La fábula viene al tema, pero en nuestro caso el lobo siempre ha estado allí. Algunas veces disfrazado de mansa ovejita, pero la gran mayoría de las veces siniestro, mostrando su fiereza, pelando los colmillos y aullando terriblemente. Lamentablemente nos hemos comportado y continuamos comportándonos, como ingenuas Caperucitas.
Este jueves el presidente lanzó un zarpazo siniestro, y anunció su decisión, personal y autoritaria, de nacionalizar el Banco de Venezuela. Así, sin anestesia, sin medir las consecuencias sociales y económicas que causaría el anuncio de tal medida, ante maestros que escuchaban estupefactos y la audiencia que soportaba con estoicismo el estar “encadenados”.
Adujo razones de diferente índole: el banco estaba en venta, pero no le gustó el comprador, el gobierno quiere recuperarlo porque es el Banco de Venezuela, así se llama, el Banco de Venezuela. Después lo bautizará Banco de Venezuela Bolivariano, lo que sí es cierto que será el primer banco socialista del país. Como si el resultado del Refrendo y el rechazo de la mayoría del país a sus sueños socialistas, no hubiese hecho mella.
El pueblo se pregunta, ¿A que obedece realmente la medida?, ¿Qué trapo rojo nos está agitando para encubrir que?.
El daño está hecho, se repite la historia de Caldera antes de la debacle bancaria.
A primera hora de la noche el ministro del Poder Popular para la Comunicación leyó un comunicado, que en vez de aclarar más bien causa temor y desasosiego. Por una parte los ahorristas, que ven peligrar sus ahorros, no por que el banco quiebre sino por el estado no se ha caracterizado por una sana administración y realmente no tiene a nadie que sepa de administración de bancos. Por la otra, el temor fundado a la estabilidad del personal que labora en el banco. Fresca está en la memoria del pueblo las actuaciones contra el personal de las empresas operadoras de la Faja del Orinoco cuando fueron “nacionalizadas”, la Electricidad de Caracas y otras empresas privadas, la Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela, y actualmente cualquier empresa del Estado, o ministerio, cuando al cotejar los nombres y cédulas de los trabajadores y aspirantes a serlo, contra las odiosas listas de Tascón y Maisanta, lamentablemente surgieron razones de reducción de personal o falta de perfil para no emplear a los que expresaron democráticamente su derecho a disentir del presidente, aunado a la drástica reducción de los salarios del personal para “igualarlos” a los tabuladores de PDVSA. Se acabaron los criterios de eficacia y eficiencia a la hora de ocupar los cargos y tener derecho a los ascensos. Se tendrá que ser “rojo rojito”(bueno, el color del banco ya lo es), pasar la prueba del ácido, asistir a los cursos de adoctrinamiento, integrarse a las filas de la reserva, y por que no, inscribirse en el partido de la revolución y cotizar, ya que las deudas del partido con el CNE son cuantiosas y hay que apelar a la solidaridad de los revolucionarios. Revolución cuarta republicana de pura cepa. ¡Con los adecos se vive mejor!, perdón con los chavistas.
La compra del Banco de Venezuela obedece a que hay que recuperarlo para el país. Es decir el país lo había perdido. Dice el comunicado del gobierno: La importancia de éste banco deriva no solamente de su nombre, ni del carácter emblemático (tiembla el Banco Bolívar que lo es con mayor razón), sino también por su solidez económica (el tercer grupo del país) tecnológica, y muy particularmente por la calificación del personal. Mas adelante expresan su deseo de “garantizar la plena estabilidad de los trabajadores en los en sus distintos niveles, por ser su factor más importante. ”, ¡Gobierno como éste dando garantías!, ¡Basirruqui no monta en coche y si lo hace se apea!, ¡Esperanza de tísico!, solía decir mi abuelo paterno.
