martes, 12 de enero de 2016
LAS IDEAS PEREGRINAS DEL NUEVO MIN-ECONOMÍA: LUIS SALAS
LAS IDEAS
PEREGRINAS DEL NUEVO
MINISTRO DE
ECONOMÍA: LUIS SALAS
Carlos Hermoso
El nombramiento del
nuevo ministro de economía productiva Luis Salas nos lleva a leer sus
propagadas-tesis contenidas en el folleto editado por la editorial El perro y
la rana, titulado 22 claves para entender
y combatir la guerra económica. Un primer juicio es que se trata de un
batiburrillo que resume ignorancia e incoherencia. Aun cuando estamos alejados
del estilo del debate político que se ha impuesto en Venezuela —basado en la diatriba encendida y
estridente, pero a la vez escondiendo los principales problemas del país—, analizar las letras contenidas en el
escrito del nuevo ministro de economía Luis Salas nos lleva a esta dura
sentencia, que nada tiene que ver con el sainete de marras: en este escrito se
aprecia claramente un desconocimiento sobre cuestiones fundamentales y de
primer orden de la economía y, por tanto, de los problemas nacionales.
Hay que hacer un
esfuerzo adicional para comprender lo redactado en el folleto en cuestión. Se convierte, sí, en un alerta que nos
permite asegurar que —de
adelantarse una política económica basada en estas ideas— se profundizará el desastre que vive
Venezuela. Arranca la clave número 1 con un claro desconocimiento acerca de la
inflación. Dice el autor:
La inflación no es
una distorsión de los mercados. Es una operación de transferencia de los
ingresos y de la riqueza social desde un(os) sector(res) de la población hacia
otro(s) por la vía del aumento de los precios. En lo fundamental, esta
transferencia se produce desde los asalariados hacia los empresarios, pero
también desde una fracción del empresariado hacia otra fracción de los mismos.
Eso lo genera la
inflación pero no la define. La inflación es producción de papel moneda sin
respaldo. Sólo eso. De allí la necesidad del equilibrio fiscal con base en el
crecimiento y desarrollo económico y no en la reproducción de papel moneda. No
distingue el autor la diferencia entre papel moneda y dinero. Apenas señala una
consecuencia: la afectación en la distribución de la riqueza en favor de unos
capitales, los que más centralización han alcanzado, no concentración como
señalara el autor. La inflación empobrece a los trabajadores y conduce a más
explotación del trabajo. Por ello la inflación es una tendencia dominante en el
régimen de producción capitalista.
Pero la
responsabilidad de la inflación la tiene el gobierno que emite papel moneda sin
hacer nada por el crecimiento y desarrollo económico del país que permitirían
que la cantidad de dinero circulante esté en correspondencia con la masa de
bienes y servicios a ser transados, con lo que no habrá incremento de los
precios vía inflación. Para que esto sea así se debe cumplir con el principio
según el cual: "... la emisión de papel moneda debe limitarse a aquella cantidad en que sin él circularía
necesariamente el oro (o la plata) representado simbólicamente por ese papel"
(Marx, El capital, tomo I, capítulo 3).
No ubica el autor que
una cosa es inflación y otra aumento de precios. La inflación es aumento de
precios, pero no todo aumento o disminución de precios es inflación o
deflación. Este error en el que incurren muchos economistas —algunos sin reflejar tanta ignorancia
como en el caso que nos ocupa—
crea confusión y nos aleja de otros problemas.
Es por ello que, bajo
esas premisas, el autor se mete en otras ideas erróneas cuando afirma en la
clave 2 que: "... de lo que estamos hablando es de especulación, usura y
acaparamiento". No ubica el novel ministro que las inexorables leyes del
capitalismo —tan sólidas
como las que se cumplen en otras formas en que se expresa la materia, valga el
caso de la ley de la gravedad—
conducen a la realización de estas tendencias. La inflación, que es una responsabilidad
exclusiva del gobierno, conduce a una presión de demanda ya que la gente busca
salir del dinero y hacerse de bienes para proteger un tanto sus ingresos. Esa
presión de demanda hace que suban aún más los precios. Esto es, se crean
condiciones para que la especulación se afiance.
Recordemos que uno de
los componentes fundamentales de la economía capitalista es el principio según
el cual todo comerciante busca comprar barato para vender caro. Si las
condiciones del mercado le permiten vender muy caro y obtener jugosos
beneficios, pues, bien, lo hace. De allí que el principal estímulo de la
especulación proviene del gobierno. Además de que sabemos que quienes han
estimulado y hasta organizado a los bachaqueros son los mismos agentes
políticos del gobierno. El comercio del cemento, para poner un ejemplo, es
controlado por el gobierno, su precio se incrementa en la intermediación a
escalas insólitas. En Nueva Esparta, por ejemplo, un saco de cemento cuesta dos
mil bolívares. Bajo control del gobierno.
