jueves, 28 de agosto de 2008

LAS MENTIRAS DETRÁS DE LA LEY “GASOLINA”


Este gobierno, encabezado por el teniente coronel Chávez Frías, no se ha percatado que el pueblo ya no se cala más sus mentiras. Está desnudo ante el pueblo y sus corifeos no se atreven a señalárselo; por el contrario, celebran sus barbaridades como comparsa de la tragedia en que está sumiendo al país. Triste espectáculo el que están ofreciendo al pueblo en todos los eventos en cadena para tratar de convencer al pueblo de las “bondades” de sus decisiones y lo bien que se encuentra el país después de una década de desastres y desaciertos.

Deben haberle informado sus “sapos del G2” de la Sala Situacional que la masa no está pa’ bollos, que ya está preparando maletas para Sudáfrica cual “san Nicolás enguayucado” a repartir regalos a diestra y siniestar, a costilla del dinero del pueblo, después que deje al país enardecido con los anuncios que hará en su maratónico “Domingo Sensacional” que semanalmente anima.

De esta gira sin duda alguna extraordinaria, retornará triunfante con una corta escalada en Cuba, a visitar a su ya menguado “manager ideológico” y coger “seña” para la próxima jugada política. Aquí se encontrará con la vedette argentina, Cristina, para firmar nuevos acuerdos para la adquisición de maquinaria argentina “como parte del plan de desarrollo de 200 fábricas socialistas”. Una más de sus innumerables promesas de obras que surgen de sus tradicionales “puntadas de culo”, sin planificación. La gran mayoría de las cuales se quedaron en el tintero, con el solo acto de colocación de la primera piedra, otras a medio camino paralizadas, inconclusas, relanzadas. A punto tal, que no tiene obra real que exhibir después de más de una década de promesas.

Caso emblemático de sus continuos fracasos lo representa el ya célebre Complejo Agroindustrial Azucarero Ezequiel Zamora, mejor conocido por sus siglas CAAEZ (Coma ha caído engañado tantas veces este pueblo noble), que para más desgracia prometió a sus coterráneos en su terruño nativo, Sabaneta de Barinas y sus alrededores, y hoy representa el vivo ejemplo de la improvisación de sus “caprichos”. Un despilfarro del erario público, que ha servido para enriquecer a unos cuantos seudos revolucionarios, y que evidenció una vez más, los principios revolucionarios que animan a algunos de sus compañeros de armas, de infancia, de su hueste, e incluso “técnicos” cubanos de avanzada, en la administración de los dineros públicos.

Por allí se avecina la tormenta tropical que viene de Florida, bautizada según la costumbre de los meteorólogos pitiyanquis “Maleta”, que amenaza con convertirse en un ciclón categoría 5, y arrastrar consigo a unos cuantos de sus más allegados, y revelar una vez más, los negociados que se escudan tras las necesidades del pueblo y como se han hecho las fortunas de esa clase emergente revolucionaria bautizada como la “boliburgesía”. Clase por cierto que el comandante “Clodo”, la Fiscalía y la Asamblea Nacional evitan investigar, no se vaya a molestar el Jefe, caigan en la desgracia real, y los extrañen de sus cargos. El “culillo” es libre y no solamente al comandante en jefe le da “cagantina”.

Ayer insistió, con el respaldo del cuarto bate del equipo, el “rojo rojito”, en las innumerables ventajas para todo el país de la Ley Orgásmica de Reordenamiento del Mercado Interno de Combustibles Líquidos.

Estuvieron muy prestos a enumerar las bondades que el pueblo obtendrán con la medida. No deben temer los dueños o regentes de las estaciones de gasolina, pues no le serán expropiadas, pero si se nacionalizarán las empresas intermediarias y de transporte de combustible, bajo el argumento que entre las primeras se encuentran empresas transnacionales. Pretendiendo ignorar que muchos inversionistas nacionales, inmigrantes algunos y sus descendientes, propietarios de estaciones de gasolina y empresas transportistas, animados de contribuir con el engrandecimeinto del país como agradecimiento de la buena acogida que Venezuela les brindó como tierra de gracia y que han levantado con trabajo, esfuerzo y sacrificio, para que de un plumazo el gobierne les cercene sus derechos, amparado en una ley despiadada y como un acto de ejercicio del poder de un resentido social, que odia a todo aquel que pueda exhibir y disfrutar honestamente sus bienes.

Argumentan que los trabajadores al servicio de esas empresas intermediarias que distribuyen combustibles líquidos y los de transporte terrestre, marítimo y de cabotaje, choferes, capitanes de barcos, marineros y empleados de mantenimiento y servicio de las mismas, serán absorbidos por la empresa filial de PDVSA que se está creando para centralizar ese servicio, y que sus condiciones salariales serán mejoradas al aplicárseles el Contrato Petrolero. Argumento amañado, toda vez que para entrar en PDVSA, la empresa de “todos” los venezolanos, hay que pasar varios filtros. Aún cuando lo nieguen y lo juren las autoridades, las instrucciones que tienen sus departamentos de Recursos Humanos de PDVSA y sus empresas filiales, bien manejados por oficiales activos y retirados, con instrucciones precisas de no contratar personal “contaminado”, “oligarca’ o “escuálido” .