El personal técnico es como las golondrinas, cuando el tiempo se torna tormentoso, se largan a otros derroteros. Este personal está capacitado para realizar sus operaciones basado en normas y procedimientos establecidos, a respetar la jerarquías, a trabajar en equipo, a disfrutar del resultado económico de la empresa, a disponer de seguridad, préstamos para vivienda, vehículos y equipos del hogar, seguros HCyM, de planes de retiro y vejez, a respetar y ser respetados en su integridad, a no depender de los cambios de los Directorios. En suma, condiciones que no las ofrece una empresa nacionalizada o estatizada.
Concluye el comunicado “Asímismo, garantizar y aún mejorar los altos estándares de eficiencia de este banco…..” , Faltó añadir que las cuentas y estados financieras serán entregados oportunamente y auditados por instituciones de prestigio, como lo están haciendo con PDVSA. A propósito, los beneficiarios, pensionados jubilados, de esta empresa no saben que está pasando con el Fondo de Pensiones que tiene un patrimonio de $2.000 millones y desconocen desde hace siete años las inversiones del mismo y el balance general y estado de ganancias y pérdidas. Contralor General de la República no encontrará usted algunos maulas ahí para inhabilitarlos. Se le agradece su atención. Yo no puedo actuar si no hay una denuncia firme y sustentada con pruebas irrefutables, diría en descargo de su ineficiencia.
Lo de la compra del Banco de Venezuela se venía cocinando desde hace tiempo. Al respecto recomiendo la lectura del reporte periodístico efectuado por Jaime López de Nueva Economía el 20 de febrero de 2007. Su lectura nos demuestra que el lobo estaba aquí, frente a nosotros, siempre ha estado y la historia se repite. Estamos en el principio de la estatización de la banca en Venezuela.
Hagamos un ejercicio de visión hacia el futuro inmediato.
El Banco de Venezuela es comprado por el Gobierno, el Grupo Santander de España, su dueño confirmó que está en negociaciones para ello, pero la negociación no estará exenta de dificultad ya que este banco es el décimo en el “ranking” bancario mundial, peso completo dirían algunos. Mucho de los pasivos del banco está conformado por depósitos del estado Venezolano.
Bueno podrían ser tres millones de pequeños ahorristas a la puerta del banco solicitando el retiro de sus pequeños ahorros.
El mensaje es claro. Vamos hacia un sistema socialista, a trocha y mocha. Vamos hacia el comunismo. Marchamos en sentido contrario del que ha tomado China, del que esta pensando Cuba, por decir dos países que vivieron el comunismo y han sufrido en carne propia sus nefastos efectos.
Un gobierno haciendo enroques entre sus funcionarios para tratar de conformar una Directiva que medio sepa del manejo de bancos, y no se vea sometido como el caso del Banco Industrial que en nueve años ha tenido ocho presidentes distintos. Record mundial.
Para que vaya pensando en la conformación de la directiva, me permito sugerirle que busque entre sus compañeros o ex - compañeros de armas y de otras fuerzas. Seguro que allí conseguirá algunos, venidos a expertos financieros u operadores financieros que, para usar la jerga que usted bien domina, sepa “coger la seña del catcher” y tire una “rabo e’ cohino”, y “ponche” al bateador, o este tire un “flancito” al cuadro y todo los jugadores salgan a “cogerlo”.
“Arné” su equipo. Métale “cabezas” y déle bastante “maniglia”. Ponga a “giral” sus enroques, “i sea” lo que usted quiera, pero “no brega” con vainas, por que si no emite un “trino” a tiempo, lo pueden tirar “ albarran co”. Eso si, no deje de consultar al comandante “Clodo”. No vaya a ser que por error haya inhabilitado a alguno de esos revolucionarios.
¡No vaya a pelá ese boche!, como diría el camarada Aristóbulo.
¡Patria, financismo y suerte!, estimado coma andante.
1 comentario:
Esto se llama escribir paja del y para aumentar la ignorancia sobre el tema. El señor Cardozo no se loe oocurre lo elemental: que esa fue y es una negociación concertada entre los vivos españoles y el golpista de aquí que cree que se la comió. Lo que el quiere es comprar el perdón y el apoyo de España.
Señor Cardozo si va a analizar analice no lance piedras a lo loco.
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