miércoles, 27 de enero de 2016

VENEZUELA: ¿POR QUÉ NO?



VENEZUELA: ¿POR QUÉ NO?
Miguel Aponte

Venezuela, un pequeño país de 30 millones de habitantes, con recursos -incluyendo ese “desafío” que es el petróleo-, una población privilegiada por su mezcla cultural y racial, en buena parte formada; y en todo deseosa de ver cómo la realidad de los hijos mejora la de sus padres, ¿por qué este país no va a poder crear otra realidad?

La historia debe tomarse en cuenta, no para renegar sino para aprender y no repetir lo indeseable. Pero no basta revisar la historia para superar la repetición. Entonces, ¿qué más falta para lograr el verdadero aprendizaje y no repetir? ¿Por qué no encauzamos el país? ¿Qué lo impide? ¿Un enemigo externo? ¿Factor racial? Comencemos por rechazar estos argumentos: es falso que no superemos nuestros problemas por culpa de “otros” o que seamos cultural o genéticamente incapaces.

Creer eso sí que nos vuelve incapaces, como han demostrado estos 17 años que, en realidad, enlazan con el largo ciclo populista, caudillista y militarista venezolano. Un ciclo que debemos y podemos ahora cerrar. ¿Por qué no?

De hecho, lo ocurrido el 6D-15, ratificado el 5E-16, no fue repetición protocolar de lo mismo: ocurrió allí la emergencia de una situación políticamente nueva, otra en verdad, que va mucho más allá del cambio de unos políticos por otros: ese mismo país que muchos consideraron incapaz, perdido, vendido al populismo y rendido al miedo, dijo: NO.

Incluso quienes votaron por el oficialismo, lo hicieron bajo protesta y quieren también un cambio; y peor para los “jefes” chavistas si no lo ven.
Toda esa comunidad política no compró más el discurso disociado, autoritario y populista, porque comprendió que constituye la misma estafa.
Ocurrió nuevamente la emergencia democrática: oportunidad tangible de dar espacio y tiempo real a otro país. ¿Por qué no?

Este cambio requiere pensar ese “otro” país, confiar en la capacidad de entender y participar en los problemas y sus soluciones, aunque sean difíciles y finalmente: sobre todos los egos, mientras la conducta del régimen continúe esquizofrénica, defender y trabajar por la unidad estratégica de los factores democráticos. ¿Por qué no?

Domingo 24 de enero del 2016

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