presidente Álvaro Uribe para estabilizar a Colombia, para lo cual se requiere de: a) o bien convencer a las FARC y demás guerrilleros a que depongan las armas y se incorporen a las actividades civiles en beneficio de la paz, o b) intentar derrotarles militarmente para lograr la paz por la fuerza.
Aclarado lo anterior, no veo motivos para dudar de la versión oficial de los hechos, al menos que alguien con credibilidad y pruebas contundentes e irrebatibles demuestre que debo tener dudas respecto a la operación llevada a cabo. Por lo tanto, para mi es verdad lo acontecido.
El presidente Alvaro Uribe ha demostrado mayor valor y seriedad política en asuntos donde otros presidentes latinoamericanos, presentan tremendas dudas y fallas sobre su rol en la defensa de la democracia, la cual da la impresión que defienden a medias.
En tal sentido, hace algunos meses escribí una nota, la cual le anexo, donde expresaba la necesidad de apoyar al presidente Álvaro Uribe y destacaba el triste papel que estaban haciendo los gobiernos socialistas de la región, apoyando las payasadas de Hugo Chávez como intermediario, a quién nunca vi como legitimo, serio, ni sincero en sus actuaciones como negociador.
Leí el artículo reciente del profesor Agustín Blanco Muñoz sobre el tema, y tengo que confesar que estuve en desacuerdo con el mismo. En consecuencia, por lo expuesto, tengo que seguir creyendo en el presidente de Colombia y en sus más cercanos colaboradores.
Quisiera terminar mi opinión al respecto, recordando, que por razones por todos conocidas, la posición firme y enérgica del presidente Álvaro Uribe ante las guerrillas y ante el proyecto expansionista marxista leninista del presidente Hugo Chávez le han acarreado muchos enemigos de la izquierda radical, aglutinados en el foro de Sao Pablo, razón por la que nunca le reconocerán abiertamente sus meritos, ni dejarán de atacarlo e intentaran desprestigiarlo, haga lo que haga.
Atentamente,
Guillermo A. Zurga
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