Sumemos que, como resultado
de la política económica erosiva del aparato productivo durante este largo
período, se han creado niveles de escasez nunca alcanzados en la historia
moderna de la economía venezolana. A la presión de demanda producto de la
inflación se suma la de esta circunstancia. La escasez, la inflación y la
vigencia de tres tipos de cambio oficiales, más el mercado paralelo, hacen que
los precios sean propios de la especulación. La guerra económica la adelanta el
gobierno. No sólo es el responsable, también la alimenta y muchos de sus
agentes le sacan beneficios.
En las claves número
3 y 4, Luis Salas hace gala de su idea subjetiva en relación con el asunto de
los precios. Desde la perspectiva de Marx el asunto es a la inversa a como lo aprecia
Smith, en el sentido de que el afán de lucro es el resultado de la función de
la producción capitalista. No es el afán de lucro lo que determina la función
de la producción y las relaciones capitalistas.
De la condición
objetiva que supone la producción de plusvalía, junto a otras leyes del
desarrollo capitalista como el comportamiento de la cuota de la ganancia,
emerge una forma de conciencia en correspondencia. De tal manera que las
determinaciones del precio obedecen al valor de las mercancías y no al afán de
lucro. Es un hecho objetivo. Sus fluctuaciones obedecen a la relación entre oferta
y demanda. Circunstancia que, en condiciones normales de una economía burguesa,
se presenta de manera transitoria. Hablamos de una economía productiva.
Remata en la clave 5 con
esta perla: "La inflación no existe en la vida real". Idealismo
grosero que parece ser burla de lo que viven los venezolanos cuando van a
comprar cualquier mercancía. La inflación es una de las formas como se expresa
el incremento de los precios como resultado de la emisión de papel moneda sin
respaldo lo que hace que el signo monetario pierda su condición de equivalente
universal.
Pero la incomprensión
o ignorancia al respecto llevan a que el nuevo ministro llegue a la conclusión
en la clave 6 de que: "El control de precios en los mercados es un falso
problema porque en los mercados los precios están controlados: en realidad,
cuando los economistas se refieren al control de los precios como problema, se
están refiriendo al control de precios por el Estado". La ley del valor
establece que el precio se determina en torno del tiempo de trabajo socialmente
necesario para la producción de un bien. Cuando la fuerza de la oferta y la
demanda de un bien se encuentran anuladas, el precio se sitúa en torno del
valor. Por ello la idea del precio justo es una cosa tonta.
En el precio de una
mercancía se incluye a) lo correspondiente al pago del salario de los
trabajadores, esto es, el capital variable en el que invierte el capitalista;
b) lo atinente a los medios de producción; y c) la plusvalía de la que se
apropia el capitalista en su condición de dueño de los medios y del proceso de
trabajo y producción. No es el oferente quien determina los precios. Es un
hecho objetivo.
Por eso es que la
teoría objetiva del valor —cuyos
padres son William Petty, Smith y Ricardo y que fue elevada al mayor rigor
científico por Marx— parte de la
premisa de que es el trabajo lo que determina el valor de la mercancía. No es
la idea metafísica mercantilista de que el mercado determina el acrecentamiento
de la riqueza, ni la teoría subjetiva que establece que el precio lo determina
la relación de necesidades ilimitadas y bienes escasos.
Pero el mercado se
mueve. Momentos en los cuales cae la demanda caen los precios. Aumenta la
demanda en relación con la oferta, los precios suben. O bien, cuando el
desarrollo de las fuerzas productivas hacen que el valor de los bienes sea
menor, porque el tiempo de trabajo socialmente necesario es menor, el precio de
la mercancía cae. Es lo que confunden muchos economistas con deflación, aunque
esta también existe pero sujeta a cuestiones atinentes al circulante limitado
de papel moneda en relación con el volumen de bienes en circulación.
Así, mientras en
Suiza los precios de las mercancías caen, producto de la deflación y el
incremento de la productividad del trabajo, en Venezuela contamos con la mayor
escalada de precios del mundo, siendo la inflación más de 300% el año pasado.
Esto parece ignorarlo el ministro. Seguramente en Suiza el afán de lucro es
similar al de Venezuela, sólo que las leyes de las relaciones de producción y
de cambio se les imponen a los capitalistas suizos. Esto es, los precios son
más bajos no porque los empresarios suizos tengan mejor corazón que los
nativos.
La clave 7 resume una falsedad y una justificación. Los altos precios pueden
representar una tendencia histórica ciertamente, pero sujeta a políticas económicas
que pueden atemperarla e incluso anularla. Lo que no supone un cambio en las relaciones
de producción. Dos cuestiones que se verían expresadas es que se eliminaría un mecanismo
de mayor explotación del trabajador y, por ende, de mayor ganancia del capitalista.
Que la especulación pudiese ser controlada no significa que desaparezca el principio
del comercio capitalista de comprar barato para vender caro. La herencia de un tal
modelo y de una intención de la burguesía parasitaria para que no sea cambiado solo indica su naturaleza antinacional,
con lo cual el régimen chavista ha sido consecuente.