Para ello saben por experiencia propia en su formación profesional en las escuelas básicas de las Fuerzas Armadas, que hay que extirpar todo vestigio de rebeldía, de principios, de moral, de libertad de los ciudadanos, para transformarlos en mansos corderos atentos al cumplimiento ciego de las órdenes emanadas del jefe inmediato. Al respecto, siguen el protocolo de riguroso cumplimiento, y no entrarán quienes estén señalados de haber participado en la huelga petrolera, quienes hayan participado en eventos públicos contra la revolución. Para ello cuentan con una inmensa filmoteca y fototeca, alimentada por sus avezados técnicos en filmación y fotografía, entrenados por el G2, que se infiltran en esos eventos. No entrarán quienes estén registrados en las odiosas listas de “Tascón” (hoy esgrimido en ferviente opositor a ultranza de la ley de marras, su intervención en la Asamblea Nacional con motivo de la primera discusión de la misma, es de antología) y “Maisanta“, salvo que expresen por escrito un verdadero “acto de constricción”, práctica habitual de los regímenes comunistas, bien documentados y registrados en la historia contemporánea. No puede ser este Socialismo del Siglo XXI diferente. Además, deberán declararse “rojos rojitos” como bien lo expresó el policamburista petrolero mayor en su oportunidad, y hacer del juramento revolucionario “Patria, Socialismo o Muerte” el leitmotiv de su permanencia en la Industria.

Una vez salvada la última malla de ese cedazo, deberán realizar cursos de “inducción”, adoctrinamiento político”y “entrenamiento militar”, y ser además miembros de la reserva nacional al servicio de la guardia pretoriana del teniente coronel, hoy ascendido por ley a Comandante en Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Pasarán a engrosar “voluntariamente” eso sí, la hueste del glorioso Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y prepárense a contribuir con al menos un día de salario para pagar el “mono” contraído con el CNE, y otro tanto para sufragar los costos de la “campaña de guerra” que gloriosamente están librando la hueste revolucionaria para conquistar y mantener los bastiones que sustentan el progreso histórico del país, sabiamente conducidos por el estratega teniente coronel.

El vestir la odiosa prenda roja en señal de sumisión al jefe supremo y asistir “voluntariamente’ a todo acto de respaldo a la revolución será debidamente recompensado. Caso contrario, pasarán a la retaguardia a expiar sus culpas hasta que sus servicios no sean necesarios para la revolución, serán olvidados y se transformarán condones usados.

No se llamen a engaño. No caigan en el cuento del encantador de serpiente. Sobran los ejemplos. Hoy los más acérrimos opositores al teniente coronel, fueron atraídos por ese canto de sirenas y sufrieron en carne propia su error. Otros sucumbieron a las deidades del poder y hoy andan como zombis, lamiéndoles las botas y haciendo comparsa, celebrándole sus malos chistes y escuchando el interminable y repetitivo monólogo. Otros siguen fiel a sus principios, capeando el temporal.

Parece que está “norteando”, y comienzan a soplar vientos de esperanza. El pueblo, alentado por las mujeres, siempre más aguerridas, emprendedoras, realistas, viendo que cada día peligra más la libertad, la democracia, el futuro de sus hijos y nietos, y que el país está siendo arrastrado por un inmisericorde hacia el comunismo, han una vez más tomando la bandera de lucha y apelan a la conciencia de los ciudadanos para que den repuesta cierta a la pregunta: ¿Qué debo hacer para evitar que el comunismo se implante en Venezuela? Repuesta que debe ir acompañada de la acción inmediata, e incorporarse al combate democrático. Hay que tener presente que el teniente coronel no da tregua en su combate, sobran las evidencias, se siente perdedor en la próxima contienda electoral y estáhaciendo sus malévolas jugadas.

Es oportuno leer, memorizar y analizar las palabras históricas del Pastor Luterano Martin Nimoeller, víctima del régimen nazi:


Primero vinieron por los judíos.
Y no dije nada, porque yo no era judío.

Después vinieron por los comunistas.
Pero no dije nada porque yo no era un comunista.

Luego vinieron por los sindicalizados.
Y no dije nada porque yo no era sindicalizado.

Luego vinieron por los católicos.
Y no dije nada porque yo no era católico.

Luego vinieron por mi pero,
para entonces, ya no quedaba nadie a quien decir nada…
Y ya no había nadie que quedara para decir nada por mí.


!Señores, nos están derribando las puertas de la casa a patadas. Reaccionemos o atengámonos a las consecuencias!

¡Escuchemos, por un momento siquiera, a ese valiente pueblo cubano, gran parte de el hoy en el exilio, con su patria sojuzgada durante mas de medio siglo, que ven con tristeza y preocupación repetirse los mismos hechos en otra hermana republica, comandado por un teniente coronel, resentido y con delirios de grandeza, y bajo la nefasta conseja del tirano Fidel Castro, quien si sabe de eso, conducida como rebaño, vertiginosamente hacia otro regimen Castro-Comunista!

EDUARDO CARDOZO

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