domingo, 10 de enero de 2016
POPULISMO VS DEMOCRACIA
POPULISMO VS DEMOCRACIA
Miguel Aponte
El populismo y el autoritarismo cuentan
entre los mayores peligros que enfrenta la sociedad hoy y su alianza no es
casual, por eso importa ver cómo las ideologías contribuyen a tales
enfermedades y concluyen como variantes pseudoreligiosas de las “doctrinas de
salvación.” ¿Cómo liberalismo y marxismo -o lo que queda de ellos- terminan
como parte de la codicia antidemocrática?
El populismo se
vende como la única fórmula política “válida” de derecha a izquierda porque
expresa un doble imaginario sustentado en mitos, a la vez contradictorios y
complementarios. Por un lado, la idea premoderna -feudal, bastarda, anti
política, fanática- que niega la autonomía individual y social y presume que la
comunidad política no existe o siempre será inmadura y no merece respeto.
Se basa, en forma consciente o no, en la falsa
sustitución del padre individual por otro, masivo, social, que termina en la
aceptación ciega, irracional, de “ídolos“, fetiches, que convienen al
despotismo.
Por otro lado, el populismo aprovecha el abandono de
la política por el ciudadano, complejo que responde al mito liberal -torpe y
falso- de que la política es cosa de profesionales y especialistas y que el
ciudadano debe “retirarse” a su vida “privada“, mientras aquellos se ocupan de
los asuntos públicos.
Trabaja igualmente contra el proyecto de autonomía,
porque abona el terreno para que “lo público” se privatice en las manos del
déspota. En vez de ilustrar a los ciudadanos sobre sí mismos, sus metas
individuales y colectivas y ofrecerles los instrumentos políticos apropiados,
ambos mitos sugieren que una fuerza ajena, dejada de su cuenta, trae la
salvación de la sociedad: el “líder eterno” o “el mercado.”
Aquí no hay
verdadera contradicción, sino pugna por imponer un modelo de dominación u otro;
por eso, dadas las circunstancias, se alían en el
autoritarismo.
Este paradójico enlace de mitos, impone a la sociedad
el pago de significaciones centrales de la verdadera Modernidad y la
Ilustración: la libertad y la democracia.
Pero, piénselo, como consecuencia se lleva también por
delante a la política y a la economía, ambas esferas muy implicadas. La
política, como ámbito de creación humana donde emerge lo público como asunto de
todos, muere. La economía, como campo de creación material de la sociedad,
muere también; y termina como simple instrumento de dominación: pagar la
instalación del modelo social. Resumiendo: con el populismo, la sociedad
entrega de un sólo tajo libertad, democracia, política y economía.
Los venezolanos vivimos -curioso privilegio- este
macabro proceso casi hasta el paroxismo y luchamos por superarlo; pero no habrá
aprendizaje completo hasta comprender aquello que lo origina: negar la
libertad, negar la comunidad política, negar la democracia.
10 de enero del 2015
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Miguel Aponte - Populismo vs Democracia
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