El corolario de estos
escritos es la temeraria conclusión a la que llega en la clave 13 donde
sentencia que: "La guerra económica es la reacción del sistema capitalista
para conjurar el germen socialista que lo amenaza". Luego de indicar que
el praneo es la base del orden burgués, malinterpretando a Smith y mucho
más a Marx, señala el ministro que esta supuesta guerra económica se ve
sustentada en la acción de pranes que crean inflación, escasez y
acaparamiento.
Como podemos
apreciar, Luis Salas apenas indica un sui
géneris conjunto de ideas acerca de la supuesta guerra económica, una que
otra idea de cómo enfrentarla, pero nada coherente en relación con el diseño de
una política para superar la crisis. Las claves 19, 20, 21 y 22 son la
reivindicación de los controles al margen de una política económica de
contenido nacional y popular.
El subjetivismo e
ignorancia de la ciencia económica —junto
con la reivindicación de criterios que pretenden mantener un sistema de
controles que afianzan la especulación— profundizarán la catástrofe que vivimos. Los
controles deben existir de cara al crecimiento y desarrollo económico. Control
de calidad para que la producción nacional sea cada vez más competitiva.
Control de precios en el marco del crecimiento sustancial de la oferta de
bienes y servicios de producción nacional. Control de las importaciones y el otorgamiento
de dólares preferenciales para bienes de producción que permitan elevar el
producto interno. Pero el control para el chantaje en un contexto de erosión
del aparato productivo conduce a un incremento de la especulación.
Salir de este
desastre supone antes que nada un análisis riguroso acerca del origen y
naturaleza de la crisis. De allí la posibilidad de definir alguna política
económica. Partimos de considerar que toda política económica conduce al favorecimiento
de un sector de la sociedad en detrimento de otro. En Grecia, caso emblemático
de estos tiempos, se asumió en medio de una crisis profunda una política
económica que busca aumentar la capacidad de crédito para así cumplir con los
requerimientos de la banca internacional que busca asegurarse el retorno de los
créditos otorgados de manera ligera, por decir lo menos. Se le saca del
bolsillo al trabajador para cumplir compromisos contraídos que para nada se
tradujeron en desarrollo de las fuerzas productivas.
En Venezuela —amparados en el precepto
constitucional de alcanzar el equilibrio fiscal con base en el crédito público—, la política económica parece
dirigirse en la misma dirección. Mermados los ingresos petroleros se busca
incrementar la recaudación fiscal tributaria, mientras se aumenta la deuda
pública interna y externa. Pero no se toma medida alguna que atienda lo
fundamental de la economía. Esto es, no se toma ninguna decisión que permita un
crecimiento de la producción, lo que supone una canalización del ahorro social
para la inversión productiva. En ese sentido, el sociólogo Luis Salas parece un
buen partido para darle continuidad a las orientaciones que profundizan el
desastre y la entrega del país al gran capital internacional y favorecen a los
importadores, especuladores y usureros.
Carlos
Hermoso
7 de enero de
2016
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5 comentarios:
DEFINIR LA INFLACIÓN COMO LA EMISION DESCONTROLADA DE PAPAEL MONEDA SIN RESPALDO, ES UN CONCEPTO SESGADO. AL DAR ESA DEFINICION USTED ESTA DICIENDO QUE EL GOBIERNO ES CULPABLE DE LA INFLACIÓN, ASI COMO CUANDO LOS EMPRESARIOS DICEN QUE LA INFLACIÓN ES PRODUCTO DEL AUMENTO DE LOS SALARIOS, LE ECHAN LA CULPA A LOS TRABAJADORES Y AL GOBIERNO. USTED DICE QUE ES MARXISTA. PERO SE OLVIDA, O BORRA ADREDE DE DU MEMORIA QUE LA INFLACIÓN ES CAUSADA PRIMERAMENTE POR LA TASA DE GANANCIA. TODAS LAS TEORIAS SOBRE LA INFLACIÓN SE QUEDAN EN LA ESFERA DEL MERCADO, NINGUNA TOCA LA ESFERA DE LA PRODUCCIÓN DONDE APARECE LA TASA DE GANANCIA. USTED DEFINE LA INFLACIÓN DESDE SU POSICIÓN ANTICHAVISTA Y CONTRAREVOLUCIONARIA. DA VERGUENZA PARA LO QUE QUEDÓ BANDERA ROJA
Excelente me gusto
Por la plata baila el perro... si no hay incentivos economicos para producir mas y siperar la escases pues el que seguira produciendo a perdida sera el gobierno con sus empresas fantasmas.. y seguira la huelga de inversion como lo llamó Maduro...
Por la plata baila el perro... si no hay incentivos economicos para producir mas y siperar la escases pues el que seguira produciendo a perdida sera el gobierno con sus empresas fantasmas.. y seguira la huelga de inversion como lo llamó Maduro...
Profesor Hermoso: muy bueno su análisis de la situación económica y sobre el señor Salas. Ahora le pido que nos examine esto del decreto de emergencia económica y nos diga si cree que eso saldremos adelante en esta angustiante cosa de la escasez, las colas y tantos otros males.
Pablo Camacho
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